Durante el fin de semana Ricardo Roa y Laura Serra, editorialistas de Clarín y La Nación, dedicaron un espacio a La Rioja.
En dichos artículos aparecen conceptos y calificaciones que proyectan sus miradas y especialmente su forma de valorar a una provincia que en nada se diferencia de las opiniones que los editorialistas tenían en el siglo XIX.
A continuación expondré ejemplos de dichas opiniones y cómo adjetivan a la gente y a sus gobernantes.
Para Laura Serra La Rioja tiene una ciudad con "apenas" doscientos mil habitantes, en otro tramo de su editorial destaca que La Rioja es un “escándalo” , además agrega que la provincia es un “feudo” y la “división de poderes es una quimera”. Al final resalta que el gobernador Ricardo Quintela es el “último” gobernador.
Dichas expresiones se combinan con un par de conjunciones gramaticales que esconden el centro de la editorial: descalificar con apelativos personales a la población y a quien gobierna.
No menos interesante es la columna de Ricardo Roa en Clarín que define al gobernador Quintela como “tipo raro”, “escondido”, “gobernador por casualidad” y remata diciendo “que su ala gitano lo dice todo”. En referencia a la provincia la califica como “feudo del norte”.
En ambas opiniones se describe con apelativos descalificativos a la población y a su gobernante, pero cuando se refieren a la “oposición” destacan sus valores morales y democráticos en clave de identificación familiar.
Como se advierte el modelo mitrista de sociedad simplificado en civilización o barbarie, aparece patente en estos dos artículos que son los mismos pensamientos de los diarios porteños del siglo XIX.
A modo de enunciación citaremos a los periódicos La Tribuna y La Nación en referencia a la muerte del Chacho Peñaloza.
Diario La Tribuna 25 de noviembre de 1863: “…ha llegado comunicación del General Paunero…dando cuenta que Peñaloza ha sido muerto en Horta pagando el caudillo con su vida, la tenaz resistencia y los saqueos y crímenes que durante años a cometido…Felicita por último a los amigos de la libertad por esta nueva feliz”.
El Nacional 25 de noviembre de 1863: “último vestigio del gaucho bárbaro, el Chacho era el vinculo vergonzoso que nos unía a nuestro triste pasado…No puede haber inmoralidad en quitarle la vida, al que ha hecho correr tanta sangre… La Chacha, también esforzado caudillo que era la única que pudiera haber arrebatado la bandera negra de su consorte, ha caído prisionera y probablemente será sacada fuera de La Rioja porque es caudillo tan peligroso como el Chacho".
La Nación 25 de noviembre de 1863: “La montonera ha caído muerta y decapitada y no se alzará más en la República. El Chacho semisalvaje sin genio era el último vestigio del gaucho bárbaro”.
Por último Sarmiento a Mitre le transmite sobre el Chacho Peñaloza: “No trate de economizar sangre de gauchos este es un abono que es preciso hacer útil al país, La sangre es lo único que tienen de seres humanos esos salvaje”.
Pasaron muchos años, pero el pensamiento es el mismo: civilización y barbarie.
Y así nos miran los ilustrados porteños, con la complicidad de quienes sabiéndose satélites no disimulan su rencor con la población que sabe reconocer los liderazgos populares, sin necesidad de la opinión de los doctores de la ilustración y la civilización.
*El autor es diputado provincial de La Rioja