Señala Marcelo Falak “ María Eugenia Vidal había salido a castigar al peronismo con un gráfico sobre la evolución de la pobreza, el que –al revés que lo que esperaba– mostraba cuánto había mejorado ese indicador bajo el kirchnerismo y cuánto se había deteriorado en el período 2015-2019 que ella defiende y del que fue uno de sus rostros más representativos. Su problema fue tomar como ejemplo 2017, sin reparar en el hecho de que la experiencia de Cambiemos siguió y que la pobreza le pasó de largo, para empeorar en la pandemia y volver a reducirse luego.”
Sin embargo la pifia con la pobreza no completa el patetismo de las “intervenciones” de Vidal. Le agregamos a modo de ejemplo el cuadro de distribución del ingreso para el último dato disponible que muestra que la debacle de ingresos comienza con la gestión de su gobierno en 2016 haciendo que los trabajadores pierdan ya 10pp en la distribución del ingreso desde que Cristina Fernández de Kirchner se retiró del gobierno el 10 de Diciembre del año 2015 con 70% de imagen positiva y una plaza de mayo colmada como pocos presidentes logran ya no al culminar dos sino al iniciar su mandato.
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Y es el gráfico a mostrar, sobre todo para una persona como María Eugenia, que dice ser muy “creyente”, porque hablar de pobreza sin detenerse en la distribución, es un ejercicio de pereza intelectual o, en su caso, de ocultamiento planificado.
En ambos casos un mecanismo obsoleto. Le dieron “piedra libre” hace rato.
La sentencia emblemática que se lee arriba es de Dom Helder Cámara, emblema de la lucha a favor de los pobres y símbolo de la resistencia a la dictadura militar brasileña.
El prestigio de dom Helder trascendió largamente las fronteras de la Iglesia Católica, a tal punto que acumuló más de 20 títulos de doctor honoris causa en otras tantas universidades y se transformó en un referente casi universal de la lucha contra la pobreza, la indigencia y en favor de la libertad. Varias veces fue presentado como candidato al Premio Nobel de la Paz y santificado por el Papa Francisco, murió la noche del viernes 27 de agosto de 1999 en su humilde casa de Recife, donde había sido arzobispo.
Había cumplido 90 años en febrero y había sido apellidado por los militares el “obispo rojo” , pero nunca tan rojo como las cuentas que Vidal dejó en la provincia de Buenos Aires tras su desastrosa gestión.
En fin que hay trayectorias que si se atreven a abrir la boca, debieran hablar apenas de los “peligrosos Mapuches” y otras lindezas por el estilo. Esta de Vidal, es una de ellas, pero no la única, estimados lectores de El Destape.