Por Andrés Piazza*
Youtube y X (ex Twitter) se convirtieron en fuertes amplificadoras de mensajes que atentan contra la convivencia y la paz social emitidos por el candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, en la recta final de la campaña electoral. La inobservancia de los términos de uso de las propias plataformas le permitió al candidato posicionarse en la opinión pública a través de discursos de odio, desinformación y negacionismo del terrorismo de stado en el país.
El dirigente eligió a las redes sociales como bunker principal para definir sus voceros y propagar su discurso. Un ejemplo de ello fue el operativo montado durante el primer debate presidencial en el cual negó la cifra de 30 mil desaparecidos y relativizó los atroces crímenes de la dictadura del período 1976-1983, el más oscuro de la historia argentina.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Mientras los actores políticos de diferentes espacios democráticos repudiaban sus dichos en vivo y en directo por canales de aire, en las redes sociales, el discurso negacionista era celebrado y avalado por miles de personas. Para dar algunos ejemplos sobre cómo operan podemos señalar el canal de streamer Break Point, estrechamente vinculado al armado de Milei, que transmitió en vivo durante 5 horas y sumó casi 340 mil visualizaciones.
Otro caso fue el canal de youtube Tipito enojado, cuyo live alcanzó 140 mil reproducciones. Allí se pudieron contar por miles los comentarios festejando el negacionismo y relativizando los crímenes de Estado, al punto de jactarse de que los desaparecidos “no fueron suficientes”.
El mismo operativo se montó en X (ex twitter) donde pudimos ser testigo de una preocupante banalización del terrorismo de Estado y de términos relacionados al genocidio o al holocausto. Sobre ese “caballito de batalla” existe un doble juego: atenuar los alcances de la dictadura en caso de que hubiese menos desaparecidos y, al mismo tiempo, extender esa imprecisión numérica a una supuesta maniobra intencionada de corrupción. También utilizaron la frivolización como un modo táctico y consciente de provocación, para generar atención mediática e interacciones con los usuarios más radicalizados.
En el caso de X, desde la llegada de Elon Musk al frente de la compañía, la plataforma se ha convertido en un campo cada vez más fértil para la propagación de discursos de odio y teorías conspirativas sin pruebas. El mismo Elon colaboró abiertamente en la difusión de la entrevista que Tucker Carlson, el periodista preferido de Jair Bolsonaro, Viktor Orban y Donald Trump, le hizo a Javier Milei.
“Interesante”, respondió en la red acelerando la circulación del posteo, que dicen llegó a los 400 millones de visualizaciones, un número que no se puede corroborar porque cambiaron sus métricas y las formas de medición bajo la gestión Musk, lo que aumentó la opacidad de los datos y no permite saber cuántas vistas efectivas tiene un video.
En esa entrevista, el periodista -conocido por propagar teorías conspirativas falsas y con un perfil fuertemente radicalizado después de ser despedido de Fox- le llegó a preguntar a Milei. “¿Usted cree que el socialismo o el izquierdismo producen fealdad?”, a lo que el dirigente respondió con una comparación entre el Teatro Colón con el actual Ministerio de Desarrollo Social -el que tiene la figura de Evita-, al que calificó como “verdaderamente feo y casi soviético”. Sin embargo, su construcción se dio durante el gobierno de Agustín P. Justo, una deriva del golpe de 1930 contra Yrigoyen, electo en 1932 con Alvear proscripto.
Las interacciones de Elon Musk con la entrevista de Tucker Carlson no fueron hechos casuales ni aislados. Una investigación de Contextual sobre la actividad digital de Elon Musk entre el 28 de septiembre y el 5 de octubre exhibe los controvertidos anuncios de sus decisiones arbitrarias y una clara agenda política en favor de un sector político en contra de los profesionales de la información.
La permisividad de las redes sociales, que violan sus propias reglas de intercambio, sumado a personajes peligrosos como Tucker Carlson o Elon Musk, jugando abiertamente para propagar discursos de odio y retroalimentando las mentiras de Milei, nos lleva un momento histórico preocupante que debe generar la alarma y llamar a la acción. Hoy, están en juegos la paz social y el diálogo democrático que pudimos construir en estos 40 años de democracia.
*Director general de Contextual, una iniciativa del Instituto de Desarrollo Digital de América Latina y el Caribe (IDDLAC) que lucha contra la desinformación y los discursos antidemocráticos.
Cerrar sesión