El presidente Alberto Fernández llegó a las 11 a la Catedral Metropolitana, donde el arzobispo de Buenos Aires Mario Poli -quien renunciará en los próximos días- encabezó la tradicional ceremonia religiosa que acompaña los aniversarios de la Revolución de Mayo. En su último Tedeum como mandatario, Alberto llamó a "construir una convivencia democrática", en línea con el llamado a "la unidad" de Poli.
Además, ratificó "el compromiso con los que menos tienen" por parte del Gobierno que conducirá hasta el próximo 10 de diciembre. Para culminar con su discurso, el Presidente pidió rezar por el Papa Francisco y "cada argentino y cada argentina", para "de una vez por todas" poder construir la unidad que pidió el cardenal Poli en sus palabras y "en unidad" también alcanzar una sociedad más justa.
Fernández estuvo acompañado de su ministro de Economía, Sergio Massa -quien luego asistirá al acto en conmemoración por el 20° de la asunción presidencial de Néstor Kirchner que encabezará en Plaza de Mayo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner-, y de otros funcionarios de su gabinete.
Todos llegaron a la Catedral de Buenos Aires caminando desde la Casa de Gobierno, la cual se ubica a casi 300 metros de distancia, en el otro extremo de la Plaza de Mayo.
De la celebración religiosa participaron además el resto del gabinete, entre ellos el canciller Santiago Cafiero; el jefe de Gabinete, Agustín Rossi; y los ministros de Interior, Eduardo ‘Wado’ De Pedro (Interior), Santiago Maggiotti (Desarrollo Territorial y Hábitat), Raquel ‘Kelly’ Kismer de Olmos (Trabajo); Martín Soria (Justicia); Jorge Taiana (Defensa); y Diego Giuliano (Transporte), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social) y el secretario General de Presidencia, Julio Vitobello, entre otros funcionarios del Ejecutivo.
Las palabras del arzobispo Mario Poli
En lo que fue el último Tedeum por la Revolución de Mayo, Mario Poli afirmó que en las cercanías de un nuevo proceso electoral se presenta una "inmejorable oportunidad" para que los candidatos hagan "docencia democrática" con propuestas claras y realistas, evitando descalificar a los competidores. En ese sentido, el arzobispo de Buenos Aires llamó a la "urgente unidad de los argentinos" y pidió "no excluir a nadie"
Durante la homilía, y ante la presencia de Alberto Fernández y sus ministros del Gabinete y Horacio Rodríguez Larreta, Mario Poli recordó las palabras del Papa al considerar que "la política es más noble que la apariencia, que el marketing, que distintas formas de maquillaje mediático". "Todo eso lo único que logra es sembrar división, enemistad y un escepticismo desolador incapaz de apelar a un proyecto común. Necesitamos aceptar que toda democracia padece momentos de conflictividad", sumó el arzobispo.
"En esas situaciones complejas, alimentar la confrontación buscando culpables en el pasado o en el presente, puede parecer el camino más fácil, sembrando desconfianza y alimentando más enfrentamientos. Pero el modo más sabio y oportuno de prevenirlas y abordarlas es procurar consensos a través del diálogo", continuó Poli, al tiempo que destacó que si hay un debilitamiento y descreimiento de la democracia es responsabilidad compartida por todos.
"Nuestro régimen democrático ha probado ser el más óptimo ordenador de la vida civil, garantizando libertades, favoreciendo procesos de inclusión y promoviendo derechos sociales", agregó el arzobispo. Además, Poli hizo "un llamado urgente a la unidad" de los argentinos para que "todos sean uno". "Si no recordamos agradecidos de dónde venimos, difícilmente podremos avanzar hacia dónde queremos ir como Nación", subrayó.