En su mensaje, el presidente Alberto Fernández destacó la "histórica" aprobación del acuerdo con el FMI en el Congreso y apuntó hacia la lucha contra la escalada inflacionaria, el nuevo gran objetivo del Gobierno. "No voy a permanecer pasivo ante esta situación", advirtió posicionándose como el líder en la involuntaria "guerra" anunciada contra el problema que más angustia a los argentinos y amenaza salarios y poder adquisitivo. En concreto, confirmó un fondo de estabilización, la convocatoria a una nueva mesa multisectorial para acordar precios y la instrucción a los miembros del gabinete económico para que vayan lanzando medidas en cada área. La ronda la iniciará el sábado el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con el anuncio de los dos puntos de suba de retenciones al aceite y harina de soja y al biodiésel. A partir del lunes, habrá conferencias de los ministros de Economía, Martín Guzmán, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. El secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, prepara una canasta de entre 50 y 60 productos básicos que tendrán precio fijo para todo el país.
Cerca del Presidente aseguraban que no quiso decir que iniciaría una "guerra" contra la inflación, pero le salió así. No hay mal que por bien no venga, la salida terminó redoblando la expectativa sobre su aparición. Primero hablaría en un acto en Tucumán, luego desde la Casa Rosada y terminó saliendo en mensaje grabado desde Olivos, emitido en horario central y con una duración de 18 minutos. Antes había estado reunido con los miembros de su equipo, que incluyó también al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, y a la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont.
Resultó una oportunidad apropiada para reposicionar políticamente su administración luego de las profundas divisiones que exhibió el Frente de Todos en el tratamiento del acuerdo con el FMI. "Como Presidente de la Nación tengo la obligación y la responsabilidad de proteger de esas consecuencias económicas a la mesa de los argentinos", sostuvo en un tramo de su mensaje. Dirigentes afines, le pedían a Fernández un mensaje que sirviera para generar un relato para la gestión y que posibilitara reunir a todos los sectores políticos que lo apoyan detrás de un objetivo. No por nada recordó cuando se puso "al frente de los problemas en 2020". En el inicio de la pandemia fue cuando su imagen positiva llegó a niveles altísimos.
Con todo, el Presidente destacó la sanción del acuerdo con el Fondo en el Congreso, tan criticado desde el kirchnerismo. Destacó el apoyo mayoritario en las cámaras, además del de los gobernadores, sectores sindicales y empresarios y resaltó sus posibilidades. "Nos permite comenzar a ordenar las variables macroeconómicas centrales en la lucha contra la inflación", aseguró. Habló de la suba de precios como un fenómeno multicausal al que se debía atacar por varios flancos. Pero si en su entorno había expectativas por la señalamiento de algún enemigo, lo hizo sólo genéricamente -habló de "agoreros" y "codiciosos" que buscan quedarse con una renta extraordinaria- y, en cambio, insistió que era un problema que debía resolver entre todos con medidas para responder a un escenario que "ojalá sea transitorio". El Fernández conciliador siempre prevalece.
Como se lo pedía, el Presidente explicó las graves implicancias del aparentemente lejano conflicto bélico entre Rusia y Ucrania produce en los precios de la canasta alimenticia. "En la historia mundial nunca el trigo llegó a costar lo que costó en estos días, alcanzando valores superiores a los 400 dólares la tonelada. Ningún país escapa a semejante escenario. Tampoco la Argentina", describió. También desbarató la teoría de que la guerra podría implicar "una oportunidad" para el país. "Las consecuencias ya empiezan a hacerse ver", subrayó. Avisó, en un tono que recordó a aquel de la pandemia, "en nuestro país ninguna familia sobra y por lo tanto ninguna familia quedará sola".
Desde los ministerios había comentado que en los días previos la portavoz Gabriela Cerruti había indagado acerca de las medidas en marcha para frenar los precios y sumarlos al mensaje presidencial. Sin embargo, se optó por desgranar el paquete de medidas en conferencias sucesivas que se iniciarán a partir del sábado y el Presidente sólo adelantó la conformación de un fideicomiso para evitar que el precio internacional de los granos se traslade a la harina y productos básicos como el pan, los fideos y las galletitas. Este fondo de estabilización saldrá de lo que se recaude de los dos puntos de retenciones que se subirán a la harina y aceite de soja y al biodiésel que el ministro Domínguez anunciará este sábado a las 11. Se trata de alrededor de 350 millones de dólares.
Otro anuncio fue la convocatoria para el lunes de una nueva mesa para discutir precios y salarios con los actores que, en su mayoría, conforman el Consejo Económico y Social: representantes de los sectores productivos, empresarios, trabajadores formales y de la economía popular, representantes del campo y el comercio, la pequeña y mediana empresa y la sociedad civil. El resto de las medidas quedarán en manos de sus ministros que se irán anunciando en días sucesivos. Kulfas explicará cómo funcionará el fondo que desacoplará el precio del trigo. Feletti presentará una canasta con productos con precios fijos para todo el país. A Guzmán le quedarán la definición de nuevas medidas para calmar las variables macroeconómicas, el desafío luego de haber conseguido el acuerdo con el FMI.