¿Cosplay militar o industria para la Defensa?

18 de julio, 2024 | 18.47

El pasado 9 de julio fue celebrado con un desfile militar en la Ciudad de Buenos Aires. Una buena iniciativa que permite acercar aún más a la ciudadanía, con aquellos de sus integrantes que eligieron el camino de las armas para la defensa del interés nacional. En el contexto actual del mundo, resulta necesario destacar el rol de las Fuerzas Armadas. Mantener América del Sur como una región de Paz -sin olvidar las intromisiones de potencias extranjeras-, requiere de capacidad disuasiva real y efectiva. De antaño sabemos que “quien deseara la paz, se debiera preparar para la guerra” (Vegecio, s. IV).

En oportunidades anteriores destacamos que nuestro país, octava extensión territorial del mundo, país antártico y bicontinental, con un litoral marítimo extenso y diverso, con riquezas naturales demandadas por el mundo y con parte de su territorio sometido a disputa de soberanía, no puede prescindir de un servicio esencial como la Defensa. Invertir en defensa, es invertir en Soberanía.

En ese orden, es tiempo ya de “separar la paja, del trigo”, entre aquellos hombres y mujeres que aspiran a la defensa de la Patria vistiendo uniforme, de quienes lo pervirtieron cometiendo crímenes aberrantes y de lesa humanidad. Para ello, es necesario que los poderes del Estado, especialmente el Poder Judicial, continúen y profundicen el camino de Memoria, Verdad y Justicia iniciado años atrás; identificando a los responsables criminales, reparando a sus víctimas en la medida de lo posible, y salvaguardando las instituciones para no repetir la página más oscura de nuestra historia reciente.

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Amarga contradicción la del gobierno nacional, de permitir que participen del desfile ex militares condenados por sus delitos, o no repudiar expresiones en favor de quienes se alzaron contra el régimen constitucional. Flaco favor a la reconstrucción de Fuerzas Armadas al servicio de la Constitución Nacional y la Democracia.

Paradojas del gobierno libertario que se propone “destruir el Estado desde adentro”, mientras pretende el favor de una de las instituciones fundamentales del propio Estado, como lo son las Fuerzas Armadas.

Aún así, la foto del presidente y la vicepresidenta sobre una de las nuevas unidades blindadas, el TAM 2CA2, permite pensar en la continuidad de un proyecto estratégico para el Ejército Argentino y todo el sistema de Defensa. Esto hecho simbólico, -la foto sobre el tanque-, deviene en significativo –la continuidad del proyecto-, toda vez que no siempre fue así.

En declaraciones de prensa reciente, el Ministro Petri se refirió al proyecto TAM en medio de diversas acusaciones, sin que se sepa al momento si han sido ratificadas en sede judicial correspondiente: "Veamos la remodelación de los tanques medianos argentinos en el año 2010 para 74 tanques. El 10 de diciembre de 2023 asumimos esta gestión y después de 14 años, ¿cuántos tanques se modernizaron? Dos. En menos de 6 meses esta gestión, y aquí hago el anuncio el 9 de julio 5 nuevos TAM van a desfilar por las calles de la Argentina. Son 5 de esta gestión contra 2 después de 14 años. Esto es cambiar el paradigma".

Ante tales afirmaciones, valen algunas precisiones. Tal como reseñara el ex Ministro Agustín Rossi, la modernización del Tanque Argentino Mediano (TAM) es un viejo anhelo del Ejército que comenzó a concretarse durante la gestión de la ex Ministra Nilda Garré en 2011, a partir de la firma de un convenio con la empresa israelí Elbit Systems Land, luego de un proceso de selección técnica por parte del propio ejército entre varios oferentes. En 2015 (ya con Rossi como ministro), se firma el contrato con la citada empresa por U$D 115 millones para la modernización de 74 unidades del TAM, con opción a 108 tanques.

Entre 2016 y 2018 se pagaron solo U$D 17 millones de un total de U$D 27 millones en concepto de anticipo, por lo que el proyecto no se inició formalmente. Sobre este particular quizás pueda brindar precisiones el Gral (R), Claudio Pascualini, actual Secretario de Estrategia y Asuntos Militares del gobierno de Milei, y ex Jefe del Ejército durante el gobierno de Macri.

En abril de 2021 se negoció y finalizó el pago del anticipo por el total de USD 27 MM. Se negoció una primera enmienda al contrato original, alargando el cronograma de pagos de 5 a 7 años, y las entregas de 5 a 6 años.

En lo que respecta a los pagos, se devengó y pagó el total de la cuota prevista para 2021 por U$D 13 millones, se devengó y pagó el total de la cuota prevista para 2022 por U$D 13 millones, y se devengó con pago pendiente la cuota prevista para 2023.

El Programa TAM 2CA2 comprende cinco proyectos particulares en ejecución, de los cuales se destacan dos:

1) El proyecto de modernización de la torre:

a) La ingeniería y provisión de subsistemas principales (kits), abarcado en el contrato entre SIBAT (Dirección de Cooperación de Defensa Internacional del Ministerio de la Defensa de Israel), y el MINDEF. Tiene por contratista a Elbit para la ingeniería y provisión de los subsistemas.

b) El mecanizado de las torres y fabricación de soportes y canastos, que tiene por contratista a IMPSA, con el Ejército.

2) El proyecto de modernización de bateas. Tiene por contratista a IMPSA, con el Ejército.

La ejecución del proyecto experimentó diversas demoras ocasionadas por factores externos. La pandemia de COVID- 19, que impidió los viajes del personal técnico y produjo demoras en la fase de ingeniería del proyecto. La Guerra en Ucrania produjo cuellos de botella en las cadenas de valor globales de las industrias de defensa, lo cual derivó en faltantes de componentes.

En septiembre de 2023, el Ejército envió una comisión a Israel a fin de verificar in situ la preparación de los 17 kits a ser enviados hacia la Argentina correspondientes a esta etapa del contrato, y de esa manera ahorrar problemas de comunicación que redunden en mayores tiempos administrativos y consecuentemente mayores costos. De esta manera se realizó la Inspección Preliminar de Entrega en Israel (PDI), que constató la disponibilidad de los subsistemas correspondientes a los hitos del año 2023.

No obstante, el inicio de las acciones militares en Gaza derivó en la cancelación de vuelos comerciales y la imposibilidad de entregar subsistemas. Frente a esa situación, se aprovechó uno de los vuelos de la Fuerza Aérea en oportunidad del puente aéreo establecido para repatriar argentinos de Israel, para traer algunos subsistemas.

Al 10 de diciembre de 2023, el estado de situación era el siguiente:

  • En abril de 2023 se finalizó exitosamente la Evaluación Técnico-Operacional del prototipo, congelando la ingeniería y dando inicio a la producción en serie
  • Se entregaron en total 5 kits de subsistemas para 5 tanques físicamente en Argentina, y otros 14 kits de subsistemas para 14 tanques adicionales en Israel listos para ser entregados.

Los subsistemas para los 5 tanques que se exhibieron en el desfile del 9 de julio, ya habían sido entregados en octubre de 2023, solo había que integrarlos y probarlos. Hay más kits y soportes listos. El laborioso trabajo de ingeniería ya está hecho. La única novedad -apreciada por cierto- es la continuidad del proyecto.

Respecto del mecanizado de las torres y fabricación de soportes y canastos, se desarrolló como proveedor a la empresa IMPSA a partir del año 2022, fruto de su nacionalización. A partir de ello, el Ejército firmó un total de 5 contratos con IMPSA (mecanización de torres, fabricación de soportes externos e internos, Ingeniería Inversa de Repuestos, fabricación de faldones y capacitación en soldadura, fabricación de ruedas, amortiguadores y tanques de combustible), por casi 28 millones de dólares. A ello podríamos sumar el contrato por la fabricación de una grúa de 37,5 Tn para el Arsenal Naval Puerto Belgrano por U$D 9.844.000; y un contrato con Fabricaciones Militares por el suministro de una estación transformadora más una línea de alta tensión de 132 KV por U$D 8.970.000.

Los datos expuestos aquí (tediosos para el lector, pero necesarios en tiempos de posverdad), constan en el Informe IF-2023-146517687-APN-SSICYPID#MD del 7/12/2023, anexo a la Nota NO-2023-146520332-APN-SSICYPID#MD elevada entonces al Ministro de Defensa, así como al Secretario de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa. Las afirmaciones expresadas se respaldan en la respectiva prueba documental, que cualquier ciudadano puede cotejar.

Lo anterior no pretende ser un alegato en pos del gobierno del ex Presidente Alberto Fernández, ni de sus Ministros de Defensa, ni de los funcionarios que formamos parte de aquella gestión. Cierto es que cometimos errores por acción y omisión. Que cosas diferentes pudieron hacerse en materia de política industrial para la defensa y particularmente con las empresas del sector. Que tal como hiciera público la ex Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, resulta necesario debatir la eficiencia y eficacia de las empresas públicas; pero de allí a formular acusaciones que suenan a excusas para privatizar empresas con activos estratégicos de todos los argentinos, media un abismo.

¿Resulta obvio señalar que la defensa es un asunto de Estado, y que el mercado o bien los intereses individuales no resuelven necesariamente los desafíos que ésta enfrenta? Quizás no. Tampoco es una obviedad recordar que no existe soberanía política sin soberanía científico-tecnológica. IMPSA, TANDANOR y FAdeA en manos privadas, ¿serán mejores proveedores del Estado y de la Defensa? Nadie conoce su futuro, pero si sabemos que en el pasado no fue necesariamente así.

La sabiduría popular reza “ni pelado, ni con dos pelucas”, para expresar la búsqueda de una síntesis entre posiciones antagónicas. La interacción público-privada es un camino necesario y deseable. El desafío es como llevarla a cabo, dando cuenta de las necesidades operativas de las Fuerzas Armadas en el presente, sin resignar capacidades tecnológicas estratégicas a futuro: ojalá que la promocionada privatización y extranjerización de IMPSA no ponga en riesgo los contratos con Defensa, la continuidad del proyecto TAM, ni el futuro del proyecto CAREM (la empresa mendocina a desarrollado gran parte de la ingeniería del reactor modular, y ello fue el principal incentivo para que el Estado intervenga ante su posible quiebra años atrás).

La cita del Evangelio según San Juan que encabeza estos párrafos viene a cuento de estos hechos y declaraciones. El presidente Milei suele ser afecto a las menciones de las Sagradas Escrituras. Cada quién es libre de profesar su fe, tal cual lo garantiza la Constitución Nacional, y nadie es dueño de la verdad absoluta. Ya lo advertía Néstor Kirchner en noviembre de 2003: “…Sea de un lado, sea del otro, quién lo diga, esté en el gobierno o no, todo aquel que cree tener verdades absolutas seguramente corre el riesgo de equivocarse fuertemente y nosotros optamos por esto: pluralidad, consenso, verdad relativa que nos permita encontrar las verdades superadoras que nos puedan contener a los argentinos y dar las respuestas que este país está necesitando…”. Vale recordar este fragmento en días de dogmatismos y razones impuestas.

No obstante, en este caso, para honrar el gusto del presidente por los textos sagrados, quizás aplique mejor una cita del Evangelio según San Juan: “La verdad los hará libres” (Jn 8, 32)

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