La “inercia y los factores inerciales” son los conceptos del momento para explicar un enero recalentado que volvió a poner en agenda a tan temida inflación. El aumento de los precios de los bienes y servicios durante el primer mes de 2023 fue más del 6% intermensual, alcanzando el 98,8% interanual, lo que rompió la estabilidad que Sergio Massa, estaba logrando en materia inflacionaria.
En 2022 la inflación según el IPC del INDEC, fue del 3,9% en enero; 4,7% en febrero; 6,7% en marzo; 6% en abril; 5,1% en mayo; 6,5% en junio; 7,4% en julio; 7% en agosto; 6,2% en septiembre; 6,3% en octubre; 4,9% en noviembre; y 5,1% diciembre. Esto números muestran una estabilidad descendente en la curva desde la asunción de Massa como ministro de Economía. Aunque en realidad lo que muestran, es la definición política de dos sectores del Frente de Todos de cambiar el rumbo de la economía argentina que el equipo económico encabezado por Martín Guzmán y Matías Kulfas habían trazado en diciembre de 2019.
En enero de 2023 nuevamente aumentan los precios de los bienes y servicios por encima de lo esperado por el equipo económico que encabeza Sergio Tomás Massa. Los rubros que más aumentaron, según lo que informó el INDEC, fueron un 9% Recreación y cultura; un 8% Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustible; un 8% Comunicación; un 7,3% Bebidas Alcohólicas y Tabaco; 6,8% Bienes y servicios varios; el 6,8% Alimentos y bebidas (6,8%); y el 6,2% Restaurantes y hoteles.
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No se registraron grandes aumentos en la carne en enero, apenas un 3,9% en el Gran Buenos Aires. Los cortes en los que impactaron dichos aumentos fueron la paleta y el cuadril con una subida del 3,9%, mientras que para la nalga fue del 3,3% y para el asado el 3,5%. La sorpresa fue la carne picada que tuvo un aumento de casi el doble que los otros cortes 7,4%. Cabe preguntarse, aun con cierto aire mundialista…¿Habrá alguna teoría de una creciente demanda asiática para hacer empanadas, hamburguesas o choris en Qatar? ¿Habrá un efecto post mundial o algo así que haya traccionado el precio de la picada? En general el aumento de la carne no se refleja en enero 2023, aunque si verá reflejada en febrero.
En el sector frutihortícola, los aumentos de precios que dieron un gran salto, fueron la naranja con un 48,9%, y el tomate redondo con un 64,8%, lo que se explica con la estacionalidad. Lo raro es que mientras la naranja es un fruto de invierno el tomate es de verano, pero bueno. Ahora lo que no explica ni la estacionalidad ni la inercia, es el aumento del arroz en un 7,9%, la harina un 9%, los fideos un 8,4% y las gaseosas un 12,6%.
En fin, aparecerán los cantos de sirenas explicando con palabras decorosas, lo que pasa en la economía argentina, quizás para que sigamos sin entenderla. Las explicaciones de los slogans mediáticos van de una inercia imparable hasta el de un precio planchado o retrasado, sin develar la disputa de fondo. Estos slogans no pagan la olla, lo que paga la olla es la plata en el bolsillo de la gente. La disputa de fondo es entre el salario y el precio de las mercancías, es entre trabajadores y 3 o 4 empresarios que especulan para seguir aumentando sus ganancias.
Esta disputa de fondo fue comprendida por el peronismo desde su génesis, aquel 17 de octubre de 1945, por eso las políticas públicas que el peronismo promueve cuando gobierna, inclinan la balanza en favor del salario, del bolsillo de las y los trabajadores.
Según la Fundación Libertad y Progreso, en los cuatro años de gestión de Mauricio Macri la inflación acumulada fue del 295%; mientras que durante el segundo mandato de Cristina Kirchner alcanzó 177%: el primero fue del 127% y la Presidencia de Néstor Kirchner cerró en 66%. Esta fundación republicana e independiente muestra esos números para golpear sobre el gobierno de Alberto Fernández diciendo que ya lleva 324,4% de inflación acumulada, faltando poco menos de un año para finalizar su mandato.
Lo que no muestran estos números es algunos hechos coyunturales y determinantes que hacen una diferencia sustancial al analizar los períodos. Por ejemplo la guerra entre la OTAN y Rusia o la pandemia COVID-19. Tampoco dice que el salario y las paritarias le ganaban a la inflación durante las presidencias de Cristina y Néstor Kirchner.
La inercia por definición es “la incapacidad que tienen los cuerpos de modificar por sí mismos el estado de reposo o movimiento en que se encuentran” (diccionario de Google), ante esa incapacidad es la acción lo que puede cambiar el estado de reposo o de movimiento. Esto lo comprendió Cristina y Néstor Kirchner que en los 12 años de gestión como presidenta y presidente de la Nación llevaron el salario mínimo en dólares alrededor de los USD 600, con los salarios ganándole a la inflación, modificando el estado de la economía argentina con decisión política.
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El resultado fue poner al país en movimiento logrando un consumo de carne vacuna de 61 kg por habitante por año; de leche de 217 Lt/Hab/año; de 90 kg/Hab/año de pan; solo por nombrar tres componentes fundamentales de la dieta de las y los argentinos. Pero además el precio pagado al productor ganadero en el último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner estuvo entre USD 1,70 y USD 2,06 por cada kilogramo de hacienda en pie, según datos del mercado de Liniers. El litro de leche para el productor se pagó entre USD 0,35 y 0,39, según la OCLA. La inercia de la economía durante los gobiernos de Cristina y Néstor Kirchner fue en favor de quienes trabajan y producen.
Los gobiernos peronistas de Cristina y Néstor Kirchner impusieron una verdadera inercia, logrando trabajadores con salarios dignos, accediendo a la vivienda a través del PROCREAR, al cero kilómetro a través del PROCREAUTO, comprando aire acondicionado para combatir el calor en verano y estufas para combatir el frio en invierno, amas de casas jubilándose, jóvenes accediendo a la universidad y pudiendo estudiar gracias a las becas PROGRESAR, entre otras acciones políticas. Esa inercia fue frenada por el macrismo.
El ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, parece entender que la disputa es volver a impulsar los salarios para mover la rueda de la economía, por eso toma medidas concretas para frenar la escalada del precio de la carne. Mientras durante enero el speech era que el precio de la carne estaba retrasado o planchado, en realidad lo que sucedía era que se retrasaba respecto a lo que aumentó en enero el resto de los bienes y servicios. Las medidas políticas de Massa para frenar la inflación fueron contundentes y sencillas, de carácter popular y estimulando el consumo. Y para esto más que inercia lo que está haciendo es combatir las avivadas de 3 o 4.