El INDEC dio a conocer esta semana la inflación de noviembre: 4,9%. En términos interanuales, la suba llega al 92,4%. ¿Cómo analizarlo?
En primer lugar, si se mira qué pasó con el rubro que más preocupa por su impacto en la canasta familiar, se observa que Alimentos y Bebidas tuvo un aumento del 3,5%, sensiblemente por debajo del mes anterior (6,2%) y de los incrementos sostenidos que se registraron desde marzo en adelante.
¿Qué explica esta baja? La moderación en los precios de este rubro está vinculada a la implementación del acuerdo “Precios Justos”. A la par, la tendencia a la baja en los precios de la carne y de frutas y verduras contribuyó favorablemente a esa desaceleración.
Tal como se ha mencionado en esta columna, los incrementos de precios no encuentran justificación en las variables que suelen presentarse como causales: no es el conflicto bélico (en los últimos cinco meses los precios internacionales redujeron su valor 12,3% en dólares (+15,8% en pesos)), no es por el dólar oficial, ni por los paralelos, no es por las tarifas, ni las naftas, ni por los salarios.
Al tiempo que, por otro lado, según un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), los balances de las grandes empresas arrojan un significativo crecimiento de la rentabilidad explicada, en buena medida, por remarcaciones injustificadas. Las principales empresas alimenticias y de distribución incrementaron en el último tiempo su resultado operativo, en promedio, 70%. Ello representa aproximadamente USD 300 millones en un plazo de seis meses para Arcor y Molinos, un año en el caso de Ledesma, y de nueve meses para La Anónima. Es decir, casi USD 10 millones mensuales.
Mientas que, si se mira qué pasó con la distribución del ingreso, la participación de los/las trabajadores/as cayó entre el primer semestre de 2016 y el primer semestre de 2022, en -6,9 puntos. Por el contrario, la participación del capital en igual período muestra un incremento de 5,3 puntos, principalmente porque la recuperación económica post pandemia quedó en pocas manos.
En este contexto resulta evidente que las regulaciones de precios en estas circunstancias se vuelven necesarias, ante los signos de “inercia especulativa” y las sostenidas remarcaciones arbitrarias.
En segundo lugar, si se observa cuáles son los rubros que explicaron los aumentos en noviembre, aparecen: Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un incremento de 8,7%, ya que el impacto de la quita de subsidios se empezó a notar. Así como el rubro Comunicación, que mantuvo subas elevadas, 6,4%, por aumento de telefonía e internet. En tanto que Transporte incrementó sus valores en 6,1%.
Respecto a los dos rubros sobre los que se suele poner la lupa por la tendencia al alza que vienen registrando –incluso por arriba del índice general de inflación-, cabe decir que por el lado de Restaurantes, la especulación relacionada con la futura temporada, se trasladó en un incremento del 5,5% en el rubro, con un valor interanual de 106,3%.
Al tiempo que Prendas de Vestir, que ha mostrado en 2022 incrementos significativos (la variación i.a. continúa siendo de 122,4%), se redujo sensiblemente: 4,5%. El acuerdo con el sector parece mostrar efectos sobre sus precios.
Finalmente, ¿qué se puede esperar en diciembre? En cuanto a Alimentos y bebidas, la aplicación plena del Programa Precios Justos muestra que, según las principales consultoras, en los días que van de este mes, se mantiene la desaceleración de precios. En este punto, los acuerdos para regular precios de insumos difundidos pueden contribuir a dar mayor estabilidad. Nos obstante ello, es preciso considerar que diciembre suele ser un mes de suba de los precios.
Por su parte, si se mira el factor dólar, se movió al 6,6% en noviembre (punta a punta). Este mes, el ritmo de mayor aceleración implementado desde diciembre último, hizo que el valor quedara por encima de la inflación, por primera vez.
En cuanto a las tarifas, el grupo de mayores ingresos dejó de percibir 20% de los subsidios en octubre, lo que impactó en noviembre. La siguiente quita del 40% corresponde al mes de diciembre e impactará en enero de 2023. Finalmente, la quita de 40% restante se producirá en febrero, por lo que tendrá impacto en marzo. En lo referido a agua, comenzó la quita en noviembre. Las naftas incrementaron 4% sus precios a principios de mes, en el marco del acuerdo con las petroleras.
Para cerrar, en prepagas impactará la aplicación del incremento bimestral de 13,8% y en Comunicaciones, el nuevo incremento habilitado para el mes es del orden del 9,8%. Es de esperar que esto impacte en el número final del año, pero el objetivo oficial de evitar un cierre de año en tres dígitos ya no parece una quimera.