El presidente Alberto Fernández pasará el domingo atento a lo que suceda en Ecuador, donde el economista Andrés Arauz, candidato de la fuerza progresista que lidera Rafael Correa, aparece como favorito para ganar el ballotage contra el banquero Guillermo Lasso. Arauz, que se impuso con amplitud en la primera vuelta celebrada en febrero, llega al día decisivo con incertidumbre dado que los últimos sondeos que manejaban en su equipo lo daban apenas tres puntos arriba con un alto porcentaje de indecisos, pero tenía confianza en que la balanza se terminará inclinando a su favor. Si las cosas resultaban como esperaban, Fernández llamará a la noche a Arauz para felicitarlo y expresará en un tuit su alegría por el nuevo panorama que su triunfo consolida en la región, más la expectativa que se abre respecto a lo puede suceder en el futuro en países como Chile, Colombia y Brasil.
Arauz ganó en primera vuelta con casi un tercio del electorado ecuatoriano -32,7%- mientras que Lasso y el candidato indigenista Yaku Pérez se enredaron en una pelea voto a voto en el recuento, que finalmente favoreció al banquero y candidato de la derecha por apenas tres décimas: 19,7 a 19,4%. Pérez gritó fraude y para la segunda vuelta realizó una particular campaña a favor de anular el voto, criticando a los dos candidatos en carrera por igual. Por eso, en una última encuesta difundida la semana pasada, Arauz figuró ganador con el 37,4% mientras que a Lasso le adjudicó un 29,7%, registrando casi un 27% de intención de voto nulo y otro 6% en blanco. Un escenario bastante inusual.
En su campaña para la primera vuelta, Arauz recibió un apoyo explícito de parte del oficialismo argentino. En Buenos Aires se reunió tanto por Alberto Fernández como por Cristina Kirchner, en momentos en que su postulación todavía corría riesgo de no ser aprobada por la justicia electoral. "¿En serio Lenin Moreno pretende que el resto del mundo crea que en el Ecuador hay democracia?", se preguntó entonces la vicepresidenta, generando considerable revuelo en Ecuador. Ese aval de un país de peso en la región pudo haber sido determinante para inclinar la decisión judicial que se conoció pocos días después, aceptando la fórmula del correísmo. Arauz, además, pudo dar un golpe de efecto en el último día de aquella campaña al mostrar una carta firmada por Fernández en la que se comprometía a ayudar a su futura gestión a conseguir las vacunas de AstraZeneca, que en parte se producen en el país.
Para la segunda vuelta, en cambio, no hubo nuevos contactos, aunque el gobierno argentino no le perdió pisada al proceso electoral ecuatoriano que una y otra vez sufrió intentos de suspensión y desestabilización. El Presidente está vinculado a dos misiones de observación que se encuentran en Quito: una, la del Parlasur, encabezada por Oscar Laborde, y otra, la del Grupo de Puebla, de la que participa el ex juez español Baltasar Garzón. La que preside Laborde fue la única que se reunió con los dos candidatos.
En el búnker de Arauz seguían revisando anoche los últimos datos, que dejaban el panorama en situación de empate técnico, dado la alta cantidad de votantes indefinidos. En el comando de campaña se autocriticaban por el momento que dejaron de invertir en las redes sociales. que marcó el fin del crecimiento de las adhesiones a Arauz y una curva creciente de votantes de Lasso, quien tuvo entre sus asesores principales nada menos que a Jaime Durán Barba. Más allá de la pandemia, los ecuatorianos sienten que la situación los afectó en su situación económica y el candidato derechista centró su mensaje en eso, por lo que consiguió captar voto indeciso y reducir las diferencias. No obstante, en la sede de Arauz ganaba el optimismo.
En una jornada donde también hay elecciones presidenciales en Perú con pronóstico totalmente incierto y comicios regionales en Bolivia, la definición en Ecuador acaparaba la mayor atención. "Cuando los sectores populares y progresistas cumplen determinadas reglas tienen grandes posibilidades de ganar y cuando no las cumplen, no. Aquí Arauz arrancó la campaña con un diferencia muy grande y ahora se achicó mucho. Hubo contradicciones en el interior de una fuerza que, lógicamente, sufrió muchas tensiones", analizó Laborde desde Quito para El Destape Radio. "Del otro lado tenés una derecha que no se confunde y domina. Si prima la unidad de los sectores populares contra el neoliberalismo, Arauz tiene grandes posibilidades de ganar. Si prima la contradicción, el anti-Correa, el anti-Evo, el anti-kirchnerismo, ahí la derecha gana. Lo conveniente para la región, a nuestro entender, sería que ganara Arauz, esperemos que así sea", concluyó.