La joven provincia del norte argentino, invisibilizada por el centralismo mediático y de algún modo también por el centralismo político, una vez más es ejemplo de gestión y responsabilidad ciudadana colectiva.
Los números de infectados y muertos en el país siguen su curva ascendente. El virus no da tregua y lo que en algún momento parecía un problema exclusivamente del AMBA se desparrama como una gran mancha por todo el territorio nacional.
Sin embargo, allí en la frontera norte de la Patria, hay un Pueblo que resiste y sueña, que avanza y no se deja apabullar por el chillido de cacerolas individualistas amplificadas desde la ampulosa Buenos Aires… No, el humor porteño no afecta las decisiones de su Gobernador ni sus funcionarios, pareciera esto una verdad lógica y de Perogrullo, pero no lo es… Los sonidos de Buenos Aires resuenan en cada rincón de la Patria por acción o reacción de quienes miran del Puerto pa’ fuera, y todavía son muchos…
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Formosa desde el inicio de la Pandemia se había mantenido libre de Covid hasta el 9 de junio en que ingresó a la provincia una ciudadana proveniente de CABA. El accionar del Consejo de Atención Integral de la Emergencia COVID-19 ha demostrado ser ejemplarmente efectivo en función de la cantidad de casos sumados hasta la fecha que no son más que 125. Lo destacable es la premura con que se actúa ante cada caso positivo que se detecta, donde el compromiso de la comunidad se torna determinante para circunscribirlo y frenar la dispersión del virus
No fue suerte, no fue magia, no fue el destino… Fue la férrea comunión de esfuerzos entre Gobierno y una comunidad organizada que responde a un planeamiento estratégico con fuerte raigambre doctrinaria constituyendo así un modelo de gestión y político que no tiene, lamentablemente, parangón en ninguna otra Provincia de la Patria.
El Gobernador Insfrán padece histórica y cotidianamente el asedio brutal de la tilingada nacional que con argumentos remilgados cuestionan su permanencia al frente de la Gobernación. La respuesta a ese cuestionamiento es tan sencilla como contundente: su Pueblo lo elige y la Constitución Provincial permite esa decisión soberana. No hay cuestionamiento alguno ni en términos de legalidad ni de legitimidad. Zanjada la cuestión.
Si hacemos un poco de historia nos remontamos a los ’90, el inefable y desastroso Ministro de Economía, Domingo Cavallo, declaró públicamente que Formosa era una Provincia inviable, condenándola a la invisibilización y el estigma de las causas perdidas. A partir del acta de reparación histórica para la Provincia firmada por el entonces Presidente Néstor Kirchner y el Gobernador Insfrán esa Provincia inviable se convirtió en la Provincia envidiable para el resto del país.
Un sistema educativo modelo que respeta la diversidad cultural en la constitución de su pueblo, un sistema de salud pujante con avances tecnológicos y en recursos humanos únicos, un sistema de desarrollo territorial ordenado son algunos de los resultados del compromiso firmado en 2003. Ese día histórico no quedó en la foto y la promesa para los formoseños, fue el inicio de la concreción de los sueños postergados.
Durante los 4 años de gobierno macrista, el Gobernador Insfrán mantuvo su coherencia histórica y su compromiso inquebrantable con el marco doctrinario que signa su gestión.
Fue el primer dirigente en hablar de la necesidad de la Unidad del Movimiento, allá por mayo de 2016 cuando las esquirlas de la derrota todavía hacían mella en el espíritu del peronismo nacional. Gildo no solo planteó una necesidad, sino que realizó el primer intento de subsanar los errores compartidos por la dirigencia convocando a un Encuentro nacional para trabajar en la actualización doctrinaria y reunirnos para conversar sobre la unidad que parecía tan lejana y utópica por esos días. Mejor que decir es hacer, dijo el General Perón y si alguien sabe de eso es Insfrán
No hay demasiado para inventar, tenemos un ejemplo de doctrina aplicada a la gestión, el “Modelo argentino para el proyecto nacional” es una realidad efectiva en esa joven provincia del rincón norte de la Patria.
Tal vez si en algún momento de la historia comenzamos a transitar un federalismo real, desde la periferia al centro, poniendo en valor más que la revisión presupuestaria, atendiendo a la idiosincrasia de cada provincia, respetando la multiculturalidad que nos constituye como Pueblo, permitiendo el avance de dirigentes que tienen el respaldo genuino de sus comprovincianos como producto de gestiones exitosas. Tal vez si las y los peronistas de toda la Patria comenzamos a repensarnos más allá de las luces de la gran Ciudad y le damos real trascendencia a quienes no solo declaman sino ponen en práctica el legado, tal vez y solo tal vez podamos federalizar el modelo formoseño para la felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación.