El presidente Alberto Fernández confirmó el viaje a Europa de la semana que viene pero reduciéndolo considerablemente dado que sólo incluirá Francia e Italia, donde se verá con el papa Francisco. Siempre estuvo previsto que fuera una gira rápida debido a las urgencias que demanda la pandemia de coronavirus en Argentina, pero ahora quedó recortado a cinco días incluyendo viajes. Lo acompañarán, en principio, el canciller Felipe Solá y el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien días atrás recorrió algunos de esos mismos gobiernos, también para explicar la posición argentina en las negociaciones con el FMI.
El plan original, pensado en un contexto más calmo, incluía Portugal y España, dos administraciones encabezadas por el Partido Socialista con las que Fernández mantiene un excelente vínculo. Además, se barajaba la posibilidad de un encuentro con las autoridades de la Unión Europea en Bruselas y otro con la canciller de Alemania, Ángela Merkel. Incluso, se habló también de añadirle el largo tramo hasta Moscú para ver al presidente Vladimir Putin, una invitación ya varias veces suspendida, con quien podría terminar de arreglar la provisión y producción de la Sputnik V. Luego se instaló con más fuerza la segunda ola de coronavirus y la idea de una largo periplo por el extranjero fue desechado. Merkel, además, no está recibiendo líderes extranjeros y todas sus reuniones son virtuales. Es decir, todas las posibilidades extra fueron desechadas.
El lunes, al momento de confirmar el vuelo, el Presidente terminó por levantar también las escalas iniciales en Portugal y España. Así que en vez del sábado 8, como estaba pensado, se subirá al avión el lunes 10 con vuelta prevista para el viernes 14. El miércoles 12 se encontrará en París con el presidente Emmanuel Macron, otro de los jefes de Estado europeos con los que generó una muy buena relación. El objetivo del viaje es económico: busca explicar la situación macro del país y la necesidad imperiosa de renegociar los vencimientos pactados con los organismos financieros internacionales.
El 31 de mayo vence una cuota de 2.400 millones de dólares con el Club de París que, si no es postergada, el Gobierno deberá cancelar con las exiguas reservas del Banco Central. Pero el interés principal está puesto en conseguir el respaldo europeo en las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional, clave en el directorio del organismo junto con la opinión de Estados Unidos. En la conversación por zoom que mantuvieron en febrero pasado, Macron ya dio un primer apoyo a la posición argentina en las negociaciones.
El jueves 13, Fernández y su comitiva se trasladarán a Roma para una jornada intensa. Allí se reunirán con el primer ministro italiano, Mario Draghi, con el presidente Sergio Mattarella y con el papa Francisco. Draghi es un reconocido economista que se desempeñó muchos años como presidente del Banco Central Europeo. Asumió en febrero pasado y hasta ahora nunca conversó con el presidente argentino. "Felicito a Mario Draghi, flamante Presidente del Consejo de Ministros en Italia, y agradezco a Giuseppe Conte su apoyo a la Argentina ante el FMI y el Club de París", escribió Fernández en Twitter al ser designado. Ahora buscará que Draghi, con el peso que le da su trayectoria en la economía europea, mantenga ese respaldo.
Pero si algo le interesaba a Fernández de esta gira era la posibilidad de volver a encontrarse con el Papa, luego de aquella ya lejana reunión que tuvieron en enero de 2020, a poco de asumir como presidente. Siempre estuvo preocupado por mantener un vínculo estrecho con el Papa, bien diferente a lo que hizo Mauricio Macri como presidente. Fernández llamó a Francisco en agosto del año pasado, luego del acuerdo con los acreedores privados, para agradecerle sus gestiones reservadas. Especialmente para ablandar posiciones de mandatarios extranjeros. El Papa tiene una posición clara en favor de socorrer a los países más desfavorecidos en medio de la crisis económica profundizada por la pandemia. Además, se da la circunstancia que tanto la titular del FMI, Kristalina Georgieva, como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, son fervientes católicos y tienen muy en cuenta las palabras de Francisco.
En principio, Fernández estará acompañado por Solá, Guzmán y su vocero Juan Pablo Biondi, aunque podrían agregarse algún otro funcionario. En las últimas horas se presentó el viaje como un gesto de respaldo al ministro de Economía en medio de la discusión por la suba de tarifas, pero desde la Casa Rosada aclararon que siempre estuvo previsto que formara parte de la comitiva. El mes pasado, Guzmán recorrió estas mismas dos capitales, además de Madrid y Berlín, para encontrarse con las autoridades económicas y ponerlos al tanto de la posición argentina.