Son 30 mil: negacionismo y coronavirus

31 de octubre, 2020 | 07.00

Esta semana, Argentina llegó a los 30.000 fallecidos a causa del coronavirus. A raíz de esa noticia y, casi a modo de festejo, el periodista Eduardo Feinmann escribió en su cuenta de Twitter “Ahora sí son 30 mil”, estableciendo una comparación lamentable entre las muertes por Covid-19 y los desaparecidos en la última dictadura cívico-militar. No conforme con su publicación en las redes sociales, al rato lo replicó en vivo en el noticiero de A24. No es la primera vez que Feinmann mantiene una postura negacionista respecto a lo que vivió el pueblo argentino entre 1976 y 1983. Lo que para él se encuentra dentro del terreno de la chicana, es una falta de respeto a las víctimas y familiares de delitos de lesa humanidad en nuestro país. Pocos minutos después de que publicó el tuit, el hashtag #Son30000 se convirtió en tendencia y la mayoría de los usuarios que lo utilizaban hacían analogías de un tinte semejante a las del periodista. Habiendo pasado 44 años del golpe de estado más sangriento que vivió Argentina, pareciera inconcebible que ciertos discursos aún se repliquen en la clase política y en los medios de comunicación.

El proceso político kirchnerista que se inició en 2003 y culminó en 2015 hizo de los derechos humanos una política de estado. La cercanía con las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo o la imagen de Néstor Kirchner haciendo bajar el cuadro del genocida Videla en el Colegio Militar de la Nación, son prueba de ello. Cuando asumió Mauricio Macri como presidente, estas políticas -al igual que tantas otras- cambiaron radicalmente. Personalidades como Darío Lopérfido, Juan José Gómez Centurión o el mismísimo Macri, siendo funcionarios del gobierno, manifestaron públicamente su ideología negacionista. Este cambio de doctrina sobre los derechos humanos a nivel estatal, trajo consigo un cambio de perspectiva social. Ciertos sectores de derecha perdieron el pudor y pueden proclamar lo más campantes una reivindicación hacia la etapa más oscura de la historia reciente de la Argentina.

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Quizás lo más penoso de estas manifestaciones tenga que ver con la complicidad y el empoderamiento discursivo que se promueve desde espacios políticos históricamente reaccionarios que, muchos, fueron parte de Cambiemos y ahora de Juntos por el Cambio. Al unísono de Eduardo Feinmann, la legisladora provincial mendocina del Pro, Hebe Casado, también trazó una comparación entre los muertos por coronavirus y los desaparecidos: “Son 30 mil, no como los otros 30 mil”, fue el tuit que publicó Casado en su cuenta personal, tras comentar una nota del portal Infobae. A lo que añadió: “Un éxito la estrategia del #gobiernoDeCientificos, pero como no reconocen errores, en 15 días dicen que seguimos sin derechos a la libre circulación, ni a la educación, ni a la salud”. Es evidente que detrás de cada manifestación negacionista hay una crítica al gobierno de Alberto Fernández. De hecho, horas más tarde y tras un fuerte repudio generalizado, la diputada intentó pedir disculpas en las redes sociales: “Desde ningún punto de vista quise convalidar el accionar y las muertes ocurridas en la etapa más oscura desde que existe el Estado Argentino. Mis críticas tuvieron el objetivo de señalar la forma en que el Gobierno nacional está gestionando la pandemia, basándome en mis conocimientos médicos, sin embargo, ello no justifica el error cometido”. Más allá de sus excusas, lo sorpresivo fue que, si bien se disculpó por sus dichos, la legisladora fue entrevistada horas más tarde por una radio mendocina donde volvió a manifestar su descreimiento sobre los 30 mil desaparecidos y, nuevamente, los comparó con los 30 mil fallecidos por Covid-19: “No justifico ni las desapariciones, pero tampoco el mal manejo de la pandemia. Yo no pongo en duda el número de los desaparecidos, digo en lo que se basa la Conadep. Hay 30 mil muertos reales por covid, pero no hay 30 mil desaparecidos reales por la dictadura”.

Y esta semana, en medio del conflicto de la familia Etchevere, la diputada cordobesa de Juntos por el Cambio Patricia De Ferrari, también estuvo a la orden del día con declaraciones repudiables que hacían alusión a la dictadura cívico-militar de 1976. La legisladora, publicó en las redes sociales un mensaje en el cual reivindica el terrorismo de Estado como mecanismo para "impartir justicia" sobre el dirigente social Juan Grabois. "Falta mucho para que aparezcan los falcon verdes para impartir la justicia a la medida ideológica de Grabois y compañía?", fue lo que se preguntó en su cuenta de Twitter la diputada que, el miércoles pasado, fue suspendida por seis meses sin goce de sueldo a raíz de estas declaraciones.

Los cuatro años de gobierno de Mauricio Macri fueron fundamentales para esta nueva embestida del discurso negacionista. Él, como presidente, habló de la dictadura como una guerra sucia, haciendo clara apología a la teoría de los dos demonios. Y algunos funcionarios de su gobierno se ocuparon de negar los 30 mil desaparecidos y negar también que haya habido un plan sistemático para desaparecer personas. De acá en adelante habrá que dar, nuevamente, una batalla cultural para que estos discursos no tengan lugar ni resonancia en los espacios políticos, en los medios ni en las calles.

30 mil compañerxs desaparecidxs presentes.
Ahora y siempre.

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