El objetivo de esta breve nota es aportar al análisis de la magnitud del electorado que no fue a votar en las PASO de Agosto de este año, intentando precisar cuán decisivo puede ser de cara a las elecciones de Octubre. No es una nota que pretenda ser objetiva, está hecha por trabajadores y trabajadoras de la Universidad Pública, que entienden que el partido que sacó más votos en las elecciones de agosto es una seria amenaza para la educación pública y gratuita en la Argentina.
El aumento de electores ausentes en los comicios presidenciales de la Argentina es un dato ya conocido. Si comparamos entre las PASO 2019 y las PASO 2023 los ausentes aumentaron casi 2.7 millones, alcanzando casi los 11.4 millones. Este dato nos dispara algunos interrogantes, ¿Los ausentes en una y otra elección son los mismos? ¿En dónde están? ¿Cuántos de esos que se ausentaron son potenciales votantes de una opción que no sea de derecha? En línea con esta última pregunta, aquí nos interesan particularmente los lugares en los que el ausentismo creció más que el voto conjunto de La Libertad Avanza y de Juntos por el Cambio entre 2019 y 2023. Son lugares donde entendemos que el descontento que explica el aumento del ausentismo no se tradujo en un voto de derecha/extrema derecha y que sigue habiendo ahí una discusión para dar sobre la importancia del rol de Estado, tan vilipendiado en esta campaña y que tanto valoramos los y las trabajadores/as de la Universidad Pública.
Si miramos por partido/municipio, sólo vamos a encontrar 92 en todo el país (el 17% del total) donde el ausentismo haya crecido más que el voto a la derecha/extrema derecha, con apenas 15 en la provincia de Buenos Aires, que agrupan, en este distrito, apenas 100 mil electores. Ahora bien, si lo miramos por circuito, de los alrededor de 5000 circuitos electorales de todo el país que son comparables entre una y otra elección, en 1268 se dió la condición de que el ausentismo creció más que el voto a la derecha/ultra derecha (1384 circuitos si incluimos a las personas que sí fueron a votar pero votaron en Blanco). No es un dato para nada despreciable. Tengamos en cuenta que estamos comparando PASO contra PASO, que en 2019 Juntos por el Cambio en esa instancia logró apenas el 32% de los votos (más de un 8% menos que en la primera vuelta, con un ausentismo mayor) y que ahora estamos sumando dos fuerzas juntas para comparar con las PASO de aquel entonces.
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Esos circuitos electorales suman más de 1,5 millones de votantes que estuvieron ausentes (2 millones si incluimos a quienes fueron a votar y votar en Blanco) y están distribuidos centralmente entre Córdoba y Buenos Aires (303 y 235 circuitos respectivamente si no incluimos a los votantes en Blanco, y 313 en la Provincia de Buenos Aires cuando incluimos el voto en Blanco). El dato de Córdoba está seguramente explicado por la candidatura a presidente de su actual gobernador, Juan Schiaretti, mientras que en la Provincia de Buenos Aires parece haber claramente un descontento que, si bien fue lo suficientemente grande como para hacer que la gente no acuda a las urnas, no lo fue tanto como para alimentar el voto de derecha/ultra derecha en la misma proporción en que lo hizo en el resto del país. Efectivamente, la provincia de Buenos Aires es el cuarto distrito donde La Libertad Avanza sacó menos votos cuando se los ordena de menor a mayor en términos de total de electores posibles, con el 16%, y el séptimo cuando se incluyen los votos de Juntos por el Cambio (con el 36%).
¿Por qué estos datos son tan importantes, a nuestro modo de ver? En primer lugar, porque en la provincia de Buenos Aires hubo 4,2 millones de ausentes en las PASO de 2023, 1,144 millones más que en 2019; el cuarto distrito donde más creció el ausentismo, y, por su tamaño, el más importante en esos términos (concentra el 37% del total de ausentes y explica el 42% de lo que dicho ausentismo creció).
En segundo lugar, porque sabemos, por lo que han estudiado otros/as, que es difícil establecer un mínimo de equivalencias con algunos de los electores que, convencidos, se han volcado por algunas de las opciones de derecha/ultra derecha. A 40 años de la recuperación de la Democracia nos encontramos en un escenario sumamente peligroso donde el candidato que sacó más votos en la elección primaria califica al Estado como “una organización criminal” y a la justicia social como “aberración”. Entendemos nosotros/as que hay un diálogo aún posible con quienes, desencantados con estos últimos años, no fueron a votar. Un diálogo que recupere lo mejor de las políticas públicas de estos últimos años y que, desde ahí, busque alertar sobre el peligro al que nos enfrentamos, desarticulando algunos de los eslóganes vacíos que tan rápido se viralizan desde esos espacios de derecha.
A modo de ejemplo: ¿cómo nos hablan de meritocracia quienes literalmente eliminaron el programa conectar igualdad y quienes, aunque no lo hicieron, comparten ese recorte? En el AMBA solo 1 de cada 3 hogares de aquellos que están en el 20% de menores ingresos tiene computadora, contra 9 de cada 10 de los que están en el 20% de mayores ingresos. En los términos del mérito, ¿por qué un chico o chica que tiene la suerte de nacer en un hogar con computadora tiene derecho a hacer menos esfuerzo para aprender que uno que no tuvo esa suerte? Cuando el Gobierno de Axel Kicillof, a través del programa Conectar Igualdad Bonaerense, entrega 168 mil computadoras a estudiantes de los 135 municipios de la provincia, está creando justamente la posibilidad para que exista meritocracia. Comentamos lo anterior porque la semana pasada, como parte del programa Conectar Igualdad, en este caso del Estado Nacional, la Escuela Secundaria de nuestra Universidad ha recibido 163 computadoras, para chicos y chicas que, de otra manera, no tendrían acceso a un equipo propio, con todo lo que eso implica en términos de aprendizaje, oportunidades y pertenencia.
No nos confundamos, en sociedades tan desiguales como la nuestra, sin Estado, y sin empleados públicos, no hay meritocracia posible; sólo reproducción de privilegios hereditarios.
Compartimos por último dos mapas de la provincia de Buenos Aires. En la gama del azul se pueden ver los circuitos donde mayor diferencia existe entre el crecimiento del ausentismo y el voto de derecha, y en la gama de rojo podemos ver donde se concentran los mayores niveles de ausentismo. Hay mucho por hacer aún.