El 29 de diciembre será recordado como un día histórico para la lucha feminista. Cientos de miles de mujeres, jóvenes, personas se agolparon en las inmediaciones del Congreso para formar parte de la vigilia en el marco del tratamiento del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Desde 2005, la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito viene pujando para que el aborto sea legal en el país. Esta tarde, cuando terminó su conferencia de prensa, comenzaron la vigilia sentadas en el piso, descansando, o cantando con bombos, todavía animadas tras una extensa jornada bajo el sol, a la espera de la votación que se producirá durante la madrugada.
La mayoría de la gente estaba sentada en grupos, sin poder sacar su mirada de las pantallas que reproducían el debate presencial y virtual de la Cámara alta. Lo hacían a la par de comer choris, hamburguesas o panes rellenos, tres clásicos de las concentraciones multitudinarias.
Mientras en el escenario se sucedían distintos grupos musicales para animar lo que resta de una larga espera, Rocío, Manuela y Adriana, integrantes de la Red de Docentes por el Aborto Legal, comían empanadas caseras, sentadas en una lona y alternando entre esas canciones y los discursos del debate senatorial.
"Vinimos organizadas para la espera. Trajimos empanadas, budín de banana y botellas de agua congelada", contaron a Télam, y agregaron: "Dormimos poco porque estuvimos muy ansiosas por la votación de hoy. Somos de Capital Federal y estamos desde las 6 de la mañana acá porque estuvimos en la organización" de la concentración y posterior vigilia.
"Por lo que estuvimos viendo, está muy peleada la votación. El Estado se tiene que hacer cargo de lo que ya ocurre. En la calle existe el aborto y va seguir existiendo. Necesitamos que se reconozca la soberanía sobre nuestros cuerpos", señalaron. "Queremos que se incluya el aborto en la ESI (educación sexual integral). Hay que sacar el aborto de la clandestinidad pedagógica", remarcaron ante Télam.
Juelita, Carla y Daniela, por su parte, dijeron ser "optimistas" respecto a la eventual consagración de la legalidad del aborto. Las tres son primas, morigeraban su cansancio en una sentada grupal sobre la calle y residen en Capital Federal. "Vamos a quedarnos hasta que podamos. (El debate) viene lento", anticiparon mientras se corrían el barbijo de la boca y la nariz debido al calor persistente.