El oficialismo avanzó en un par de acuerdos con Juntos por el Cambio que acercarían la posibilidad de que la principal oposición facilite el tratamiento del acuerdo con el FMI y, al menos un sector, se abstenga o vote a favor. El primer acuerdo, en la reunión que se hizo al mediodía en las oficinas de la presidencia de la Cámara de Diputados que conduce Sergio Massa, fue dejar sin efecto una idea del jefe del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, quien había adelantado la posibilidad de citar a la comisión a los ex funcionarios de Mauricio Macri que tomaron la deuda récord. El segundo acuerdo, que aún se definía, era la posibilidad de modificar los artículos del proyecto de manera de separar la autorización del Congreso a renegociar la deuda -que Juntos por el Cambio avala- y los anexos donde se detalla el plan económico -que la oposición no desea suscribir-. Luego de la tumultuosa sesión de apertura del miércoles, el acuerdo fue recibido el jueves en un clima más calmo.
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El cronograma propuesto por el Frente de Todos no tuvo mayores objeciones. La comisión de Presupuesto y Hacienda que presidente Carlos Heller será escenario el lunes, a partir de las 14, de un desfile de funcionarios clave. El jefe de Gabinete, Juan Manzur, el ministro de Economía, Martín Guzmán, el representante ante el FMI, Sergio Chodos, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el secretario de Hacienda Raúl Rigo. Además de exponer los detalles de la negociación y del acuerdo alcanzado, estarán disponibles para todas las preguntas que les quieran hacer los funcionarios.
El martes será el turno de los actores económicos. Las centrales obreras CGT y CTA, los empresarios del denominado G6 (la construcción, la banca, el comercio, la Bolsa de Valores, el campo y la industria), los bancos nacionales de ADEBA, las pequeñas empresas con APYME y los movimientos sociales. Además, también serán convocados los gobernadores que quieran acercarse a dar su opinión. En general, la mayoría de estos sectores ya se expresaron favorablemente al acuerdo. Por otro lado, tanto Heller como el vice de la comisión, el macrista Luciano Laspina, quedaron habilitados para sumar nuevos invitados a los acordados por los jefes de los bloques.
El miércoles será el último día de debate en comisión. Para este día, Martínez había especulado con la posibilidad de convocar a los ex funcionarios de la gestión de Mauricio Macri y responsables directos del endeudamiento como Nicolás Dujovne, Luis Caputo, Guido Sandleris y Federico Sturzenegger. Estos ex funcionarios, con total desparpajo, estuvieron haciendo declaraciones en los últimos días criticando sobre lo que se iba conociendo del acuerdo. Desde el PRO ya habían mostrado su rechazo a la idea, a la que calificaron de "chicana" del oficialismo. En pos de mejorar el clima en la Cámara, se consensuó dejar la propuesta de lado y se resolvió que se abra la sesión en comisión a partir de las 10 para el debate entre los integrantes y emitir dictamen.
Si el cronograma se cumple en tiempo y forma, el jueves el acuerdo irá al recinto para una sesión de contenido incierto. Massa conversó con el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri, el cambio de los escuetos tres artículos que conforman el proyecto -lo voluminoso son los anexos-, de manera de separar los tantos: que en un primer artículo se avale la facultad del Ejecutivo de renegociar con el FMI, que en el segundo quede el detalle de lo acordado y un tercero de forma. Si se modificara, desde el macrismo adelantaban que podrían aprobar el primero y el tercero para evitar el default y rechazar el segundo que remite a los anexos. "Así como está no lo aprobamos, estaríamos avalando esta política económica que rechazamos", confirmó Laspina. Además, sostuvo que no es función del Congreso aprobar planes económicos de los gobiernos. El jefe del interbloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, opinó más o menos lo mismo durante la reunión en el despacho de Massa. La idea del Ejecutivo era que se aprobara todo junto, Massa se mostraba más flexible.
La otra intriga pasa por el Frente de Todos. La vicepresidenta Cristina Kirchner y su hijo Máximo esperaban con ansiedad leer los detalles del acuerdo para tener una opinión definitiva. Prevalecía la sensación de que después del discurso de Alberto Fernández del miércoles, cuando planteó con firmeza la responsabilidad de Macri en el exorbitante endeudamiento, al punto de provocar la salida a los gritos del bloque del PRO. Sin embargo, la suba de tarifas resuelta generaba nuevas dudas, con varios legisladores reacios a levantar la mano para aprobarla.
La Cámpora reaccionó al envío del acuerdo con un video de Néstor Kirchner. "Esta deuda ha sido un constante vehículo de intromisiones porque está sujeta a revisiones periódicas y ha sido fuente de exigencias y más exigencias", subrayaba el ex presidente en aquel mensaje, un panorama que se repetirá con las diez revisiones trimestrales incluidas en el acuerdo hasta 2023. Para solucionarlo, Kirchner canceló aquella deuda de contado, una quimera para Fernández que no tiene en caja ni uno de los 45 mil millones de dólares que necesitaría para emularlo.
Un diputado, no camporista pero cercano a Máximo, decía que aún evaluaba qué hacer, cavilando entre la abstención y la aprobación. Pero, más allá del voto final que calificaba como "anecdótico", sostenía que lo trascendente serían las medidas que el Gobierno tomaría después. Qué sectores pagarían el acuerdo, si los más acomodados o los mismos de siempre. Según por dónde vaya la respuesta, la solidez del Frente de Todos correrá más o menos riesgo.