Luego de algunas semanas de parate, el Congreso retomará su actividad este semana con dos sesiones especiales clave. Al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, no le quedó otra que acatar el reglamento y citó a las bancadas para el miércoles al mediodía a fin de tratar el proyecto de movilidad jubilatoria presentado por el bloque Hacemos Coalición Federal, que preside Miguel Angel Pichetto, seguro acompañado por la bancada de Unión por la Patria y algunos más que le permitirían llegar al quórum. En tanto que la vicepresidenta Victoria Villarruel no pudo hacerse más la distraída y convocará a sesión para este jueves a las 11, cuando al fin se tratará en el recinto el rechazo al mega DNU de Javier Milei. Las sesiones se darán en un mal clima, potenciado por la decisión de ambos presidentes de Cámara de ir para atrás con los aumentos a diputados y senadores.
Aquellas extensas y accidentadas sesiones que terminaron con el retiro de la ley Omnibus resultaron traumáticas: el Congreso no volvió a reunirse. La insistencia de Milei en atacar a la oposición dialoguista terminó con la paciencia de varios legisladores, que comenzaron a pergeñar una agenda propia para forzar al oficialismo. La heterogeneidad del bloque que comanda Pichetto estimuló la presentación de propuestas diversas y el pedido de sesión especial para dos en concreto: una, para modificar la fórmula de actualización jubilatoria y, otra, para prorrogar el Fondo de Incentivo Docente (Fonid). Menem firmó la convocatoria para tratar el primer proyecto este miércoles y ahora la bancada de Hacemos Coalición Federal deberá juntar los 129 diputados necesarios para reunir el quórum.
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El resto de los bloques opositores mantendrán reuniones este martes para fijar posición. En principio, Unión por la Patria estaría dispuesto a acompañar, pero debe decidir si para votar el proyecto presentado por Hacemos o planteará modificaciones. Entre los dos bloques juntan 122 diputados, a los que si se suman los cinco del FIT, más algunos diputados provinciales quedarían en condiciones de juntar quórum y comenzar el debate. Un proyecto sin dictamen necesita de los dos tercios de los votos para su aprobación, meta que se ve casi imposible, por más que el PRO, con autoría de María Eugenia Vidal, también haya presentado una propuesta.
Modificar la fórmula de movilidad jubilatoria sería un puñal para el plan motosierra de Milei y el ministro Luis "Toto" Caputo. En el borrador que le pasaron el viernes a los gobernadores con la nueva ley Bases, la fórmula propuesta por el Ejecutivo establece que se aumentará conforme el índice de precios al consumidor (IPC) de abril, con apenas un 10% de aumento retroactivo para compensar la inflación de enero, febrero y marzo, que se calcula rondará el 50%. En cambio, el proyecto de la Coalición Cívica establece aplicar el IPC a partir del índice de febrero que se conocerá hoy, y reconozca el 20,6% de enero retroactivo, como explicó el diputado Maximiliano Ferraro en El Destape Radio. En principio, servirá para abrir una discusión que el oficialismo mantiene congelada, dado que ni siquiera avanzó en la formación de las comisiones.
Muy diferente es el caso del Senado, donde Unión por la Patria viene pidiendo desde enero una sesión especial para tratar la derogación del DNU. A diferencia de Diputados, la presidencia de la Cámara alta no está obligada por reglamento a realizar la convocatoria, pero es lo que indican los usos y costumbres. Villarruel y Menem se sumaron a la estrategia dilatoria del Ejecutivo y tardaron semanas en conformar la comisión bicameral. Ayer, Villarruel entendió que ya no tenía más margen y les avisó a los jefes de los bloques que convocará a sesión especial para el jueves a las 11.
El interbloque de Unión por la Patria cuenta con 33 votos, por lo que está a apenas cuatro del quórum y del número necesario para el rechazo. Los peronistas disidentes Camau Espínola y Edgardo Kueider ya anticiparon su voto contra el decreto, lo mismo que los senadores de Río Negro. Con eso ya alcanzaría, pero incluso podrían sumarse algunos otros porque luego de la pelea de Milei con los gobernadores por el fracaso de la ley Omnibus hubo nueve legisladores de partidos provinciales que se sumaron al pedido de sesión especial. Por fuera de ellos, el senador y presidente de la UCR, Martín Lousteau, en varias oportunidades se mostró a favor del rechazo.
"Hasta que no los vea apretando el botón verde, no les creo", respondía un senador de Unión por la Patria sobre las conversaciones que vienen manteniendo en el Parlamento. En los últimos horas el mal clima estuvo alimentado por la decisión de Villarruel y de Menem de dar marcha atrás con el aumento de las dietas de diputados y senadores, tal como se los pidió Milei. El interrogante era saber qué efecto tuvo la reunión del viernes pasado del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, con los gobernadores. Los mandatarios de la oposición dialoguista calificaron el encuentro como un buen primer paso, pero también hubo declaraciones críticas acerca de la intención del Ejecutivo de reimplantar Ganancias.
Los gobernadores de Juntos por el Cambio se sorprendieron porque ayer no tuvieron novedades desde la Casa Rosada, donde parecen esperar que sean ellos los que den el primer paso. Las sesiones especiales de esta semana será un buen indicador para que el Ejecutivo conozca de primera mano qué posibilidades tiene la nueva ley Bases en versión reducida.