La madre del borrego

03 de octubre, 2021 | 00.05

Alicia Blanqueo Villegas admitió ante la AFIP que era la dueña del fideicomiso blanqueado en forma irregular por su hijo Gianfranco, es decir, confesó una evasión agravada, delito que en la Argentina se sanciona con una pena de entre dos y seis años de cárcel. Confieso que me preocupan más las decisiones políticas que tomó Mauricio Macri como presidente que el incremento del patrimonio de su familia y de sus socios y amigos, pero muchas almas de cristal que solían atormentarse por las sospechas contra algún kirchnerista hoy no parecen preocupadas por un delito confeso que involucra al entorno directo del ex presidente y se relaciona con un decreto firmado por él. Quien sabe, tal vez el problema no fuera la corrupción presunta del kirchnerismo sino sus políticas.

En todo caso, debemos agradecer que Blanqueo Villegas sea la mamá de Macri y no la de un ex presidente kirchnerista ya que eso nos salva de una carta de Leuco, una indignación de Canosa, un tic de Majul, una alucinación de Fernández Díaz, un lamento de Novaresio, un frenesí de Pablo Rossi, un rictus de Cristina Pérez, un diagnóstico a distancia del teledoctor Castro, una imprecación de Jony Viale, una irritación de Oliván, una investigación de Wiñazki, un aullido de Etchecopar y un eructo de Lanata.

Esta semana también supimos que la justicia llamó a indagatoria a Macri por la causa de las escuchas ilegales de la AFI a los familiares de los tripulantes del ARA San Juan. El juez le prohibió salir del país, lo que es un poco peculiar teniendo en cuenta que está en EEUU. Varios ex funcionarios y diputados macristas denunciaron lo que consideran una persecución judicial y llamaron a votar a Juntos por el Cambio en noviembre para frenarla. Es decir que no sólo reconocen que los jueces son influenciados por los cambios electorales sino que lo incentivan. Lo que no queda claro es qué piensan esos ex funcionarios con respecto a las escuchas ilegales: ¿No ocurrieron? ¿Ocurrieron y Gustavo Arribas, amigo íntimo de Macri y titular de la AFI, no estaba al tanto? ¿Arribas estaba al tanto pero Macri no? Es un tema complejo.

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El llamado a indagatoria del ex presidente tuvo un efecto colateral virtuoso: La Nación descubrió la inocencia presunta de todo acusado y describió el delito como “presunto”. Saludamos ese cambio notable y esperamos que se mantenga también con acusados kirchneristas, aunque sabemos que no será fácil: El kirchnerismo es casi una confesión de parte.

Impulsada por el frenesí republicano que le generó a Juntos por el Cambio el resultado de las PASO, la ex Gobernadora Coraje- antaño orgullosamente bonaerense devenida en orgullosamente porteña- llamó a ganar las elecciones para “frenar al gobierno” y prometió desplazar al oficialismo de la presidencia de la Cámara de Diputados, algo nunca visto desde la vuelta de la democracia.

En una entrevista en EEUU, Macri explicó que volverán al poder en 2023 y que será diferente al 2015, ya que en aquel momento “la gente no percibía la crisis” y por eso debió optar por el gradualismo. Según su análisis la crisis inevitable que llegará antes del 2023 convencerá a la gente a aceptar las reformas estructurales necesarias, esos famosos presentes calamitosos que garantizan futuros tan venturosos como lejanos. Pasamos así de la crisis asintomática del 2015 (que nadie percibía) a la crisis prometida para el 2023.

Por último, la Legislatura porteña votó una asombrosa ley- aún para el generoso estándar del PRO- que permite al Tribunal Superior de Justicia de la CABA revisar causas que tramita la justicia nacional. Esta decisión extravagante e inconstitucional tampoco causó revuelo entre los defensores de la república y coso. Ni el Dr. Gil Lavedra, ni mis amigos radicales de #LaCarlosNino ni tampoco la pasionaria de hotelería austral Margarita Stolbizer o el constitucionalista independiente Daniel Sabsay opinaron al respecto. Es más, Stolbizer aportó los votos de su sello de goma en la legislatura de la CABA para entregarle esa justicia a medida al PRO. Imaginemos la reacción de nuestros medios serios si la maniobra hubiera sido impulsada por el gobernador Gildo Insfrán para que el Superior Tribunal de Justicia de Formosa revisara las decisiones de la justicia nacional.

Con encomiable honestidad, la derecha nos está anunciando que se terminó la época de los globos y la alegría y arrancó la temporada de persecución institucional, crisis incentivada y lawfare a cielo abierto.

El Frente de Todos puede hacer muchas cosas salvo no anoticiarse de esa amenaza.

 

Imagen: Gerardo I, visir de la Puna y Azote de Dios, ofrece sus jueces para el Superior Tribunal de Justicia porteño (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)