Luego de dos años de virtualidad obligada por la pandemia, la movilización por el aniversario del 24 de marzo, Día de la Memoria, se caracterizó por la emoción del reencuentro en las calles pero también por su masividad y el contenido político extra que le otorgó el debate interno que atraviesa el Frente de Todos. En una actividad por los desaparecidos en el Conicet, el presidente Alberto Fernández realizó una nueva invocación a la unidad. "El 24 de Marzo es el día que más unidos estamos los argentinos", consideró. La Cámpora, en tanto, organizó un marcha multitudinaria que cruzó la ciudad. Máximo Kirchner habló poco y deslizó la necesidad de un país "con la gente adentro". También se expresaron el gobernador bonaerense Axel Kicillof y su ministro de Desarrollo Social Andrés Larroque.
En los últimos días, el Presidente se convirtió en un predicador de la unidad. “Hoy es el día en que más unidos estamos porque tenemos una sola consigna: verdad y justicia. Cada 24 de marzo, la Argentina se une para repudiar lo que pasó y ahí no tenemos distancias. Algunos son peronistas, otros progresistas, pero todos sabemos que hubo un 24 de marzo en el que un gobierno de facto postergó a la Argentina como ningún gobierno la había postergado”, sostuvo Fernández acompañado por el ministro de Ciencia, Daniel Filmus, y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti. Estuvieron en el Polo Científico junto a varios funcionarios y personalidades de los derechos humanos donde descubrieron una placa conmemorativa a los desaparecidos del Conicet. Pietragalla se trasladó luego hasta la Ex Esma, desde donde partió la columna camporista, de varias cuadras de extensión.
A la gran movilización se le otorgó un significado especial dadas las turbulencias que sufre el oficialismo desde el debate por el acuerdo con el FMI. Máximo Kirchner encabezó una columna que calcularon en más de 50 mil personas a la que se sumaron Kicillof y varios funcionarios bonaerenses como Martín Insaurralde, Leo Nardini y Cristina Alvarez Rodríguez y dirigentes con peso territorial como Gustavo Menéndez y Mariano Cascallares, quienes no pertenecen a la agrupación juvenil.
Avanzada la marcha, Máximo habló brevemente con una radio instalada por militantes. Aconsejó no quedarse en el lamento por la situación del país. "Tenemos que seguir adelante. La autocompasión es el peor de los caminos tenemos que transformar la realidad, para eso estamos nosotros. El Gobierno tiene que ser con la gente adentro”, dijo. Y agregó: "Tenemos que entender que cuando la gente es parte de un gobierno, lo banca; lo malo es menos malo y lo bueno es más bueno. Es con la gente adentro”. La vicepresidenta Cristina Kirchner destacó temprano la movilización a través de las redes sociales.
"Independencia económica", decía una de las banderas que cruzaban a lo ancho la columna. Como secretario general de La Cámpora, el "Cuervo" Larroque estuvo desde la primera hora y dio una entrevista en la que detalló su visión sobre la situación interna del Frente de Todos. “Es claro que las decisiones las toma el Presidente, pero él llegó a ese lugar a través de una coalición y nosotros lo que planteamos es que es el frente político es el que debe funcionar”, explicó. El kirchnerismo plantea que debe volver a ponerse en funcionamiento una mesa chica que discuta las políticas oficiales en la que estén representados los sectores internos. “No nos podemos ir de algo que empezamos. El Presidente estaba en un espacio politico, después fue jefe de campaña de un espacio que en la elección en la provincia de Buenos Aires sacó cuatro puntos. Fue después convocado por Cristina, se sumaron distintos actores y se definió la candidatura de Alberto, pero me parece que es difícil que nos vayamos de algo que constituimos”, aclaró Larroque. Aunque crítico, ratificó así la continuidad del kichenrismo en el Frente de Todos, aunque con el reclamo de nuevas reglas.
El gobernador Kicillof, quien no había participado públicamente de las discusiones de los últimos días, habló en un breve acto en la sede Madres de Plaza de Mayo junto a Hebe de Bonafini. "Al que no le interesa pelearse con nadie que sepa que no lo necesitamos, hay que dar todas las peleas", apuntó. "Hay que pensar para qué llegamos al gobierno en el 19. Y no es para permanecer, ni para no molestar, es para darle de comer a la gente", afirmó, evidentemente disconforme con la actitud del Gobierno frente a la suba de precios provocada por la guerra en Ucrania y la especulación de los actores locales.
Es el otro reclamo que se le hace al Presidente desde el kirchnerismo, además de la necesidad de reestructurar internamente el funcionamiento del Frente. Que se plante más resueltamente frente a la alarmante suba de los alimentos experimentada en los últimos días. Fernández prometió que convocaría a la UIA y a las centrales sindicales -probablemente lo haga en las próximas horas- para iniciar un diálogo por los precios y salarios y que si no se llegaba a un acuerdo, tomaría medidas. "Si el diálogo no funciona, que nadie dude que no me va a temblar el pulso. Tenemos que conseguir que los salarios le vuelvan a ganar a la inflación", advirtió esta semana en diálogo con El Destape Radio. En esa entrevista, Fernández ya había rechazado la recriminación sobre la que volvió Kicillof en la marcha. "Yo he dado todas las peleas que tengo que dar. No soy un moderado, lo que pasa es que no lo hago a los gritos", consideró.
Lo cierto es que transcurrió una jornada que se anticipaba complicada para el Frente de Todos y nada se había roto. Al menos más de lo que ya estaba. "Podemos celebrar que seguimos adelante, pero el futuro parece difícil si no se ven cambios", se sinceraba por la noche un ministro que había conversado con el Presidente. El compás de espera sigue abierto.