Milei es el Trump argentino con una pequeña gran excepción: la economía

Javier Milei tiene grandes similitudes ideológicas con Donald Trump, pero hay una excepción: la economía. Ambos niegan el cambio climático, tienen una agenda social conservadora, se pelean con artistas y tienen un estilo inusual en la política para expresarse tanto en sus discursos como en las redes sociales, entre otras coincidencias. Sin embargo, hay una diferencia clave, mientras el ex mandatario estadounidense aboga por el proteccionismo, su industria nacional y el Estado con un rol clave en los negocios comerciales, el Presidente argentino confía ciegamente en que todo lo resolverá el mercado. Y estas posiciones diferenciadas en materia económica pueden llegar a generar más sincronía en un eventual nuevo gobierno del republicano.

“En unos momentos voy a firmar la orden ejecutiva (decreto) de compre y contrate en Estados Unidos. Con esta acción estamos enviando una poderosa señal al mundo de que vamos a defender a nuestros trabajadores, proteger nuestros empleos y poner a América primero otra vez”, anunciaba Trump a poco de haber asumido, cuando afirmaba que al menos 70 mil fábricas se habían ido del país y que fue parte de su campaña y de su gobierno relocalizar parte de ellas en territorio norteamericano con una fuerte defensa de los productos locales.

Desde el primer momento, Trump fue caracterizado como un proteccionista de la economía. De hecho, llegó a sostener que la filosofía de su gobierno era simple: “Todo lo que se pueda construir, cosechar o hacer en Estados Unidos, lo haremos. Nuestro objetivo como nación tiene que ser depender menos de importaciones y más de productos hechos en Estados Unidos”. Es válido recordar que parte de sus votantes habían sido campesinos, trabajadores blancos fuera de las urbes que estaban desencantados con lo que consideraban efectos de la globalización, y por eso reclamaban más y mejores empleos en su país. Sin embargo, esta defensa de la industria nacional no pareciera ser parte de la administración de Milei, a quien se lo compara con el republicano.

¿Parecidos pero no tanto?

“Lo primero en términos de similitudes es la estrategia o estilo de liderazgo. En términos políticos tanto Trump como Milei son populistas, y aparte outsiders, dirigentes que vienen de fuera de la política. Ambos son de derecha desde ya, y sí tienen posturas de rechazo al cambio climático, se identifican con una agenda conservadora en lo social”, explicó a El Destape, el analista político y profesor en UCA y de UCEMA, Ignacio Labaqui, quien además recordó que en el caso del republicano su postura social más conservadora deviene más del pedido de su base de apoyo, ya que como sostuvo el periodista Bob Woodward en su libro sobre Trump, él era pro-choice, es decir, que estaba a favor del aborto.

Por supuesto que no puede agruparse a todos los mandatarios considerados de ultraderecha en un grupo porque tienen sus grandes diferencias. Mientras el premier húngaro, Viktor Orban, es ultranacionalista y al estilo Trump propone que Hungría tiene que estar por encima del resto de las cosas como la Unión Europea, en el caso de Milei muchas veces se lo cuestiona por mirar con desprecio lo nacional. Una particularidad que suelen tener los dirigentes de ultraderecha es que si bien mantienen posturas liberales, en materia social su rasgo característico es el conservador, pero en el caso de lo económico el mandatario argentino sí es un liberal, que cree en el mercado y desprecia al Estado.

“Cuando miramos la organización económica y especialmente lo que tiene que ver con la inserción en la globalización están casi en las antípodas. Lo que hizo Trump fue poner en cuestión el libre comercio, él planteó que el problema fue que China entró al comercio mundial desde una posición completamente desigual y desleal porque no es una economía de mercado, por lo cual eso lastima la economía global y hay que salirse de esa falsa idea del libre comercio. Entonces Estados Unidos ahora lo que va a hacer es tratar de hacer que sus empresas vuelvan a producir en su territorio y para eso se necesita un estado gigantesco, activo, incluso Trump salió a presionar a las empresas para que volvieran a producir en territorio estadounidense”, afirmó a El Destape la investigadora del CONICET con sede en el área de Estudios Internacionales de UNSAM, Luciana Ghiotto.

En el marco del planteo que hace Ghiotto sobre la postura de Trump hacia China, el concejal municipal del Distrito 11 Miami Dade County, Cristhian Mancera Mejía, explicó a El Destape que el proteccionismo del republicano no tiene que ver con una “agenda anti economía libre”, de hecho recuerda que continuó con los tratados de libre comercio, solo que en algunos casos fue con modificaciones y con el objetivo de proteger los productos nacionales. “Se renegoció el tratado de libre comercio con México y Canadá para efectos de darle prioridad y ha demostrado que Estados Unidos no negocia tantos productos con China, sino que lo está haciendo directamente con México y Canadá, con lo cual fortalece las economías de los tres países”, agregó el concejal republicano.

Ghiotto recordó que el ex mandatario no solo presionó a las empresas con sus dichos, sino también lo hizo con incentivos estatales y así logró que algunas fábricas que se esperaba que se instalen en México, como por ejemplo Carrier de aires acondicionados lo hiciera finalmente en territorio nacional. “El estado estadounidense en los últimos 30 años ha sido el que ha generado un derecho internacional a imagen y semejanza de las necesidades de sus holdings empresarios. Un ejemplo podría decir el sector farmacéutico la cantidad de vacunas, incluso que hay en los calendarios de vacunación de muchos países del sur Global, tienen la incidencia de la incorporación de vacunas que tuvieron que ver con la presión de estas empresas”, explica la especialista.

La especialista remarcó que si bien durante el gobierno de Trump hubo recortes o la idea de achicar el Estado en política doméstica en temas como salud o gasto público, ha utilizado fuertemente Estado para sus empresas y el comercio exterior. “Milei dice que los empresarios argentinos salgan a buscar mercados. El estado a la mirada de Trump es un actor esencial en la construcción de poderío para sus propias empresas y el Estado. Entonces ahí hay una diferencia que es que Trump sabe de la necesidad del Estado, Millei trata de ocultar esa necesidad, trata de entender al Estado como un obstáculo para la libre competencia, lo entiende como un obstáculo y deja completamente desarmado a las pequeñas y medianas empresas de la Argentina que son las que no pueden competir de ninguna manera a nivel internacional”, agregó.

Con posibilidades de ganar

Las encuestas no solo dan como favorito a Trump para quedarse con las primarias republicanas, sino que también podría ganarle las elecciones al actual mandatario, Joe Biden. Pese a que el republicano enfrenta varias causas judiciales, sus seguidores siguen considerándolo su favorito. “Creo que las primarias de Michigan dejaron en claro que Trump sigue comandando la primaria republicana y que finalmente a pesar de su agenda y a pesar de que muchos quieren desestimarlo y sacarlo de la contienda política sigue marcando, Nikki Haley ella manifiesta que tiene con qué, que va a seguir pendiente ella obviamente le está apostando a que finalmente Trump tenga que ser sacado de la contienda por sus líos judiciales, lo cual yo finalmente dudo que vaya a ocurrir finalmente muchos de estos casos judiciales no tienen mucho peso jurídico parece más una persecución”, explica el concejal estadounidense sobre lo que consideran varios de los seguidores y que el ex mandatario llama “caza de brujas”.

En la reciente Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) se destacó mucho el abrazo que Milei le brindó al republicano, y a su vez el ex mandatario celebró en su discurso que el jefe del Ejecutivo “es uno de los pocos que puede hacer a Argentina grande de nuevo”. Es interesante este punto porque el hecho de que se planteen ideológicamente desde la misma vereda a excepción de lo económico, no significa que la postura del libertario de librar todo al mercado sea algo que al proteccionista disguste, sino más bien se acerque a sus intereses de defender lo suyo y más cuando tiene muchas posibilidades de poder volver a gobernar.