La senadora de Río Negro Silvina García Larraburu reflexionó su voto y decidió acompañar el proyecto de aborto legal. Mientras tanto, un grupo de anti-derechos comandados por un cura escracharon su domicilio en Bariloche con cruces y baberos alrededor.
La foto se viralizó en redes sociales y fue confirmada por el entorno de la legisladora a El Destape. Al parecer, durante la madrugada un cura con otro grupo clavó las cruces en el patio de la casa de la legisladora y cada cruz estaba rodeada de un babero de un color, como referencia a que votaba a favor de la muerte.
García Larraburu decidió su voto a favor en el debate, luego de que en el 2018 se haya abstenido. Su cambio de postura es clave para la aprobación del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
"Voto por una mujer libre", afirmó la legisladora cuando tomó la palabra. En un emocionante discurso, la representante rionegrina decidió ejemplificar con un caso real: "Quiero contarles una historia real, la historia de Marina. Se enfrentó a una situación crítica, como la de tantas mujeres. Se esfuerza en su trabajo, se compromete con sus estudios, quiere progresar como persona. Tiene sueños, metas y objetivos. Por descuido, quizás, imprudencia o ignorancia, queda embarazada. En sólo un instante, todo se le derrumba. Su vida se estremece, se siente sola y desamparada. Sus creencias, valores, su profunda fe chocan de frente con el futuro que había previsto para su vida".
Y agregó: "Marina siente mucha culpa, el miedo la paraliza, en su sentir más profundo cree que puede existir en el futuro un castigo divino. Un castigo que le impida tener hijos y formar una familia. Lo que no encuentra es amor, comprensión. Nadie la entiende, nadie la protege. Sabe que el problema es sólo de ella".
"El final de la historia de Marina es diferente a lo que imaginamos. Ella tenía sus ahorros, pudo pagar una operación clandestina que de milagro salió bien. Marina lloró, Marina se deprimió, se levantó y siguió. Formó una familia. Marina no olvidó y la tristeza la visita de vez en cuando, porque toda decisión siempre tiene un costo. Conocemos miles de casos de mujeres que no han corrido la misma suerte y que han muerto o han perdido su capacidad de procrear. Marina sigue con su fe intacta y no se atreve a juzgar a otra mujer porque sabe que solamente quien estuvo en sus zapatos, puede entender lo que se siente", sentenció.