Alberto recibió al canciller europeo y hablaron sobre el papel de Argentina como proveedor de energía

Después de cinco años sin un encuentro de este tipo y en un contexto convulsionado por la guerra en Ucrania, los cancilleres de la CELAC y de la Unión Europea se reunirán este jueves en una cumbre en Buenos Aires con varios condimentos extra. Como anticipo, el canciller europeo, Josep Borrell, fue recibido por el presidente Alberto Fernández -que hace de anfitrión porque es el titular pro témpore de la CELAC- y el canciller Santiago Cafiero en la Casa Rosada, con temas centrales de conversación como la seguridad alimentaria y la integración energética, un paso que puede ser clave para la generación de divisas en América Latina y el abastecimiento de combustible que hoy ahoga a los europeos. "Es difícil que Europa sea geopolítica si no se compromete mucho más con América latina", planteó Borrell, en algo así como una autocrítica.

"Unidad en la diversidad", es el título convocante de la cumbre que se realizará en el Centro Cultural Kirchner (CCK). En cierta manera, un guiño a la participación de los cancilleres de Nicaragua, Cuba y Venezuela, gobiernos cuestionados por los europeos, pero que integran la CELAC y, por supuesto, formarán parte activa de las deliberaciones. Como titular del organismo que reúne a todos los países latinoamericanos y caribeños, Fernández le reclamó en junio pasado al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que no los hubiera invitado a la Cumbre de las Américas que se realizó en Los Ángeles. "Ser país anfitrión no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión", trazó allí Fernández, norma que lógicamente ahora contempló la cancillería argentina. Compatibilizar las diferentes posiciones en un escrito final, como era de imaginar, terminará dando como resultado un documento lavado. Sin embargo, los diplomáticos europeos rescataban el sólo hecho del reencuentro de ambos bloques. 

Borrell es un destacado dirigente del Partido Socialista español, que tramitó recientemente su nacionalidad argentina. Su abuelo fue un inmigrante español afincado en Mendoza, que regresó a España cuando el padre de Borrell todavía era un niño, así que es hijo de un argentino. La relación con el país es estrecha y, en especial, con el gobierno de Fernández, quien mantiene además un vínculo fluido con el jefe del gobierno español, el también socialista Pedro Sánchez. Para completar el cuadro de relaciones, Sánchez será el presidente pro témpore de la Unión Europea durante el año próximo y uno de sus deseos es que CELAC le renueve el año que viene el mandato por otro período a Fernández, así coinciden en una gran cumbre de ambos bloques que reúnen a 59 países para el segundo semestre de 2023. 

En principio, este jueves habrá una cumbre de cancilleres y representantes diplomáticos. Consultado en el Palacio San Martín, luego de su reunión con Cafiero, Borrell hizo un análisis sobre la creciente influencia China en la región. "En política y en economía los vacíos se llenan. El papel que no juegue la Unión Europea lo jugarán otros actores, y es evidente que China es uno de ellos", planteó. Agregó que Europa no compra en los niveles que China adquiere productos latinoamericanos, pero que en los últimos 30 años invirtió más en la región que China, India, Rusia y Japón juntos. El conflicto en Ucrania, obviamente, estará muy presente en todos los diálogos. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, impulsa una iniciativa para que varios jefes de Estado se involucren activamente para conseguir la paz con urgencia y así normalizar el suministro de energía y alimentos en todo el mundo, Alberto Fernández viajará a París el 11 de noviembre para un encuentro sobre esta iniciativa. "La Unión Europea apoya todos los intentos de conseguir un alto al fuego y unas negociaciones de paz", respondió Borrell.

En una recuperada agenda internacional, Fernández abrió el lunes las sesiones de la CEPAL -que también sesionó en Buenos Aires- y este miércoles encabezará la cena inaugural de la cumbre CELAC-UE en el CCK. El dato político estará puesto en la presencia de los cancilleres de los tres países latinoamericanos excluidos de la OEA. Hicieron falta varias rondas de negociaciones para acordar la agenda a tratar con la idea de "diversidad" y que todas puedan acompañar sin generar rispideces. Seguridad alimentaria, cooperación energética, la Integración de sistemas productivos y cadenas de valor agregado, posibilidades de avanzar en acuerdos regionales, alivio de la deuda y el Global Gateway, la respuesta europea a la "Ruta de la Seda" que lleva adelante China, con millonarias inversiones "limpias" para generar desarrollo, serán los temas sobre los que girará el debate del jueves. 

Una cuestión extra-deliberaciones, más relacionada con las negociaciones de pasillo, tendrá que ver con el candidato que los países latinoamericanos impulsarán para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo en reemplazo del desplazado Mauricio Claver-Carone. Argentina propicia la designación de un postulante de consenso, pero ya hay varios nombres lanzados. México impulsa a la ex secretaria de la CEPAL, Alicia Bárcena, mientras que Jair Bolsonaro sorprendió esta semana -días antes del balotaje contra Lula- presentado la candidatura de Ilan Goldfjan, actual director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI. Y no son los únicos, hay otros países con ambiciones. El plazo para presentar candidaturas vence el 11 de noviembre y la elección está prevista para el 20, así que lo que se acuerde en Buenos Aires puede resultar decisivo.