En un contexto en el que las noticias falsas y la desinformación han logrado alterar el curso de la política en sus diferentes niveles, la Semana Mundial de la Alfabetización Mediática e Informacional llega como una oportunidad para abrir interrogantes de cara a los alcances de la era digital y la inteligencia artificial (IA).
Es de público conocimiento que la IA es capaz de crear narrativas y producir imágenes falsas con una facilidad sorprendente, lo que genera que la ciudadanía se encuentre con frecuencia en la encrucijada de distinguir entre la verdad y la ficción. Con ese panorama vigente, la alfabetización en medios emerge y se posiciona como una herramienta esencial para combatir esta creciente amenaza.
Una correcta alfabetización en medios debería dotar a las personas con diferentes habilidades para acceder, analizar y evaluar críticamente la información. Esto implicaría no solo comprender los principios fundamentales del periodismo y el consumo mediático, sino también el desarrollo de competencias tecnológicas, que empoderen y permitan que la ciudadanía tome decisiones informadas.
En los últimos años, la inteligencia artificial ha desempeñado un papel ambivalente en este panorama. Si bien es cierto que se la ha utilizado para crear y difundir noticias falsas con mucha eficacia, también ofrece herramientas gratuitas para identificar y combatir la desinformación. Mediante la utilización de algoritmos avanzados y técnicas de procesamiento de lenguaje natural, la IA puede rastrear y analizar grandes volúmenes de información en tiempo real. Esto permite la detección temprana de patrones y la identificación de contenido engañoso. Además, sus sistemas pueden analizar la reputación y la trayectoria de un sitio web o fotografías, y de esta manera determinar su fiabilidad.
De esta manera, al empoderar a las personas con diferentes habilidades para evaluar críticamente la información que consumen a diario, la democracia se vería fortalecida ya que en los últimos años las fake news han socavado la confianza en sus instituciones y han contribuido a la polarización de las sociedades. En esa línea, otra de las grandes deudas es que los diversos sectores políticos logren comunicarse de manera efectiva en un entorno democrático, en el que queden afuera aquellas narrativas construidas a partir de informaciones falsas con el fin de dañar a sectores opositores.
La Semana Mundial de la Alfabetización Mediática e Informacional es, por lo tanto, un momento crucial para reflexionar sobre la responsabilidad de los líderes en la promoción de la verdad y la transparencia en su comunicación con el público. Finalmente, el compromiso con la verdad y la educación en medios será la llave maestra que nos permitirá abrir las puertas hacia políticas donde los datos veraces, la toma de decisiones informadas y las democracias siempre logren prevalecer.