El Gobierno prepara para el martes una nueva convocatoria a la Liga de Gobernadores para reevaluar la respuesta al fallo de la Corte Suprema que favoreció a la CABA en el reparto de fondos coparticipables. Si ya con anterioridad los mandatarios reclamaban que no se pagara, a partir de los nuevos chats que dejan al descubierto las conversaciones secretas entre la oficina del presidente de la Corte, Horacio Rosatti, con el gobierno porteño, es de imaginar que profundizarán la idea. El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, que viene llevando la voz cantante, adelantó la exigencia que Rosatti se aparte de la causa y se le inicie juicio político. De esta manera, el discurso del Frente de Todos se perfila cada vez más federalista mientras que Juntos por el Cambio se cierra en la defensa de laos privilegios porteños, una diferenciación que podría tener consecuencias en 2023.
Será una reedición de aquel encuentro del jueves 22 que alumbró un duro comunicado firmado por el Presidente y 14 gobernadores que calificó el fallo de la Corte como “político”, “incongruente” y de “imposible cumplimiento”. Este último concepto era porque no estaba contemplado en el presupuesto. Luego, durante el fin de semana navideño, Alberto conversó con sus funcionarios más cercanos y con el ministro de Economía, Sergio Massa, e ideó una respuesta diferente: un pago en bonos durante 90 días y el envío al Congreso de un proyecto para que se determine qué tributo crear o modificar para cubrir los 180 mil millones de pesos extra que deberá girar a la Capital. La alternativa con más probabilidades es un incremento del impuesto al juego online. Pensando en la economía, prevaleció la idea de dar la imagen de acatamiento aunque no se pagara nada en contado. Los bonos vencen en 2027.
Estilista de la ironía, la vicepresidenta Cristina Kirchner aprovechó su reaparición en un acto en Avellaneda para hacer alusión a “la agrupación política Amague y Recule Permanente”. “La palabra ‘desobedecer’ no está en ningún lugar del documento”, aclaró luego Alberto para sostener que no hubo de su parte un cambio de posición. Sin embargo, algunos gobernadores no tomaron bien el cambio de tono respecto a lo acordado aunque en público se mantuvieron en silencio.
Zamora junto al gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, recibieron en Santiago del Estero al Presidente para un encuentro regional. Los dos mandatarios norteños, ambos de muy buen vínculo con Cristina, vienen liderando la resistencia al nuevo avance judicial. “Si tengo que ir preso por defender al federalismo y a Santiago del Estero, aquí estoy”, concluyó Zamora un encendido mensaje que todos aplaudieron de pie, incluido Alberto.
El miércoles pasado, los 14 gobernadores mantuvieron la estrategia trazada y anunciaron que habían instruido a los fiscales de Estado de cada provincia para acompañar la presentación del Estado Nacional ante la Corte apelando el fallo y recusando a los jueces y volvieron a reclamar que sean tenidos en cuenta como amicus curiae, una posibilidad que el máximo tribunal nunca les concedió. Su razonamiento es que los 180 mil millones de pesos extra que irán por año a la opulenta CABA de Horacio Rodríguez Larreta representarán menos obra pública en el interior.
Los nuevos chats vinieron a confirmar todas las presunciones de los gobernadores. “Doctor Rosatti, ¿qué va a hacer ahora? Nuestra Patria no se merece esto”, escribió Zamora en un tuit con recortes de noticias revelando los intercambios de mensajes entre Silvio Robles, vocero y operador de Rosatti, y el ministro de Justicia porteño, Marcelo D’Alessandro, varios de ellos referidos a la causa de los fondos coparticipables. “Lo que decíamos de un fallo político y del intento de favorecer la campaña electoral, ahora ha quedado demostrado”, sostuvo Zamora en diálogo con El Destape Radio.
En la entrevista, el gobernador santiagueño comentó que por ahora hablaba únicamente en nombre de su provincia porque aún no se había comunicado con sus pares. El encuentro lo está preparando el Gobierno para el próximo martes, si es que consigue reunir una mayoría de presencias. Será a la vuelta de Alberto Fernández a Brasil, donde participará de la asunción de Lula. En este nueva reunión será vital que Ejecutivo y gobernadores pongan todas las cartas sobre la mesa y no haya lugar a otros malos entendidos. Una posibilidad era que de la conversación participara Massa, quien no habría estado muy de acuerdo con el primer comunicado y luego actuó en segundo plano -cuidadoso para no enemistarse con el kirchnerismo- para que la respuesta se modificara. Es cierto que los chats cambiaron el panorama que existía la semana pasada.
Zamora volvió a insistir con el juicio político a Rosatti, como ya lo había planteado Jorge Capitanich antes del encuentro anterior. Una instancia que Alberto venía gambeteando. "Estamos estudiando la situación, el Presidente no tiene entre sus funciones promover el juicio político. Pero estoy viendo con mucha preocupación lo que está pasando y se lo he planteado a los gobernadores", dijo en una entrevista cuando lo consultaron. Fijar una estrategia sobre esa posibilidad se ve como uno de los objetivos más claros de la reunión del martes.
La pelea por los fondos coparticipables derivó en un grave conflicto político y de poderes. En la puja, el Frente de Todos quedó enarbolando un discurso federal, con la Liga de Gobernadores adquiriendo cada vez más protagonismo. Dentro de la liga, algunos ya se animan a plantear públicamente líneas de acción como Zamora, Capitanich o el riojano Ricardo Quintela -todos participantes del activo grupo de mandatarios del Norte Grande-, que daría la sensación que tendrán un rol a jugar en la estrategia para 2023. En contrapartida, Juntos por el Cambio quedó atrincherado en defensa de las prerrogativas porteñas, siempre tan presentes en todo el postergado interior. Hasta los gobernadores radicales de Jujuy, Corrientes y Mendoza no les quedó otra, por ahora, que alinearse detrás de Rodríguez Larreta. Si el Frente de Todos sabe jugar esa carta, podría ser importante para inclinar la balanza a su favor en 2023.