La “utilidad” de la enseñanza de la ESI

09 de septiembre, 2024 | 12.29

Durante la semana del 26 al 30 de agosto, el calendario escolar del sistema educativo bonaerense estableció la “Semana de la ESI”. En todas las escuelas de cada uno de los niveles, modalidades y ámbitos de nuestra Provincia se realizaron actividades pedagógicas, lúdicas, de intercambio, de diálogo y de indagación e investigación.

El objetivo de las jornadas fue “asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual; promover actitudes responsables ante la sexualidad; prevenir los problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular; procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres”.

Como es posible advertir en estos objetivos, nada se asemeja al prejuicio de quienes pregonan que el espacio curricular de la Educación Sexual Integral, es una tribuna que transmite cierta ideología -muchas veces llamada “ideología de género”- en detrimento de la “natural y biológica distinción entre varones y mujeres”.

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Formamos parte de una gestión provincial que, orgullosamente, puede exhibir que las políticas de la Educación Sexual Integral son una realidad y una prioridad. Por un lado, nuestra provincia tiene un Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad. Pero además, en el año 2022 dentro del ámbito de la Dirección General de Cultura y Educación, hemos creado la Dirección de ESI, cuyo objetivo es garantizar políticas orientadas a la promoción y el desarrollo de la salud sexual y reproductiva de la población en general y contribuir así a la educación sexual a través de conocimientos científicos pertinentes, precisos, confiables y actualizados.

Además, estamos distribuyendo una biblioteca con cerca de 30 títulos en todas escuelas de gestión estatal -lo que significa más de 1,2 millones de libros- y hemos dispuesto referentes en todos los distritos que trabajan en la implementación de los contenidos establecidos en los programas curriculares.

No obstante la evidencia de su importancia dada la información existente y las obligaciones en materia legal (la sociedad argentina en 2006 con la Ley 26150 y la bonaerense en 2015 con la Ley 14744 estableció que la enseñanza de la ESI es un derecho de toda la población estudiantil y es de carácter obligatorio en nuestro sistema educativo), distintos sectores cuestionan todavía la inversión pública en estas políticas, como así también niegan la enseñanza de los contenidos oficiales de la ESI so pretexto de que las creencias de los individuos y de las familias -como así también sus opiniones personales- están por encima de las leyes.

Cabe destacar aquí que este tipo de afirmaciones desconocen los contenidos propios de la Educación Sexual Integral que lejos de imponer, silenciar y oprimir a las personas, buscan promover saberes para la toma de decisiones responsables, prácticas de respeto y cuidado por las otras y los otros, el reconocimiento de la palabra, el diálogo y la escucha; todos ellos valores necesarios para la consolidación de una sociedad democrática en el tiempo que vivimos.

Es importante entonces contraponer a este tipo de cuestionamientos que parecieran desconocer aquello a lo que se oponen, algunos de los hechos que demuestran el significado que puede tomar lo trabajado cotidianamente en nuestras escuelas. Días pasados en una escuela bonaerense, luego de un encuentro pedagógico en el marco de la Semana de la ESI, una profesional y oportuna intervención docente permitió develar una situación de abuso de una estudiante, que desde hace tiempo tenía lugar en su entorno familiar, siendo víctima ella y una de sus hermanas de esta situación.

De igual modo, en febrero pasado, un Equipo de Orientación Escolar, ante las reiteradas ausencias de una estudiante en los períodos de intensificación de la enseñanza, se acercaron a su vivienda y pudieron intervenir en una situación que, de no mediar la presencia de la escuela, hubiera terminado con un destino que muy probablemente podría haber sido la de víctima de una red de trata de personas.

Algunas de las afirmaciones que se pueden escuchar y recoger en los pasillos de las escuelas, en el intercambio entre docentes, en las propias voces de las y los estudiantes y sus familias son:

La ESI enseña que si tu novio te pega porque siente celos no es celoso, es un violento.

La ESI enseña desde el nivel inicial que a través del juego los niños y las niñas aprenden a querer, a conocer y a cuidar sus cuerpos.

La ESI enseña que los niños y niñas de la educación especial también tienen el derecho de ejercer libremente y sin tabúes su sexualidad.

La escuela enseña que allí donde hay silencio y oscuridad se puede y se debe poner palabras y abrazos a los estudiantes.

Lo cierto es que desde la implementación de la ley de ESI, ha habido una reducción sustancial a nivel nacional del embarazo adolescente, medido de 2005 al 2021 del 57% (datos del ex Ministerio de Salud de la Nación, febrero 2023).

Somos conscientes que nuestro sistema educativo tiene deficiencias y deudas pendientes con la comunidad educativa bonaerense. Pero también somos férreos defensores de una escuela que enseña y transmite cercanía, hospitalidad y una empatía y amorosidad que hace que las y los estudiantes confíen en sus educadores y educadoras.

Frente a estas escenas, el pacto firmado en Tucumán hace algo más de un mes, establece en su punto 4 una “Educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna” y el proyecto de ley que tiene media sanción establece que la educación es un servicio esencial y estratégico.

Aunque con sentidos muy distintos, podríamos pensar en clave de utilidad y esencialidad, cuando le preguntamos a nuestras y nuestros estudiantes de Nivel Secundario por su experiencia en la escuela. Allí nos encontramos con el deseo de los chicas y de las chicos de abordar temas como la salud mental, los derechos humanos, las violencias, la ESI, la prevención de los consumos problemáticos y la educación ambiental (relevamiento Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, 2024).

El valioso logro de la sociedad democrática argentina y bonaerense es que la escuela ha podido transmitir en la práctica (no exenta de obstáculos y dificultades) que la ESI es un derecho y que tenemos que seguir trabajando para que su enseñanza suceda efectivamente. Hoy todos los chicos y las chicas saben lo que significan esas tres letras. Lo saben también los dinosaurios que sistemáticamente se oponen a su enseñanza.

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Alberto Sileoni

Actualmente es Director en Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires. Entre 2009 y 2015 se desempeñó como Ministro de Educación de la Nación.