Escenarios 2024: el desarrollo a partir de la bisagra electoral de este año

18 de septiembre, 2023 | 23.45

A continuación, vamos a jugar con escenarios posibles para 2024, en función de distintos escenarios electorales. La aclaración de rigor es que el objetivo es analizar no predecir. Es imposible que podamos predecir con exactitud lo que podría pasar, pero sí podemos jugar escenarios para entender mejor qué se pone en juego frente a las distintas alternativas políticas en juego.

Escenario LLA o JxC: devaluación e inflación extremas

En este escenario hipotético, la Argentina experimenta una devaluación del 300% y una inflación del 200% en menos de 6 meses, junto con controles que giran de lo cambiario a lo social, sin descartar algún tipo de represión desde el Estado. En este esquema, se quitan los controles cambiarios, dolarizando o buscando una opción de convivencia bimonetaria, se abren las fronteras y se reprimariza la producción del país. Las consecuencias serían devastadoras para el desarrollo económico del país:

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  • Colapso Monetario: La devaluación del 300% resultaría en una depreciación del peso argentino, afectando la repetida cuestión de defender el valor de la moneda, y erosionando su confianza. Un ejemplo histórico es la crisis de 1987-1991, cuando el dólar subió 6000% y los precios lo hicieron 18.000% entre puntas. Esta crisis terminó en un tipo de cambio fijo con caja de conversión (convertibilidad del peso, que era casi una dolarización).
  • Inflación Descontrolada: Con una inflación del 200% en menos de 6 meses, los precios de bienes y servicios aumentarían exponencialmente, afectando el poder adquisitivo. Sobre todo, en un esquema donde las tarifas de la energía serían liberadas, un deterioro masivo de la calidad de vida es inevitable en este esquema, acompañado con la caída del mercado interno y el cierre de numerosas Pymes en consecuencia.
  • Inestabilidad y Fuga de Capitales: No está claro que, una vez lograda la estabilidad posterior, aparezcan los dólares que los argentinos tienen bajo el colchón o en cuentas del exterior. Cabe pensar que las dudas sobre el sistema durarían varios años, en los cuales la situación social no tendría cómo mejorar.
  • Contracción Económica: La economía sufriría una contracción severa debido a la volatilidad y la pérdida de poder adquisitivo. Durante la crisis de 2001-2002, el PIB argentino se contrajo alrededor del 10%, generando recesión y desempleo. Pero arrancando desde niveles muy inferiores a los actuales. Entre 1987 y 1991 la pobreza, medida con una canasta similar a la actual, pasó de 27% a 43% (después logró bajar a 40% en 1993, pero abarcando a un 49,5% de la población en 1999). La inversión y el empleo disminuirían, y la inflación afectaría a los más vulnerables. La tasa de desempleo alcanzó un máximo del 24% en 2002, y la pobreza llegó al récord de 71% de la población.
  • Escasez de Bienes Importados: La devaluación aumentaría los costos de importación, resultando en escasez de productos esenciales. Durante crisis anteriores, la devaluación llevó a la falta de productos básicos en el mercado local. ¿Puede esto generar una oportunidad industrial o productiva? Es muy difícil, porque esa oportunidad estaría vinculada a un crecimiento del mercado interno, pero si el BCRA no puede emitir, o hay una dolarización, entonces ese mercado interno nunca podrá crecer porque no tendrá el dinero para ello. Con lo cual se abre el interrogante sobre cómo se lograría alguna mejora social, especialmente si el Estado no va a intervenir para redistribuir el ingreso por las exportaciones (por ejemplo, subiendo retenciones en vez de bajándolas).
  • Además, puede ocurrir que, si nuestros socios comerciales devalúan más rápido, nosotros no tengamos ningún resorte y terminemos en el otro extremo: el de no poder exportar, que se sumaría a la caída de la producción por la reducción del mercado interno inicial.

Seríamos todo un país igual a una estación de tren abandonada, como en los 90s.

Escenario UxP: estabilidad económica con escasez de dólares

En este escenario, Argentina mantiene alguna estabilidad económica, pero con alta nominalidad, quizá con pequeños saltos cambiarios y podría seguir enfrentando escasez de dólares por un tiempo, lo que genera desafíos específicos:

  • Presión en Reservas Internacionales: La falta de dólares ejercería presión sobre las reservas internacionales del país. Lo cual hoy resulta en el principal problema del país, producto de la salida principalmente de los préstamos privados que entraron durante el macrismo. En efecto, si se mira el balance cambiario del BCRA durante la administración de Macri entraron por estos conceptos más de 15.000 millones de dólares, y en estos años, con la actual gestión salieron más de 19.000 millones (para respetar parte de esos contratos). Este problema se suma al de los intereses de la deuda externa pública, y la sequía.
  • Dependencia de Exportaciones: Argentina depende en gran medida de las exportaciones para generar divisas extranjeras. Esto no cambiaría. Las exportaciones de productos agrícolas como la soja, y ahora los hidrocarburos, sobre todo el petróleo, y el avance de la minería representan una gran oportunidad para mejorar los ingresos en divisas. En este sentido tengamos en cuenta estos datos de 2022: el sector petrolero - petroquímico exportó en total 9.297 millones, y el sojero (sin sequía) 24.868 millones. Entonces, se puede proyectar que Vaca Muerta en pocos años generará US$ 10.000 millones de ingresos por exportaciones, mejorando el horizonte macro.
  • Limitación en Importaciones: La escasez de dólares lleva a restricciones en las importaciones y genera desequilibrios en el mercado, como se viene observando estos años. Las restricciones a las importaciones podrían afectar la disponibilidad de insumos para la producción y la inversión en tecnología. Hasta qué punto se podrán resolver las importaciones o deberá ajustarse la economía es la gran pregunta, todas las respuestas incluyen al Estado, por eso este camino es el único a seguir. Buscar, de cualquier modo, un aterrizaje es siempre mejor que un shock como el que plantean JxC o LLA.
  • Dificultades en Inversiones Extranjeras: La falta de divisas podría desalentar la inversión extranjera. Las inversiones extranjeras directas en Argentina han sido fluctuantes en los últimos años, afectadas por la incertidumbre económica. La salida paulatina de los cepos, juntos con un plan de estabilización nominal y uno productivo emergen como claves. Sólo la opción UxP está analizando esto en serio.
  • Desafíos en el Pago de Deudas: Las deudas en dólares podrían volverse difíciles de pagar, afectando la reputación crediticia. La preocupación por la capacidad de pago de Argentina ha llevado a calificaciones crediticias bajas. La negociación con el FMI en términos duros y favorables a la Argentina es un camino imprescindible.
  • Sin embargo, podría darse un estímulo a la diversificación: La escasez de dólares podría incentivar a diversificar la economía hacia sectores generadores de divisas. En este capítulo se enmarca la continuidad de la estrategia por la exportación de hidrocarburos provenientes de Vaca Muerta, el offshore y Palermo Aike, y la promoción de la industria tecnológica y de servicios, podrían ser una respuesta para reducir la dependencia de las exportaciones tradicionales.

En definitiva, en ambos escenarios, se destaca la importancia de políticas monetarias, fiscales, productivas y económicas efectivas y la necesidad de mantener la estabilidad para asegurar el desarrollo económico sostenible de Argentina. Pero como se puede ver con distintos objetivos e impactos en el empleo, producción, salario y desarrollo. No perdamos de vista un dato de la historia: ¿de dónde partía la convertibilidad? De más de 10 años de crisis, unos 15 años de problemas políticos y sociales, dictadura, desindustruilización, sin políticas de inclusión, deuda, e hiperinflación. Así de rabiosa era la realidad. Ahora la dolarización se plantea después de sólo algunas de estas de estas cosas no de todas, y sólo tras 8 años.

Un elemento que podría considerarse clave en ambos escenarios es el papel de la gobernanza y la política en la configuración de los resultados. En ambos casos, la dirección política y la gestión de políticas económicas desempeñarían un papel fundamental en la determinación de la magnitud y el alcance de los efectos. Las decisiones gubernamentales, la transparencia en la información económica y la coherencia en la aplicación de políticas podrían influir significativamente en cómo se desarrollarían estos escenarios. Además, podría ser relevante agregar una reflexión sobre cómo la participación ciudadana, la estabilidad política y el respeto por los derechos humanos también impactarían en la trayectoria de estos escenarios. Por ejemplo, en el primer escenario, la represión y la falta de respeto por los derechos podrían agravar aún más la situación económica y social.


 

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