Entre los documentos que firmaron en el Palacio de la Moneda, Alberto Fernández y Sebastián Piñera hubo dos iniciativas que ambos gobiernos destacaron en especial porque les representará un importante salto tecnológico. Por un lado, Chile manifestó su interés en acceder a los servicios de internet de banda ancha a través del satélite argentino Arsat 3, que se encuentra en etapa de construcción, una exportación de alto valor agregado. En tanto, Argentina anunció que participará del proyecto de cable transoceánico que conectará Chile con la región Asia-Pacífico, que facilitará la llegada de la tecnología 5G. "Es un proyecto clave. Acelerará la integración digital y permitirá la promoción y venta de servicios", celebró el canciller Felipe Solá.
Cuando los embajadores Rafael Bielsa y Nicolás Monckeberg empezaron a trabajar, en octubre pasado, acerca de los temas bilaterales en los que podían avanzar los presidentes, encontraron un terreno común en el campo de las telecomunicaciones, algo no frecuente en la relación argentino-chilena. "Estábamos afuera de esas cosas, la verdad que no sabíamos ni que existía", comentaban en el Gobierno respecto a la iniciativa en la que está embarcado Chile para el trazado de un cable submarino que unirá Valparaíso con las ciudades de Auckland, Nueva Zelanda, y Sidney, Australia, que brindará mejores conexiones con mercados como China, Japón y Corea del Sur. Prácticamente todos los cables de fibra óptica que llegan a Argentina lo hacen desde Estados Unidos, así que esta será el primer trazado que le permitirá conectarse directamente con Asia y Oceanía.
Ahora Argentina participará del proyecto aportando capital, cuyo monto y modalidad deberá determinarse de común acuerdo. Será una inversión a recuperar porque "Argentina pasará a ser un actor digital del hemisferio sur", como destacaban en Cancillería. Por ejemplo, podrá vender servicios de Internet a los países limítrofes. "El proyecto tiene un carácter estratégico para ambos países e integrador para la región", sostuvieron en el documento. Gracias al aporte de buena cantidad de fibra óptica también servirá para apurar la llegada de la ultrarrápida 5G, que se anuncia como un antes y un después en la historia de internet.
Piñera, por su parte, transmitió el interés de Chile en los servicios de internet satelital de alta velocidad que brindará el Arsat 3, rebautizado como Arsat SG-1, que se encuentra en proceso de construcción por el INVAP y está previsto lanzarse en 2023. Luego del lanzamiento del Arsat 1y 2, el desarrollo de la tercera versión fue frizada durante el gobierno macrista, poco interesado en promover la tecnología nacional de punta. Apenas dos semanas después de asumir, el gobierno del Frente de Todos puso la iniciativa de nuevo en marcha y ya empezó a conseguir clientes. El objetivo de esta tercera versión del satélite argentino será brindar banda ancha a todo el territorio del país y también a Chile, Bolivia y Paraguay, abarcando zonas que son de difícil acceso. "Para Argentina es importante exportar este tipo de servicios que son de alto valor", celebraban en el Gobierno.