El Secreto Fiscal y el Etiquetado Frontal de los periodistas

20 de agosto, 2021 | 22.45

Las mejores decisiones se toman cuando el decisor cuenta con toda la información relevante para decidir. 

Esta perogrullada es la base fundamental de la teoría económica. A Joseph Stiglitz le dieron el Premio Nobel de Economía por sus investigaciones sobre los problemas que se generan en la economía real cuando personas deciden sin contar con toda la información relevante.

En el anteúltimo acto oficial pre campaña, el Presidente Alberto Fernandez  vinculó la ley de Etiquetado Frontal de los alimentos con la información que los ciudadanos deberíamos tener presente a la hora de votar. 

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Douglas North, otro Premio Nobel de Economía menos famoso pero muy influyente, escribió que el sistema político es un mercado repleto de fallas de información. Los votantes decidimos a quién votar con muy poca información. North es conocido entre los economistas como el fundador de  la escuela neoinstitucionalista. Su premio Nobel coincidió temporalmente con la fascinación de los políticos argentinos con la palabra “instituciones”. Para muchos políticos, la respuesta automática ante cualquier problema socioeconómico es “la falta de instituciones”. 

Para North las instituciones son algo así como las reglas no escritas que rigen el comportamiento de los individuos y más precisamente sus interrelaciones con el resto de la sociedad. Una de las claves para tener “buenas instituciones” es que los individuos se tengan confianza entre sí.

En el siglo 21 y más aún en tiempos de pandemia gran parte de nuestras relaciones están atravesadas por los medios. Downs decía que los partidos políticos eran construcciones sociales que tenían como objetivo resolver los problemas de información que tenían los políticos y los votantes. Cada grupo tenía “ignorancia” sobre los deseos y necesidades; o sobre las propuestas del otro, respectivamente. Los partidos políticos eran estructuras diseñadas para  intermediar entre ambos grupos llevando y trayendo el bien más escaso: La información. 

Con el tiempo los políticos encontraron otros “medios” que son más eficientes para hacer conocer sus propuestas y para hacerse conocer. Y los partidos políticos entraron en crisis. Pero no los políticos. Rápidamente los medios se transformaron en los nuevos “medios”.

Con Sebastián somos amigos desde el secundario. Sebastián consume “medios”. Mirá A24 y TN más de 4 horas diarias. Seba sabe que todos los domingos escucho #boudoulounge. Un día me dice “Pero Ricardo como vas a escuchar ese programa si el tipo se robó la máquina de hacer billetes!!!”. Seba, vos sabías que al testigo clave en esa causa Macri le puso un hotel como pago del acuerdo que hicieron para meter preso a Boudou?”. “No, no lo sabía”. 

Seba tiene confianza en A24 y en TN, por eso cuando prende la tele siempre termina eligiendo alguno de esos dos canales para saber que pasa. 

¿Seba seguiría confiando en A24 y en TN si supiera de que están hechos sus alimentos informativos? “Todos los que saben como se hacen las salchichas, no comen salchichas”, es un mito urbano muy difundido. 

El Congreso está debatiendo la ley de Etiquetado Frontal de alimentos. ¿Por qué vamos a tener información sobre cómo están hechos los alimentos pero no podemos saber de qué están hechos los medios? ¿Cuál es el nivel de pauta oficial que reciben los periodistas? ¿Cuál es el nivel de pauta no oficial que reciben los periodistas?

Hace un tiempo les propuse que seamos como Australia y eliminemos el secreto fiscal. ¿Qué pasaría si la AFIP pudiera libremente publicar quiénes son los aportantes y socios comerciales de los medios y de los principales periodistas. 

Todos sabemos quiénes son los dueños del Washignton Post y de Fox News. ¿Por qué no podemos saber quienes son los dueños, aportantes y financistas de los medios argentinos?

Si necesitamos buenas instituciones que despierten confianza entre los ciudadanos, ¿no es hora de que los ciudadanos tengamos derechos a saber cómo se financian los emprendimientos periodísticos?

¿Qué mejor para una democracia que ciudadanos informados, informados sobre quienes los informan?

La historia del Secreto Fiscal, la prohibición que tiene el fisco de divulgar toda información vinculada con las obligaciones fiscales de las empresas y las personas, se remonta al contrataque de las corporaciones ante la iniciativa de Roosvelt de fortalecer el poder de gobierno estadounidense para combatir prácticas monopólicas. 

La historia nos enseña que Roosvetl tuvo una victoria pírrica, el establecimiento del Secreto Fiscal contribuyó al crecimiento explosivo de las corporaciones. 

Como dijimos antes, hace unos años Australia levantó el secreto fiscal. Si queremos ser Australia, sigamos su ejemplo.

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