La educación pública en la Ciudad: una historia de recortes, ajustes y desfinanciamiento

11 de julio, 2022 | 15.55

Año tras año, observamos que el Ejecutivo porteño reduce la partida presupuestaria destinada a educación. Por ejemplo, el porcentaje de inversión destinado a la educación pasó de 26,6% en 2010 a 19,5% en 2022 y la infraestructura escolar sufrió un recorte cercano al 60% entre el 2020 y el 2021. Estos datos confirman una vez más que la prioridad del Gobierno de la Ciudad no es la educación pública.

Desde la Auditoría de la Ciudad llevamos adelante el control de diferentes programas del Ejecutivo porteño en materia educativa: esto nos permite no solo fiscalizar las políticas públicas llevadas a cabo sino también aportar recomendaciones y sugerencias desde nuestro conocimiento y experiencia.

En un reciente informe aprobado desde el área de educación de la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires, observamos una serie de irregularidades en el programa “Elegí Enseñar”, que tiene como objetivo fomentar como alternativa profesional y vocacional la formación docente en estudiantes de los últimos años del secundario.

Dentro del período auditado (2019), se inscribieron 1214 alumnos y alumnas de los secundarios porteños, pero el Gobierno de la Ciudad solo otorgó la mitad de becas. De este modo, solo el 50% de los inscriptos pudieron realizar prácticas en el aula.

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Además, el informe arroja dos grandes falencias: por un lado, no se pudo acceder al listado completo de estudiantes inscriptos, ni de los que quedaron en lista de espera; y por el otro, no hubo una definición en cuanto al sistema de puntuación para asignar las vacantes, lo que expone la falta de transparencia a la hora de implementar el programa. Por eso, desde la Auditoría de la Ciudad, recomendamos reforzar las medidas de control interno para evitar errores de imputación y pago de las asignaciones estímulo.

Necesitamos datos claros y certeros para poder realizar recomendaciones que ayuden a que los programas puedan llegar a todos y todas y funcionen correctamente.

Estamos convencidos de que la educación y la formación de futuros docentes debe ser una prioridad de cualquier gobierno, pero no es el caso del Ejecutivo porteño.

Mientras el Gobierno nacional destina parte de la partida presupuestaria al plan Conectar Igualdad para que todos los estudiantes puedan acceder a una computadora o implementa las Becas Progresar para que millones de adolescentes puedan terminar sus estudios secundarios, el Gobierno de la Ciudad recorta, desfinancia y ajusta la educación pública.