Tucumán: denuncian que policía retirado asesinó a un campesino para quitarle su tierra

Juan Carlos González, un campesino de 60 años, fue asesinado en su campo por el policía retirado Carlos Fortunato Flores, quien quería usurpar sus tierras para alquilarlas a sojeros de la zona, según denunciaron desde la Unión de Trabajadores de la Tierra. Advierten que no son hechos aislados.

18 de septiembre, 2020 | 09.08

El conflicto por el acceso a la tierra, que se extiende en todo el país, tuvo en este caso un desenlace fatal. El pasado martes, Juan Carlos González, campesino de la base La Tala de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) Tucumán fue asesinado en su campo al recibir tres disparos del policía retirado Carlos Fortunato Flores, quien quería usurpar sus tierras para alquilarlas a sojeros de la zona, según denuncia la organización.

Don Cheta, así lo llamaban, tenía 60 años. Esa mañana había llevado sus vacas al terreno donde nació y se crió, y donde su familia paterna trabajó la tierra toda la vida, en la localidad de El Cevilar, a unos 25 kilómetros de la capital tucumana. Carlos Flores se acercó para decirle que ya no podía entrar más a esas tierras porque no le pertenecían. Discutieron, el ex policía sacó su arma, una carabina calibre 22, y le pegó tres tiros a Don Cheta, que cayó de su caballo y murió.

A las 10.30 de la mañana, el hijo de Juan Carlos, Luis, recibe la llamada de una familiar que trabaja en un hospital, advertida por otra mujer, una vecina que le avisa que en el terreno de la familia había un hombre tirado, rodeado de animales y policías. Luis fue rápidamente al lugar y cuando llegó lo vio a su padre muerto en el piso con las manos agarrándose el pecho.

“Tenía tres disparos en el pecho, lo mató con la carabina. No estaba armado, no tenía ni cuchillo, ni siquiera un látigo, mucho menos un arma”, cuenta Lidia Rosa González, la esposa de Don Cheta, en diálogo con El Destape. “Cuando nos avisaron que estaba tirado pensábamos que lo había volteado el caballo”, dice la mujer desde la casilla en la comuna de El Bracho, a 700 metros del lugar en el que mataron a su marido.

Según la versión policial relatada a la familia, Flores dijo que disparó en defensa propia. Investigan si estaba acompañado por otros dos hombres. “Ya tenía antecedentes penales por intentos de homicidio y robos pero se paseaba por la zona impunemente usurpando terrenos para el negocio de los sojeros”, denuncia desde la UTT. Carlos Flores, un policía retirado de 74 años, se entregó en la comisaría, pero está libre, en la casa de una sobrina en Horco Molle, Yerba Buena. El caso es investigado por la Unidad Fiscal de Homicidios II a cargo del fiscal Carlos Sale.

“No puede ser que este asesino esté de vacaciones en lo de su sobrina, queremos que esté preso y pague por lo que ha hecho”, exige Lidia. Estaba casada con Don Cheta desde hace 40 años. Explica que el conflicto sobre la propiedad de esa tierra viene desde el año 1951, cuando murieron los dueños y el abuelo de Don Cheta comenzó a trabajarla, y hasta hoy está inconclusa la sucesión legal.

Justo ahí donde pierde la vida fue donde nació y se crió junto a ocho hermanos. Trabajaba todo el día, desde que amanecía hasta que anochecía y se tomaba un jarro de mate cocido. Iba de la casa al cerco y del cerco a la casa, vivíamos trabajando”, cuenta Lidia. Juntos hachaban caña, leña, sembraban maíz, zapallo, y en los últimos días regaban para poner unas semillas. Don Cheta vivió y murió trabajando arriba de su caballo.

“Son gente tranquila, de perfil muy bajo, campesinos que van humildemente día a día a cuidar sus vacas y sus animales, no puede quedar impune este asesinato”, dice María Juárez, delegada de la base La Tala de la UTT.

“Exigimos al Gobierno de Tucumán que se haga justicia por nuestro compañero, no puede ser que personas vinculadas con la policía se manejen con total impunidad para robar las tierras de nuestros pequeños productores”, denunció Daniel Robles, delegado de la UTT en la provincia de Tucumán.

Desde la organización, que agrupa a miles de hombres y mujeres que producen alimentos en todo el país, denun que el asesinato de Don Cheta González no es un caso aislado. Advierten que la falta de regulación y políticas públicas que garanticen el derecho a la tierra para las familias campesinas en la provincia y a nivel nacional terminan con estos aberrantes hechos.

“Ni un muerto más por el derecho a la tierra en la Argentina”, exigen desde la UTT, mientras insisten con el reclamo de que se trate en el Congreso Nacional la "Ley de Acceso a la Tierra".