“Débiles con los fuertes, fuertes con los débiles” decía Néstor Kirchner en el año 2000, criticando al gobierno de la primera Alianza.
Esta semana, el Frente de Todos pareció más cercano a la impotencia de De la Rúa que a la impaciencia de Néstor. En unos pocos días, Juanchi Zavaleta, ministro de Desarrollo Social de la Nación, informó en el Congreso que los productores concentrados de alimentos se niegan a venderle azúcar y aceite al Estado ya que prefieren exportar su producción, sin que el gobierno reaccione frente a una decisión que perjudica a miles de personas que comen en comedores y merenderos; por otro lado, las fuerzas de Seguridad participaron de un operativo absurdo en Villa Mascardi contra peligrosas mujeres mapuche armadas de pañuelos y pañales, mientras la bonaerense volvió sin bozal a sus peores épocas con una represión descontrolada en la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata.
Desde el episodio Vicentin, el gobierno persiste en sobreactuar su voluntad de diálogo con los grandes productores agropecuarios sin lograr frenar el aumento del precio de los alimentos. Pocos días antes de la presentación de Zavaleta, José Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria y Desarrollo Productivo, explicó que existen leyes para regular los márgenes excesivos de las empresas y que el gobierno analiza la posibilidad de aplicarlas. Que el gobierno analice la posibilidad de aplicar leyes luego de dos años y medio de haber asumido es sin duda una noticia encomiable.
El desalojo policial en la comunidad Lof Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi ordenado por la jueza Silvina Domínguez terminó con siete mujeres detenidas, cuatro de las cuales fueron trasladadas a un penal federal en Buenos Aires para luego ser enviadas nuevamente a Bariloche. La pantomima judicial del operativo, denunciada por el CELS, está más relacionada con la histeria punitiva de Juntos por el Cambio y nuestros medios serios- dos colectivos que cuesta diferenciar- que con la política de DDHH enunciada por el gobierno de Alberto Fernández. La renuncia de Eli Gómez Alcorta al ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad refleja ese conflicto.
Quienes transforman un reclamo de tierras de parte de la comunidad mapuche en la avanzada de una guerrilla imaginaria mapuche-iraní y piden bala contra personas desarmadas en nombre de las instituciones republicanas deberían leer la Constitución Nacional además de invocarla: en el artículo 75 inc. 17 el texto reformado en 1994 establece “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos (…) reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano (…) Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten”. Es razonable que nadie en las jaulas de La Nación Más o TN mencione este artículo: lo denunciarían por castrochavista.
Luego del descontrol policial en la cancha de Gimnasia y Esgrima de La Plata que causó varias víctimas incluyendo una fatal, el gobernador Axel Kicillof pasó a disposición al responsable del operativo, quien fue detenido junto al policía que disparó contra un camarógrafo, y desde la gobernación anunciaron que no serían los únicos cesanteados. Esa decisión contrastó con la primera reacción de Sergio Berni, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, que responsabilizó a los organizadores por lo ocurrido. Al parecer, habrían sido los dirigentes del club quienes arrojaron gases lacrimógenos y balas de goma a mansalva. Como escribió nuestro colega Gerardo Delelisi: “Quisimos volver a Néstor pero nos pasamos y llegamos a Duhalde.”
https://twitter.com/GeraDelelisi/status/1578374938599137281?s=20&t=4ucGNfWHr4gxPaO-EsjjCw
Desde la oposición criticaron al gobernador por la represión policial durante un partido de fútbol. La ex ministra Pum Pum escribió en mayúsculas en su cuenta de twitter: “DESTRUYERON TODO LO CONSTRUIDO EN CUATRO AÑOS EN SEGURIDAD”. Es cierto que fue tanto lo construido a nivel de la seguridad en los estadios durante el gobierno de Cambiemos que la final de la Copa Libertadores del 2018, entre Boca y River, tuvo que jugarse fuera de la Argentina.
El humorista radical Mario Negri se preguntó por su lado “¿Se imaginan si la represión trágica en la cancha de Gimnasia pasara en un gobierno de Juntos por el Cambio?”. En realidad, no es muy difícil imaginarlo. Si la represión hubiera ocurrido durante el gobierno de Cambiemos, nuestros medios serios y el gobierno en pleno culparían a las víctimas y premiarían a los victimarios.
Quien más brilló, sin embargo, fue Fray Hernán Lombardi- ex Inquisidor General del Virreinato y Martillo de Télam- al considerar que “la constante kirchnerista es borrarse en las tragedias”. Lombardi tiene razón, tenemos mucho que aprender de él y sus amigos en materia de tragedias y deserciones en helicóptero.
Nuestra derecha mejora mucho en la oposición, manteniéndola ahí ganamos todos.
Nuestros medios serios no solo buscan desgastar al oficialismo sino que también disciplinan a la oposición, como lo ilustra el episodio de Neuromanes, diputado radical de Juntos por el Cambio que intenta buscar su camino por fuera de CFK pero también de Macri. La crítica que realizó al espionaje ilegal de propios y ajenos llevado a cabo desde la AFI macrista desató la furia de los periodistas serios que castigaron al radical y se arrojaron sobre la granada, invocando, vaya asombro, la presunción de inocencia de Mauricio Macri. A un año de las elecciones presidenciales, nuestros medios serios ordenan con furia la oferta opositora. No habrá misericordia con los díscolos.
En pleno frenesí, Juntos por el Cambio promete terminar con la ley de contrato de trabajo y otras conquistas sociales si vuelve al poder, mientras un grupo de extrema derecha con ramificaciones todavía desconocidas estuvo a punto de asesinar a CFK. En ese marco terrible, la CGT anunció que no convocará a una marcha el próximo 17 de Octubre sino que realizará un acto en Obras Sanitarias. No aclaró si la convocatoria incluirá un bandejeo de canapés de choris o choripés.
Lejos de ese reino de Narnia, la lucha sindical logra avances importantes como lo demuestran Sergio Palazzo con la Bancaria, Alejandro Crespo en el Sindicato Único De Trabajadores del Neumático (SUTNA) o los Camioneros de Pablo Moyano.
Frente a un futuro incierto, es bueno elegir su propia aventura.
Imagen: Neuromanes pone en peligro la unidad de Juntos por el Cambio (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)