#LaVidaQueQueremos

Agenda Argentina, el colectivo de pensamiento crítico, realizó este primer sábado de septiembre un debate sobre la salida de la pandemia y la #LaVidaQueQueremos. El encuentro tuvo lugar en el auditorio de Foetra, contando con la participación de Santiago Cafiero, Leandro Santoro, Mariano Recalde, Alejandro Grimson, Ana Castellani, Dora Barrancos, Jorge Alemán, María Esperanza Casullo y María Pía López, entre otras y otros.

A pesar del día gris, la promesa del encuentro presencial resultaba luminosa. En el salón de Foetra, donde siempre se respira aire compañero, se extremaron las medidas de cuidado. Mientras acomodaban a unx por unx en las butacas, una excelente cantante recordaba: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí… resucitando” y “Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”.

#LaVidaQueQueremos, el lema de campaña, funcionó como disparador para que los distintos oradores comiencen a deconstruirlo, a llenarlo de contenido. Fueron surgiendo la unidad, la diversidad, la importancia de escuchar las diferencias, la política para cambiar la vida, recuperar el futuro, conseguir más derechos, el feminismo, la ecología, un proyecto colectivo, la comunidad organizada, la militancia…

Dora Barrancos se centró en la necesidad de una gran reforma educativa que para cambiar el modelo patriarcal.

Jorge Alemán por zoom afirmó que los seres hablantes, a diferencia de los animales que se manejan por instinto, no sabemos la vida que queremos. Ese no saber supone un despliegue de preguntas que buscan traducción en la existencia colectiva, dando lugar a lo que denominamos política. El pueblo es la renovación inclaudicable de la pregunta sobre la vida que queremos.

María Pía se preguntó por la construcción de una vida que valga la pena ser vivida. Propuso repensar la palabra justicia, para que no se refiera sólo al interior del poder judicial, sino que signifique fundamentalmente justicia social. Habló de cuidadores y cuidadoras no solo intrafamiliares, sino también como parte de una realización social y comunitaria.

María Esperanza Casullo se centró en la importancia de ser parte y reconocerse perteneciendo a una comunidad, resaltó este momento como oportunidad para incorporar nuevos actores que aún no vemos.

Ana Castellani se preguntó en cómo llegamos hasta acá y qué tenemos por delante. En los próximos años, habrá que construir políticas públicas, otro Estado, crecer, incluir y afectar intereses.

Alejandro Grimson sostuvo que estamos caminando hacia la vida que queremos hecha por trabajadores, en la que se debe dialogar y pensar la batalla cultural, así como el nuevo contrato social que propusieron Alberto y Cristina.

Mariano Recalde destacó la manera que tiene el Frente de Todxs de hacer política, que implica que en medio de la campaña electoral se realice una jornada de reflexión y debate. El campo popular tiene la convicción de que un proyecto político puede sacar adelante un país, como sucedió en la crisis del 2001. Comenzamos la recuperación y la vida que queremos consiste en pensar en un futuro anclado en la memoria de lo que hizo el Kirchnerismo y lo que fue el macrismo. Así como el peronismo del 45 al 55 quedó en la memoria, el Kirchnerismo quedó en el ADN del pueblo.

Recalde expresó el apoyo total a Alberto, que no traicionó. Propuso ser más osados, más audaces en las propuestas. Por ejemplo, legalizar el consumo de marihuana, reducir la jornada laboral, participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas. Terminó su discurso planteando salir a buscar voto a voto con optimismo porque, afirmó, el macrismo en la Ciudad de Buenos Aires no es imbatible.

Un Santiago Cafiero militante, que cambió el traje de jefe de gabinete por remera y buzo, descolló con su discurso descontracturado. Advirtió que las demandas de los medios no son las demandas del pueblo. El peronismo es no conformarse, ser audaces; la rebeldía de la derecha se sostiene en las marchas del contagio, en dejar librada la economía al mercado y fumarse un porro en Palermo. Ser rebelde para el campo popular es ampliar derechos, negociar la deuda sin sometimiento, sino con autoestima y dignidad. Por la rebeldía ganamos con Alberto y Cristina.

Leandro Santoro cerró el acto pivoteando entre Alfonsín, Perón Irigoyen y el Kirchnerismo. Recordó que Raúl Alfonsín diferenciaba la quimera -inalcanzable, desmovilizante- y la utopía: las ideas antorchas que guían, “no se puede pensar la acción política sin utopías”.

Perón hablaba de una democracia con sentido social. Alfonsín insistía que se había recuperado la república, pero no la democracia como estado de bienestar. Leandro sostuvo que se debe empoderar el proyecto nacional en una democracia participativa, en la que cada uno lleve adelante una tarea, porque una democracia es una forma de vida.

Insistió en que es necesario salir de la modorra intelectual de la “época ganada”, estamos obligados a reinventarnos. Pensar un modelo de desarrollo, un sistema productivo y ambiental en el que el ser humano esté en el centro. Un sistema sin binarismos, en el que la propiedad pueda ser privada, pública y comunitaria, con alianza de clases desde la perspectiva del más débil y donde coexistan el Estado y el mercado, la exportación y el mercado interno, el campo y la industria, la política productiva y reproductiva. Estado, sociedad, pueblo y gobierno. Construir pueblo como articulación política, interpelando a las personas que no hablan ni piensan como nosotros, pero sienten como nosotros. La pasión es espíritu colectivo. Se precisa conciencia y organización para luchar contra el poder concentrado, porque lo que se juega es entre una Argentina democrática o corporativa.

Para finalizar, realizó un elogio de la amistad porque la fraternidad, sostuvo, es el pilar fundamental de la democracia. “Los peronistas me trataron como a un amigo, lo que hicieron conmigo háganlo con los otros.”

El encuentro fue mágico, #LaVidaQueQueremos comenzó a gestarse.