El rearmado ministerial que fuera anunciado a finales de julio, luego de semanas marcadas por cambios intempestivos y agudización de problemas en algunos frentes, se concretó esta semana. ¿Qué implican las medidas anunciadas por Sergio Massa?
En primer lugar, no caben dudas de que el eje central es resolver la escasez de dólares, lo que podría considerarse el corazón de los problemas de la Argentina hoy. Para lograr ese objetivo el nuevo ministro, que cuenta con al apoyo político de toda la coalición gobernante, apunta a dos canales de divisas: un compromiso de liquidación, del que no se dieron demasiados detalles, con sectores clave como agro, pesca, minería, a lo que se agregan desembolsos acordados con organismos internacionales, todo lo que permitiría acumular unos 7 mil millones de dólares en el BCRA, a lo que podrían incorporarse además acuerdos REPO que mejorarían las reservas de manera temporaria.
Para engrosar las reservas, las medidas buscarán también una mejora en el superávit comercial, a partir del fomento de exportaciones de sectores estratégicos y mediante una mayor fiscalización y sanción de maniobras fraudulentas en, al menos, unas 13 mil operaciones correspondientes a 700 empresas.
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En este contexto, evitar una devaluación que licúe los salarios de las y los trabajadores es punto central de la discusión. En la misma línea, lograr una administración más coordinada y efectiva en materia de regulación de importaciones es parte de las demandas urgentes, si se considera el acelerado crecimiento que registran: enero-mayo 2022 suben un 44% interanual mientras que las exportaciones lo hicieron en un 27% i.a. A la demanda estructural por crecimiento de la actividad económica, se sumó el incremento de los precios por la guerra que demanda mayor cantidad de divisas para importar energía, así como el incremento de otros rubros como bienes intermedios y de consumo, en niveles más altos a los que deberían.
¿Qué se anunció en materia fiscal? Hay un evidente costado fiscalista en los anuncios, que, por su parte, no difieren sensiblemente de los anuncios de Batakis. En ese sentido, se reafirmó la meta de déficit de 2,5 para este año, según el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el congelamiento de la planta pública, y se agregó como novedad una nueva variable de la segmentación tarifaria.
Los cambios en subsidios implican que alrededor de 10 millones de usuarios, que se anotaron previamente para continuar recibiendo el beneficio, tendrán como tope de consumo de cobertura hasta 400 kw mensuales, más allá de ello se pagará tarifa plena. En este punto, es necesario considerar que, si bien el promedio de consumo es de 335 kw, en el caso de los sectores de menores ingresos, el gasto suele ser más alto por un mayor uso de electrodomésticos.
El anuncio más importante para el mercado tuvo que ver con la suspensión de los Adelantos Transitorios por parte del Banco Central. Es necesario señalar que el déficit per se no es malo, pero genera problemas si no se puede financiar, es preciso en este esquema encaminar una política fiscal más equilibrada en una economía bimonetaria donde la financiación se concreta en un mercado que es bastante reticente, de allí la medida del canje voluntario para los vencimientos en pesos de los próximos 90 días, para hacer frente a las especulaciones que circularon en torno a los pagos de deuda.
En tercer orden, se agregan los anuncios vinculados al trabajo que, si bien no estuvieron en el centro de la escena, son importantes. Se destacan el bono a jubilados (iría de $5.000 a $7.000) que complementará la actualización de haberes de septiembre que será, según estimaciones de CEPA, próxima al 15,43%, a lo que se suma una mejora en el Sistema Asignaciones Familiares, la convocatoria a una mesa entre el sector empresarial y sindical para evaluar medidas en torno al empleo registrado y la reapertura del Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil el próximo 18 de agosto.
Finalmente, estas medidas se implementan a partir de un rearmado del gobierno que busca aportar mayor síntesis en la política económica con una sola voz que exprese el rumbo y ayude a mejorar expectativas, recuperando la iniciativa política y con un respaldo tal que permita encontrar las políticas para, en definitiva, continuar con los objetivos de crecimiento, generación de empleo y distribución del ingreso.