MassAGRO: Massa la única opción electoral para la producción agropecuaria

La coyuntura electoral que atraviesa la República Argentina decidirá a partir del 22 de octubre, si no hay segunda vuelta, qué programa llegará a la Casa Rosada para dirigir el gobierno nacional a partir del 10 de diciembre del presente año. ¿Será un programa financiero especulativo o un programa de producción y trabajo?

11 de octubre, 2023 | 17.48

En el contexto actual, hay dos proyectos en disputa. Un proyecto de Argentina productiva, que tiene como candidato a presidente a Sergio Tomás Massa, y un proyecto Colonialista dominado por el Capital Financiero, que tiene como candidatos a Milei y a Bullrich. Este último es, en realidad, el proyecto de AEA y AMCHAM - Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina-, y la COPAL -Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios-.

Estas organizaciones empresariales están alineadas en el eje Estados Unidos e Israel, al igual que sus dos candidatos a la presidencia, quienes ya lo hicieron explícito (recordar las declaraciones de Milei y Bullrich ante el anuncio de la incorporación de Argentina a los BRICS).  Allí es donde se genera la tensión histórica de nuestro país respecto a la direccionalidad del desarrollo político y económico, al rumbo de la economía como le llaman los eruditos que suelen aparecer en los medios masivos de comunicación. Son estos grandes grupos económicos los que controlan y concentran la cadena agroalimentaria, los que deciden a qué precio están los alimentos.

Esta disputa de fondo, por el rol que la Argentina debe cumplir en el sistema social de producción a nivel global, es lo que en realidad determina que “TODO PRECIO ES POLÍTICO”. Arturo Jauretche explica esto en algunos artículos publicados en 1962 en el diario Democracia. En los que describe la disputa que sucede en países como Argentina, cuyo rol en el orden global es el de abastecedores de materias primas para el desarrollo capitalista de los países imperialistas. La tensión se produce entre programas que necesitan de las materias primas, unas para el desarrollo del capitalismo en los países dominantes, otro para el desarrollo de las fuerzas productivas locales. Es acá donde se tensiona por el destino de las mercancías para el mercado interno o para la exportación de mercancías.

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Esta tensión existe en Latinoamérica desde el nacimiento del sistema capitalista. En Argentina esta contradicción se presenta desde su nacimiento. Cuando llegan a posición de gobierno las fuerzas nacionales y populares, como el peronismo y el kirchnerismo, las decisiones políticas se direccionan hacia al programa para el desarrollo de las fuerzas productivas de la nación, de manera federal e integral. Es decir, direcciona el destino de las materias primas a la demanda del mercado interno y el abastecimiento del desarrollo de las fuerzas productivas locales. Esto genera una competencia por las materias primas, encareciendo estas mercancías para el mercado externo y por lo tanto aumentan los costos productivos para los países extranjeros. Es decir que las materias primas, como por ejemplo los alimentos, compiten entre ser exportados a los países imperialistas, que hacen sus negocios, y ser consumidos en el mercado interno para el desarrollo productivo y de la industria nacional.

Los proyectos nacionales forman un círculo que dinamiza la economía interna, motorizado por la necesidad de esas materias primas para que las fuerzas productivas locales continúen creciendo, y por ende generando más puestos de trabajo, lo que aumenta la demanda interna.

Por eso explica Jauretche que el precio es político, porque es una decisión política que toman las potencias imperialistas, el poder real global para tener sus materias primas baratas: La decisión política de que los precios para el mercado interno sean más caros y que se destine las materias primas a la exportación.

El proyecto macrista

Durante los 4 años del gobierno macrista, la tendencia de volcar las mercancías producidas a la exportación fue la decisión política impulsada, frenando el proceso iniciado por Néstor Kirchner en 2003. En este período el capital financiero subordinó al sector agroindustrial, lo cual se observa en la caída de la producción de aceites y subproductos oleaginosos, y en el aumento de la exportación de materias primas. Esto se ve plasmado en el avance de la inversión financiera en la agricultura extensiva, como mostramos en el artículo “El campo argentino: un negocio financiero y especulativo con base agrícola” (El Destape, 19 de noviembre de 2022).

Mientras que en el sector productivo cuyo principal destino es el mercado interno, los números marcan una caída en todos los eslabones, excepto en las exportaciones. La cadena de carne vacuna es un buen ejemplo en el que se observan como grandes ganadores a las empresas organizadas en el Consorcio ABC, como Marfring, Gorina, ARRE BEEF, BAF Capital (ex FRIAR), La Anónima, entre otras. Mientras que los eslabones de cría sufrieron las peores rentabilidades en 15 años. Estos números los pueden observar en el trabajo “AC/DC, el Agro antes y después de Cristina y Néstor Kirchner” ( CEA, julio 2023), en el cual también se observa la diferencia de programa en la comparativa de los datos de la ganadería en 2003 y en 2015: 

“Antes de Cristina y Néstor Kirchner, en 2003, el precio percibido por el productor por kilogramo de hacienda en pié rondaba los USD 0,33. Después de la llegada de Cristina y Néstor Kirchner al Poder Ejecutivo Nacional, el precio pagado al productor fue mejorando, entre el año 2004 y el 2010 se ubicó siempre por encima de los USD 0,50 con una variación entre USD 0,60 y USD 0,89. A partir del año 2010, el precio del kilogramo de hacienda en pie superó USD 1,00 por kilogramo de peso vivo y no volvió a descender. En el período 2011-2015 el precio pagado al productor en dólares fue entre USD 1,70 y USD 2,06 por cada kilogramo de hacienda en pie”. 

¿Qué programas tiene Unión por la Patria?

En Unión Por la Patria, el principal programa expuesto para el sector agroalimentario parece ser el del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), cuyo objetivo es aumentar la producción, aumentar las exportaciones y generar más puestos de trabajo. Para lo cual, el CAA propone que el gobierno reduzca la carga impositiva, básicamente en materia de Impuestos a la Ganancia y Derechos de Exportación.

Como alternativa, que creemos potencia y hace superadora la propuesta del CAA, desde el CEA proponemos el Plan 4B, para una Argentina Productiva y Sustentable, Federal e Inclusiva. Basado en la Bioeconomía y la Bioética para el cuidado de la Biosfera y la Biodiversidad. Un programa que en la unión de lo virtual, lo real y lo biológico desarrolle la producción primaria de alimentos en Polos de Producción Primaria (PPP), integrados a Polos de Industrialización - Agroindustrialización y Bioindustrialización (PIAB), ambos con la aplicación de nuevas tecnologías desarrolladas en Polos Tecnológicos Agroalimentarios (PTA). Todo esto unido en una Red de Abastecimiento Agroalimentaria (RAA), que une a diferentes provincias en el abastecimiento de agroalimentos.

Esto no es nuevo, es lo que sucede en la región central de nuestro país, en el desarrollo de la producción agroalimentaria centralizada en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.

La principal diferencia respecto al Programa del CAA, es el rol del Estado. Desde el CEA se propone un Estado interviniendo inteligentemente, generando, promoviendo y buscando inversiones para el desarrollo de la producción alimentaria extrapampeana, con destino de cubrir parte de la demanda local. De este modo se busca aumentar la producción nacional y así generar un aumento en los saldos exportables. Saldos de producción agroalimentaria, generados en las regiones más competitivas en el mercado global. Por ejemplo, por cada litro de leche que se produzca fuera de la región central, de la cuenca láctea, destinada al consumo local y generando más trabajo y dinamizando las economías locales, se genera el saldo de un litro de leche con potencial exportable en la cuenca láctea, donde se presenta mayor competitividad global.

Por eso, la salida productiva para la Argentina, es direccionar el programa productivo y sustentable, federal e inclusivo, con la potencialidad de lograr más producción, más trabajo, más exportaciones.