La semana pasada la Legislatura porteña votó un proyecto de la comunidad educativa que hice propio cuando, como diputado, impuse el nombre de Miguel B. Sánchez a la Escuela de Educación Media Nº 3 del Distrito Escolar Nº 10.
En el año 2005 creamos junto a Daniel Filmus esta escuela en el CeNARD para que nuestros deportistas que venían del interior del país pudieran continuar con su escolaridad secundaria mientras se entrenaban en sus deportes.
Miguel B. Sánchez fue un joven humilde, nacido en Tucumán en 1952, quien con su esfuerzo, perseverancia y compromiso social se desarrolló como deportista. Comenzó en las divisiones inferiores de Gimnasia y Esgrima de la Plata en la década de 1960 y posteriormente comenzó a entrenarse en atletismo federándose en el Club Atlético Independiente, siendo alumno del gran atleta Osvaldo Suárez
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Miguel, mientras trabajaba en el Banco de la Provincia de Buenos Aires, se comprometía en tareas de ayuda social en barrios carenciados y militaba por un país más justo y solidario.
Tenía 25 años y venía de correr la Maratón de San Silvestre en Brasil cuando, en el año 1978, lo secuestró una patota militar en su casa en Berazategui y hasta hoy permanece desaparecido.
Que la comunidad educativa haya elegido, mediante una votación, el nombre de Miguel Sanchez, marca un camino institucional para mantener el “Nunca Más” y para tener claro que no queremos volver a vivir en la Argentina tiempos de intolerancia, violencia, clandestinidad y crímenes de lesa humanidad.
En tiempo de negacionistas y de autoridades visitando a Videla y a genocidas, es muy valioso que la comunidad educativa haya elegido el nombre de Miguel Sanchez, deportista desaparecido por la Dictadura para seguir manteniendo presente la “Memoria, la Verdad y la Justicia”.
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