El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional dividió las posturas en la alianza opositora y, cada vez con mayor solidez, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica optaron por separarse de la postura confortativa del PRO. Con el discurso de la responsabilidad, la bronca por la jugada tramposa durante el debate del Presupuesto 2022, la moderación propia de un gobernador y la intención de forjar una candidatura presidencial despegada del macrismo, con identidad propia, ambos espacios se diferenciaron y Gerardo Morales volvió a destacarse en ese forcejeo, tanto por sus pretensiones camino al 2023 como por su puja con Horacio Rodríguez Larreta para ver quién es el más dialoguista.
Apenas se anunció el entendimiento con el organismo de crédito, Morales salió a publicitar la actitud responsable de la oposición, algo que en su momento no pareció ser demasiado cuestionado pero, como dijo El Destape ese día, dejó entrever las internas que poco después se profundizarían. El PRO prefirió enfocarse en la "falta de un plan económico" y la celebración por la ausencia del default, una postura que se radicalizó cuando Máximo Kirchner renunció a la presidencia del bloque oficialista en Diputados. La incertidumbre en torno a los votos del Frente de Todos llevaron al macrismo a extorsionar al Gobierno y plantear, como una opción sobre la mesa, la posibilidad de no acompañar en caso de que el FdT no asegure sus 118 voluntades.
Esta disputa se trasladó de los medios y redes sociales a la mesa nacional de la coalición. El miércoles se reunieron para debatir otro asunto pero se coló el pacto con el FMI y no faltaron los cruces. Morales le advirtió a Patricia Bullrich que no es dueña de Juntos por el Cambio, mientras que Juan Manuel López, de la CC, se cruzó con Mauricio Macri en torno al concepto de la responsabilidad. Sin soluciones, una opción giró en torno a la abstención pero esta semana debería haber avances.
En ese marco, Morales decidió esclarecer aún más su postura. Después de unos días de vacaciones, el gobernador de Jujuy y presidente de la UCR sostuvo, en una entrevista con Radio Metro, que el entendimiento con el Fondo “es un tema al que hay que dar quórum, al margen de la fractura del Frente de Todos” y que “Juntos por el Cambio debería estar al margen. No hay que impedir que el Gobierno logre el acuerdo”. Esto no necesariamente quiere decir que votarán afirmativo, aunque es una opción, sino que al menos no lo harán de forma negativa. Nuevamente, la posibilidad de la abstención que, en principio, permitiría la aprobación del proyecto.
Los dichos del jujeño fueron adjudicados, desde su entorno, a la responsabilidad propia de los gobernadores frente a la administración de cada uno de los Estados, no tanto a la especulación o internismo político. Sin embargo, Larreta no tuvo la misma postura y también luce la chapa de gobernador. Para el radical, Juntos por el Cambio tiene que hacerse cargo de la deuda que contrajo la administración de Macri y no entorpecer un acuerdo iría en ese sentido.
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Lo cierto es que Morales en el último tiempo optó por ubicarse en el rol de moderado y dialoguista, en el nexo del oficialismo y la oposición, desplazando así a Larreta, ocupado en contener a un núcleo duro que podría filtrarse a Bullrich. El PRO sabe bien que puede perder las elecciones en caso de presentarse dividido, por eso apostarán a un pacto pacífico con la presidenta de su espacio. Otro escenario posible plantea que, en caso de llevar dos boletas diferentes, los candidatos moderados licuarían los votos, los fragmentarían entre dos nombres y fortalecerían, de ese modo, la opción más confrontativa.
Pero la UCR no fue la única que se diferenció del PRO. La Coalición Cívica no se quedó atrás, su presidente Maximiliano Ferraro salió a marcar la postura en reiteradas ocasiones durante el último fin de semana y también lo hizo Elisa Carrió, bastante silenciosa por estos tiempos. "Nuestra posición es de principios: primero la República, segundo honrar las deudas para evitar males mayores como el aislamiento internacional, la parálisis productiva y ser una nación inviable", se sostuvo en un plenario del partido fundador de Cambiemos.
En esa línea, Ferraro también dejó en claro que "la Coalición Cívica va a estar corrida de cualquier extremo, porque no podemos apostar a 'cuanto peor, mejor'. Seguiremos fortaleciendo y trabajando por la unidad de Juntos por el Cambio, pero no debe ser a cualquier precio. Tenemos que liderar una posición y poder sostener esa postura hacia afuera y hacia adentro, en este momento tan complejo de la Argentina, con responsabilidad y seriedad. Nosotros no vamos a aplaudir un default, sería una catástrofe para millones de argentinos".
La resolución de las diferencias internas podría ir por el camino de la síntesis, el acuerdo y una postura intermedia que deje a todos contentos, la abstención puede ser una de ellas. O, por otro lado, una votación dividida que explicite los bandos de halcones y palomas dentro del Congreso y fuera de él, con sus referentes políticos. Por lo pronto, el proyecto no está y es un factor clave para tomar posición.