Luego de anunciar el jueves las medidas para expandir el consumo y fortalecer los ingresos, el presidente Alberto Fernández viajará a México junto al canciller Felipe Solá para participar de la cumbre de la Celac y aceptar la presidencia pro témpore del organismo durante 2022, un puesto desde el que buscará potenciar el rol de la región. En cambio, no seguirá luego viaje rumbo a Estados Unidos, como estaba previsto en un principio, sino que volverá al país y participará de la Asamblea General de la ONU de manera virtual, igual que el año pasado. El resultado electoral del domingo lo hizo rever la idea de extender el periplo por el exterior.
Todo indica que el camino para acceder a la conducción de la Celac quedó despejado luego de las últimas gestiones realizadas por la Cancillería. En verdad, la decisión parecía haber quedado resuelta luego de la participación de Solá de la reunión de cancilleres de julio pasado, donde agradeció el apoyo al país. Pero luego el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se enojó por la decisión argentina de retirar a su embajador en Managua y lanzó la candidatura alternativa del primer ministro de la caribeña San Vicente y las Granadinas, el "camarada Ralph" Gonsalves, en representación de los países del ALBA. Como las decisiones deben tomarse por consenso, planteaba un problema para la llegada de Fernández.
En apariencia, el inconveniente se terminó de resolver el martes en una conversación trilateral de la que participó la cancillería mexicana y el propio Gonsalves. Hoy viajará hacia México el jefe de asesores de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves, para terminar de definir la agenda y las reuniones y el jueves a la noche o el viernes a la mañana subirán al avión Fernández y Solá para la recepción del viernes a la noche y la cumbre pautada para el sábado a la mañana.
MÁS INFO
México y Argentina vienen trabajando en sintonía en cuestiones de política exterior y tienen como objetivo común el relanzamiento de la Celac (que agrupa a todos los países del continente excepto Estados Unidos y Canadá) en lugar de la desprestigiada OEA que conduce Luis Almagro, que desde hace tiempo dejó de representar al conjunto de los países que la integran para ocuparse sólo de los intereses de Estados Unidos y de la derecha regional. Un ejemplo claro fue su rol en el golpe a Evo Morales en Bolivia y su apoyo al gobierno de facto de la hoy detenida Jeanine Añez.
Tanto el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador como su canciller Marcelo Ebrard vienen sosteniendo esto públicamente, incluso con más énfasis que los funcionarios argentinos. "Vamos a plantear un adiós OEA, en su sentido intervencionista, injerencista, hegemonista y que venga otra organización que construyamos políticamente, en acuerdo con Estados Unidos", declaró Ebrard. Esta última idea, acerca de que es una movida de la que está al corriente la administración de Joe Biden, es destacada también desde el gobierno argentino, que aclaran que el empoderamiento de la Celac no va en contra de nadie, sino que es a favor de generar un organismo activo en la solución de problemas regionales -durante la presidencia pro témpore mexicana se movió para conseguir vacunas para las naciones más desfavorecidas- y que sea realmente representativo.
Una diferencia sustancial con la OEA es que de la Celac forman parte Cuba y el gobierno venezolano de Nicolás Maduro. "La OEA tal como está no sirve. Sólo nos desencontramos en ese ámbito", coincidió Fernández durante la última cumbre del Grupo de Puebla.
Viaje acortado
Para Fernández, su designación como presidente pro témpore del organismo durante 2022 actuará como reconocimiento regional -un "mimo" luego de la derrota electoral del domingo- y le servirá para jugar un rol importante en la recomposición del continente luego de la pandemia, con toda una cantidad de urgencias potenciadas. Desde la cancillería mexicana adelantaron que ya confirmaron su participación de la cumbre 16 jefes de Estados, 2 vicepresidentes, 9 cancilleres y demás autoridades de alto nivel. Una de las propuestas que se aprobarán se la creación de un fondo para combatir el cambio climático, cuyas consecuencias viene generando graves daños especialmente en la región caribeña.
Originalmente, la idea era que Fernández siguiera viaje rumbo a Nueva York para participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde ya tiene su turno reservado para hablar en la jornada de apertura, el martes 21 a la tarde. Además, el lunes 20 estaba invitado a participar de una cumbre sobre los Sistemas Alimentarios convocada por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y se gestionaban varios encuentros bilaterales.
Pero ocurrieron dos cosas. Primero, desde el gobierno de Estados Unidos enviaron señales para desalentar una participación presencial de mandatarios en virtud de la pandemia, decisión que provocó tensión con las autoridades de las Naciones Unidas. Finalmente, sólo viajarán 62 presidentes de 190 países miembros. Segundo, el resultado electoral de las PASO hizo pensar al Presidente que no era conveniente que extendiera su viaje por el exterior. Así que, finalmente, resolvió que nuevamente intervendrá en la Asamblea de la ONU a través de un video grabado, tal como lo hiciera en 2020.