El presidente Alberto Fernández debió suspender su participación en la apertura de las sesiones del G-20 debido a un cuadro de hipotensión y mareos. La unidad médica presidencial informó que el Presidente se sometió a los estudios de rigor y se le recomendó descanso para preservar su salud y evitar complicaciones. En su lugar, el mensaje lo dio el canciller Santiago Cafiero, en el que convocó a una salida multilateral para el conflicto entre Rusia y Ucrania y se preguntó quién reparará los perjuicios económicos ocasionados por la guerra.
Fernández estaba agendado como el noveno orador de la sesión de apertura de la cumbre que se realiza en la isla de Bali, en Indonesia, cruzada por las sirenas y el tránsito caótico. El viaje desde el clima otoñal de Francia al calor húmedo de Indonesia seguramente influyó en su cuadro de baja presión. También el cambio de las horas de sueño y las dificultades para alimentarse a un hora normal, que influyeron en toda la comitiva. Justamente, el Presidente había comentando en los últimos días la dieta estricta a la que se venía sometiendo, que le había permitido bajar varios kilos en algunas semanas.
Alberto se había trasladado a eso de las 9 de la mañana desde el hotel Meliá hasta el Apurva Kempinski donde se realiza la cumbre. En su auto lo acompañaron Cafiero y el ministro de Economía, Sergio Massa. El resto de la comitiva ocupó los demás vehículos: el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, el embajador y sherpa Jorge Argüello y la portavoz Gabriela Cerruti. Fue recibido por el presidente de Indonesia, Joko Widodo, y nada parecía entonces mostrar que padeciera algún malestar. Poco después de la llegada se largó un fuerte chaparrón, que paró a los 20 minutos pero dejó el aire cargado de humedad. Al momento que se informó del malestar, la temperatura se acercaba ya a los 30 grados, aunque obviamente la sede de la cumbre estaba perfectamente acondicionada.
Federico Saavedra, a cargo de la unidad médica presidencial, firmó el escueto comunicado dando el parte de la situación. "En el día de la fecha el Señor Presidente de la Nación Argentina, Dr. Alberto Ángel Fernández padeció un episodio de hipotensión y mareos. Por tal motivo se decidió realizar los estudios de diagnóstico de rigor a fin de preservar su salud y evitar complicaciones". Concluyó adelantando que "este equipo mantendrá informada a la opinión pública de la evolución médica del Señor Presidente de la Nación".
La noche anterior, Fernández había participado de una cena organizada por el presidente francés Emmanuel Macron, en la que conversó con el presidente de Senegal y de la Unión Africana de Naciones, Macky Sall, y del canciller mexicano Marcelo Ebrard. Por la alta temperatura, los presidentes compartieron la cena en mangas de camisa. Pero lo que afecta más en realidad es la humedad, muy presente en toda la isla. Un balneario poblado de resorts cinco estrellas, de calles angostas en las que ya de por sí es complicado circular, pero con varios accesos cortados por los movimientos de los presidentes -especialmente la imponente guardia que acompaña los movimientos de Biden- obliga a largos plantones. Los automovilistas esperan con paciencia, sin tocar la bocina.
Cafiero ocupó el lugar del Presidente y leyó el mensaje de tres minutos que tenía planeado ofrecer Alberto. Planteó la necesidad de una convocatoria multilateral a una mesa de diálogo para resolver el conflicto Rusia-Ucrania. "En el hemisferio sur los alimentos se encarecen o faltan y lo que termina matando no son las balas o los misiles si no la pobreza y el hambre", enfatizó sobre las consecuencias de la guerra. En lo específico de Argentina, contó que le había costado 5.000 millones de dólares extra debido a la suba en los costos de las importaciones. "¿Quién reparará semejante perjuicio?", se preguntó.
También destacó la producción de granos de Argentina, destinada principalmente a la exportación. "Seguiremos trabajando en el mismo sentido porque la Argentina quiere ser parte en la construcción de un mundo más solidario que garantice la seguridad alimentaria", concluyó