Es católica y vota a favor del aborto: "Es hora de que la Iglesia haga autocrítica"

La senadora del PRO dio un fuerte discurso en el Senado y apuntó a las fallas de la Iglesia Católica.

30 de diciembre, 2020 | 01.14

La senadora del PRO por la provincia de Buenos Aires, Gladys González, se volvió a expresar a favor de la despenalización y legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), tal como lo había hecho durante la sesión del Senado realizada hace dos años. Más allá de su extenso y emotivo discurso, se mostró muy crítica con la Iglesia Católica aclarando que estudió en un colegio religioso tanto en la primaria y en la secundaria. "Me bautizaron, tomé la comunión, la confirmación, me confesaba todos los martes y hacía examen de conciencia todas las noches. Crecí con el precepto de que debía llegar virgen al matrimonio y de que el sexo era fundamentalmente para procrear. No recibí educación sexual en la escuela, tuve la suerte de tener una familia que me acompañó en todas las etapas de mi desarrollo", comenzó.

Siguiendo esa línea, cuando le tocó votar por primera vez no dudó y sobre esto, recordó: "El 8 de agosto de 2018 estaba en esta misma banca, dando este mismo debate histórico. Un debate muy difícil para mí, para una persona con esta historia religiosa que acabo de mencionarles. Podría repetir todas y cada una de las palabras que dije en aquella ocasión, nada ha cambiado. Nuestras mujeres pobres siguen muriendo por abortos clandestinos y a pesar de todos los programas que fortalecimos, el Estado no logra llegar antes y salvar las dos vidas". Mientras que sumó: "Se trata de políticas a largo plazo, ¿y mientras tanto qué? Necesitamos de esta ley que le abra las puertas del sistema de salud a todas las mujeres".

A su vez, la legisladora González se animó a contar una historia personal que provocó mucha empatía en redes sociales: "El 8 de agosto de aquel año estaba embarazada de 9 semanas, de mi cuarto embarazo. Tengo tres hijos y deseaba tener otro, con todo mi corazón. Antes, durante y después de aquel debate, todos recibimos insultos y amenazas. En mi caso fueron tan explícitas que tuve que denunciar y cambiar mi número telefónico. A la par de ello, recibí mensajes muy dolorosos de algunos de mis hermanos cristianos, diciéndome que deseaban que me vaya al infierno y que Dios me iba a castigar". Y agregó: "Dos días después, perdí mi embarazo. Por un instante, pensé que Dios me había castigado por haber votado a favor de la legalización del aborto".

De todas maneras, entendió que la pérdida se debía a sus 45 años y dejó en claro que no cree que su Dios sea "uno que castiga" sino "un Dios que es amor, compasión, esperanza". Ante esto, destacó que no es justo criminalizar a las mujeres y disparó: "Hoy quiero preguntarle a mi Iglesia, ¿no será hora de que hagamos una autocrítica? ¿De que nos preguntemos por qué tardamos tanto en entender la necesidad y la importancia de la educación sexual? ¿De preguntarnos por qué nuestras mujeres católicas abortan? ¿No será hora de mirarnos hacia adentro y de preguntarnos qué estamos haciendo mal, que el mundo se aleja cada vez más de nuestra fe y elije otras espiritualidades?". Y advirtió: "¿Por qué queremos imponer por ley algo que no pudimos hacer por nuestras propias enseñanzas religiosas? ¿Por qué queremos imponer castigo con la vara de nuestra religión cuando no pudimos hacerlo con nuestra fe y oración para nuestros propios fieles?".

Siguiendo en la misma línea de autocrítica, la senadora de Cambiemos sumó: "A pesar de la fe, la oración y la doctrina, hemos fallado porque hemos llegado tarde a entender la importancia de la educación sexual. Porque hemos llegado tarde a entender la importancia de los anticonceptivos. Hemos fallado porque no logramos salvar la vida de ninguna mujer y ninguna otra vida. Seamos sinceros, parte de nuestra Iglesia Católica se opone a la ESI y al uso de anticonceptivos para todos los argentinos". Y volvió a apuntar: "Les gana la mirada del castigo y la culpa, no del amor y de la compasión. Y eso solo trae más dolor y más muerte".

También dejó en claro que entendió que fue elegida para representar a todos los habitantes de la provincia, sin importar sus creencias y manifestó: "Tienen el derecho a un Estado que les garantice el goce de su plena libertad para decidir. Estamos aquí para sancionar leyes que garanticen los derechos humanos, que el Estado proteja a las mujeres vulnerables. Se trata de la desigualdad y de la hipocresía. Yo pude elegir para mí, porque recibí formación. Pero lamentablemente, la mayoría de este país no tuvo ni tiene las mismas oportunidades". Además, llamó a que tanto el Estado como la Iglesia se hagan cargo y sean responsables dando una respuesta para salvar las dos vidas.

Para cerrar, Gladys González manifestó en su voto: "Yo vuelvo a hacerme cargo, no voy a mirar para otro lado. La clandestinidad mata, no salva ninguna vida. Esta ley no obliga a nadie a abortar. No estoy dispuesta a seguir cerrándole las puertas del sistema de salud a ninguna mujer". Y sentenció fuertemente, ganándose los aplausos de algunos colegas: "El Estado que quiero, del que formo parte y soy responsable, debe responder con equidad. Solo así, tendremos oportunidad de salvar las dos vidas, que sea ley".

El discurso