El presidente de Francia, Emmanuel Macron, habló por primera vez este miércoles de la reforma jubilatoria y de pensiones que ha desatado una ola de protestas en toda Francia, en los dos canales de televisión de más audiencia, TF1 y France 2.
En lo que podría interpretarse como una cadena nacional, al día siguiente de haber reprimido ferozmente y encarcelado a más de 300 manifestantes en Paris, aseguró, entre otras cosas, que el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años (en lugar de 42), para cobrar una pensión completa es una medida necesaria para evitar el déficit (ya que el gobierno estima que se acumularía un déficit de cerca de 150.000 millones de euros en los próximos años), aunque no lo haga personalmente feliz tener que implementarla.
Las movilizaciones reprimidas por la policía en distintas ciudades no cesan, sino que por el contrario, se recrudecen y las principales centrales obreras del país convocaron una gran jornada de lucha el jueves, tras la ajustada votación del lunes pasado y después de que fracasaran las mociones de censura presentadas contra el Ejecutivo en la figura de la primera ministra Élisabeth Borne. La moción presentada por el grupo independiente LIOT con el apoyo de la izquierda recibió 278 votos de los 287 necesarios. La otra, iniciativa de la extrema derecha liderada por Marine Le Pen, recibió escasos 94 votos.
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Por decreto y tras media sanción en el Senado el exbanquero globalista Emmanuel Macron, aprobó la reforma y profundizó el conflicto social, bajo las premisas de seguir invirtiendo en transición ecológica, educación y salud y como condición para alcanzar el objetivo de pleno empleo, fogoneando el enfrentamiento entre trabajadores y haciendo recaer una vez más sobre ellos, las consecuencias de la crisis económica y social que atraviesa Europa y el mundo.
Macron, fue reelecto para gobernar por cinco años en abril de 2022 luego de vencer en segunda vuelta y por 17 puntos a Marine Le Pen, que, pese a la derrota, proporcionó un crecimiento de votos histórico para su corriente política. En su segunda gestión afronta serias dificultades, como la post pandemia, la crisis de energía y alimentos y las presiones de la OTAN y EEUU para cercar el crecimiento Chino e intervenir más fuertemente en la Guerra con Ucrania. Además, conserva en su memoria reciente el conflicto que provocó la protesta sostenida de los Chalecos Amarillos.
Sin embargo el mandatario ha apostado por profundizar el conflicto, recrudeciendo la represión y evitando acudir al diálogo con los sectores en pie de lucha, radicalizados ante su actuación por decreto.
En medio de los debates atravesados por el “déficit” o el “desequilibrio” que motiva esta reforma, el presupuesto militar invertido por el país en la estrategia noratlantista para cercar a China, aumenta, según los compromisos asumidos en la OTAN.
En diciembre del 2022 Francia invirtió 200 millones de euros para la compra de armas para Ucrania. A finales de febrero de este año, el primer mandatario declaró “Debemos intensificar nuestro apoyo y nuestros esfuerzos para ayudar (a Ucrania) y permitir una contraofensiva”, durante la Conferencia de Seguridad de Munich cuya apertura estuvo a cargo de Volodomir Zelensky y donde participaron más de 45 presidentes y vicepresidentes como Kamala Harris.
En este contexto, la población francesa parece dispuesta a no ceder las conquistas, que lograron poner a Francia entre los países con edades mínimas más bajas para jubilarse en el continente europeo. Y es que la discusión sobre la reforma previsional que, como se sabe, no ocurre únicamente en Francia, se ha expandido por el mundo, a medida que los Estados de “Bienestar” han ido cediendo espacio a las políticas neoliberales.
La extensión de la expectativa de vida es uno de los principales argumentos utilizados por la tecnocracia para explicar un desequilibrio en el sistema previsional, dado por la tasa de envejecimiento de la población que crece en desproporción con la Población Económicamente Activa.
Sin embargo en enero de 2023, a propósito del inicio del Foro de Davos, OXFAM internacional publicó el informe titulado “La Ley del más rico” en el que destacó que por primera vez en 25 años aumentaron la extrema riqueza y la extrema pobreza al mismo tiempo.
“La fortuna de los milmillonarios está creciendo a un ritmo de 2700 millones de dólares al día, al mismo tiempo que al menos 1700 millones de trabajadoras y trabajadores viven en países en los que la inflación crece por encima de sus salarios”, detalló el organismo a través de un informe y subrayó que ”durante la última década, los súper ricos han acaparado el 50 % de la nueva riqueza generada, cifra que acaban de superar”. Entre las conclusiones de su informe anual, Oxfam también publicó que “El 1 % más rico ha acaparado casi dos terceras partes de la nueva riqueza generada desde 2020 a nivel global (valorada en 42 billones de dólares), casi el doble que el 99 % restante de la humanidad”
Los datos proporcionados por la ONG internacional, tensan los puntos débiles del debate sobre las reformas previsionales.
Así, el argumento que pregona que la masa trabajadora, si va a vivir más años, deberá trabajar durante más tiempo, o comenzar a hacerlo antes para costear el tiempo que pase sin trabajar, para no generar “desequilibrios” se vuelve muy liviano, frente al peso de los datos, que arrojan que la producción de riqueza, no ha hecho más que aumentarse y concentrarse en pocas manos. Ergo, el problema no es la falta de recursos sino su distribución que permite la acumulación de incalculabes riquezas en un puñado de personas.
El arriba nervioso y el abajo que se mueve. ¡Que le corten la cabeza!
Con una larga historia de organización y movilización popular, la clase trabajadora del país galo no da signos de retroceder o dejar pasar. Por el contrario, la huelga general estalló hace meses para evitar llegar a la aprobación del recorte.
Pese a que en esta oportunidad intervienen de manera más activas los sindicatos, las protestas actuales se paran sobre la memoria activa de los modos de organización y protesta que emplearon los Chalecos Amarillos, quienes comenzaron a convocarse en diferentes puntos del país a través de las redes sociales y sostuvieron durante meses un proceso de protesta, acallado por la Pandemia.
“Quien siembra la miseria, cosecha la cólera”, “íAbajo Macron y el 49.3 !” “!Huelga general!”, son algunas de las consignas que circulaban estos días, entre las multitudes que se concentraron y no tuvieron miedo de hacer frente a la represión policial.
Marylise Leon, vicesecretaria general del sindicato CFDT, el mayor del país, anticipó en enero en una entrevista radial "¿Se votará el texto en la Asamblea Nacional? Tenemos que movilizarnos. Es ahora o nunca". El movimiento sindical francés el 7 de marzo, hace apenas dos semanas, sacó a las calles entre 1,28 y 3,5 millones de personas, en las protestas contra el retroceso social más importante en tres décadas. Además, las manifestaciones de las últimas semanas han atravesado el país entero, con protestas en más de 200 puntos geográficos, con epicentro en una París donde el paisaje común es la barricada y el enfrentamiento contra la represión policial.
La historia de lucha de la clase trabajadora vive en la memoria colectiva y se cristaliza en momentos en los que la crisis no encuentra salida y el ajuste y los golpes los sufren siempre los y las más vulnerables. Los y las trabajadores de la Francia de la revolución, de la comuna de París o del mayo francés, reconocen y escriben su historia, llegando a decir en la Plaza de la Concordia “Decapitamos a Luis XVI, con Macron podemos hacer lo mismo”. La lucha contra la reforma previsional hoy se encuentra en medio de una disputa por su conducción, entre llevarla a la institucionalidad del referéndum propuesto por Le Pen, o la calle y la organización popular para, de una vez por todas, torcer el destino y hacer justicia histórica.