El presidente Alberto Fernández ultima los detalles del discurso que pronunciará ante los los líderes de siete de los países más poderosos del mundo en la cumbre del G7 en Alemania. En esas líneas transmitirá un “grado de alarma” sobre las consecuencias de la invasión de Rusia a Ucrania en América Latina, destacará el rol de Argentina como exportador de alimentos y gas al mundo ante su escasez y enfatizará la necesidad de mayores inversiones para aumentar ese potencial. El desafío de equilibrar las distintas demandas de la región y el reclamo al mundo de “renovar” la arquitectura financiera actual que perjudica a los países en vías de desarrollo también será parte de su discurso.
Las 12 horas y 54 minutos que duró el vuelo de Aerolíneas Argentinas entre Buenos Aires y Múnich, el Presidente las usó para dormir al principio y luego repasó y corrigió junto a Santiago Cafiero y Sergio Massa el texto del discurso que pronunciará en el G7 que, según detallaron desde la comitiva oficial a El Destape, tendrá una “mirada regional” sobre el “grado de alarma en torno a las consecuencias de la guerra y la necesidad de que el G7 tenga en cuenta el impacto en la región”.
Además del canciller y el presidente de la cámara de Diputados, acompañan a Fernández el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; y la portavoz de Presidencia, Gabriela Cerruti. A último momento canceló su participación en embajador de Argentina en los Estados Unidos, Jorge Argüello. En la comitiva había mucha expectativa por lo que vaya a ocurrir entre hoy y mañana tanto en las bilaterales como en las tres mesas de la cumbre (dos institucionales sobre temas geopolíticos y una en la que solo estarán los jefes de Estado y de Gobierno y el protocolo queda de lado) debido al interés que hay en la región. “La guerra hizo atractiva a Sudamérica para Europa”, evaluó un funcionario sobre las proteínas y la energía que se puede enviar desde acá.
Como presidente del único país de la región invitado y representante de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Fernández pensó su discurso para llevarle al mundo “la voz de América Latina” y allí exponer el impacto del conflicto bélico que se observa en los precios de los alimentos y la energía como así también el faltante de gasoil que afecta a la actividad económica.
La complejidad de su discurso radica en las diferentes realidades y necesidades que hay en la región. No es lo mismo Centroamérica que Sudamérica. En el primero, afectado seriamente por fenómenos naturales como consecuencia del cambio climático, buscan que el paso a las energías renovables sea más acelerado que lo que la propia Europa parece estar hoy necesitando ya que Alemania, por ejemplo, para contrarrestar la reducción del suministro de gas desde Rusia puso un freno al proceso de descarbonización. Mientras que Argentina, a través de Vaca Muerta, todavía apuesta a los fósiles.
Fernández destacará la necesidad de que las principales economías del mundo “se involucren en nuevos diseños de arquitectura financiera” para promover el desarrollo y la reactivación en la pospandemia. En el Gobierno ven la mayor emisión de los DEGs como una herramienta que puede usar el mundo para ayudar a países como Argentina, sumado al proyecto que a nivel local se impulsa y en algunos países ya se aplicó para gravar la renta extraordinaria que obtuvieron los beneficiarios de la suba de precios de los commodities con las exportaciones.
Algunos de sus conceptos serán similares a las escuchadas en sus discursos ante las cumbres de las Américas y los BRICS. En este último, Fernández reclamó por el cese de hostilidades contra Ucrania. En el avión, uno de los funcionarios de la comitiva celebró el “duro” discurso sobre la guerra, teniendo en cuenta que en una de las pantallas estaba el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Esta vez, Fernández será escuchado por los jefes de Estado y Gobierno de los países miembro del G7 (Alemania, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Italia, Canadá y Japón) y los también invitados India, Indonesia, Sudáfrica, Senegal y Ucrania, que todavía no confirmó si su asistencia será presencial o virtual.
Días atrás, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, advirtió que la guerra contribuyó a ahondar problemas preexistentes y así desatar una “crisis global de hambre sin precedentes”. Esta preocupación, sumada a la crisis energética y la inflación en alza que azota a Europa y Estados Unidos serán los principales temas que debatirá el G7 por encima de la pandemia que, si bien todavía no fue vencida por completo, la realidad sanitaria es más favorable que el año pasado.
En ese sentido, los planteos del Presidente irán en sintonía con las preocupaciones de los mandatarios de los principales líderes del mundo. Pero no serán solo advertencias y reclamos. El Gobierno tiene el objetivo de dejar en claro en el G7 el potencial de Argentina como país exportador de productos agrícolas y de energía. Y que de conseguir mayores inversiones para el sector energético el país puede ser “proveedor estable de gas”, aseguran en el Gobierno.
Por la pandemia de coronavirus y la guerra entre Rusia y Ucrania, las cadenas globales de valor se vieron seriamente afectadas y en el Gobierno apuestan a un nuevo paradigma que tiene que ver con cadenas regionales de valor. Las mismas, señalan, podrían relocalizarse en zonas sin conflicto bélico y apuestan a que la paz en Argentina y la región sea “un activo” que invite a su desarrollo.
Enfocada en esta cumbre, la comitiva argentina evitó cualquier tipo de referencia a crisis política que atraviesa el Frente de Todos por el enfrentamiento entre Fernández y su vice, Cristina Kirchner, recrudecida esta semana por el control de los planes sociales. “De la política interna hablamos en el vuelo de regreso”, avisaron funcionarios consultados.
La agenda de Alberto Fernández en el G7
La primera actividad oficial del Presidente será hoy a las 18 (13.30 hora argentina) cuando se reúna con el primer ministro de la India, Narendra Modi, en el Hotel Bayerischer Hof. Luego, desde las 20 (15 de Argentina), participará de la bienvenida a los países invitados al G7 que se desarrollará en el Teatro Cuvilliés en Múnich Residenz. Allí será recibido por el ministro presidente de Baviera, Markus Soder, firmará el libro de honor, presenciará un espectáculo a cargo de la Ópera del Estado de Baviera, y participará en una cena ofrecida en honor de los Jefes de Estado invitados.
El lunes será el día fuerte de la gira. Desde las 12 (7 de Argentina), Alberto Fernández recorrerá casi 100 kilómetros en helicóptero hacia los alpes de Baviera para llegar al castillo de Elmau, la sede oficial de la Cumbre del G7, donde lo recibirá el canciller Scholz. Estará acompañado por Massa, Cafiero, Cerruti, Ibarra Vitobello y Béliz. Se espera un amplio operativo de seguridad en la zona por temor a atentados y violentas manifestaciones.
El Presidente participará de la primera reunión plenaria del foro, de un almuerzo de trabajo y, a continuación, formará parte de la tradicional "foto de familia" que reúne a los participantes de la cumbre.
Mientras que desde las 14.20 (9.20), Fernández mantendrá una reunión bilateral con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y, cuarenta minutos después hará lo propio con Scholz, quien como presidente del G7 este año invitó a Argentina cuando Fernández visitó Alemania en mayo pasado.
Las últimas actividades de una intensa agenda serán a las 15.30 (10.30), donde participará de la segunda reunión plenaria del G7 y a las 18.30 (13.30) concurrirá a la cena ofrecida por el canciller de Alemania. No se descarta una bilateral con otro de los mandatarios presentes. Ese mismo día, por la noche, Fernández y toda la comitiva regresará a Argentina.