1. Un condicionante central de la Argentina es la deuda multimillonaria en dólares, de la cual se favorecieron sólo los especuladores financieros. Y de la cual el pueblo no recibió un centavo. ¿No debería entonces el pueblo estar movilizado para encabezar la batalla para que el pago de la deuda recaiga sobre quienes se beneficiaron de ella?
2. Si el monitoreo del FMI será sobre recursos que –si la deuda no estuviera- deberían favorecer al pueblo y a los trabajadores, ¿no deberían ser las organizaciones populares, las centrales sindicales y los partidos populares quienes encabecen la toma de conciencia y la movilización del pueblo y las y los trabajadores? No es lo mismo afrontar semejante gesta nacional únicamente con negociadores técnicos, que sumar a esa controversia la voluntad movilizada y organizada de todo un pueblo.
3. ¿No sería bueno preguntarnos si desde la conducción del Estado se cuenta con herramientas para estimular esa movilización? Movilización no sólo de las personas hacia un lugar de concentración pública, sino también movilización de la conciencia popular para dar ese debate cotidianamente en el taller, en la oficina, en el aula, en el almacén, en la cola del colectivo.
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4. ¿La Argentina es un país pobre? ¿Es un país con pobreza estructural? No, definitivamente no. La Argentina es un país inmensamente rico, que ha aplicado, salvo excepciones como el primer peronismo y el kirchnerismo, políticas de empobrecimiento estructural.
5. Entonces, cabría ir un paso más allá y preguntarnos ¿por qué en un país extremadamente rico existen situaciones de pobreza como las que presenciamos? Y allí la respuesta es obvia: debido a las políticas que se han aplicado predominantemente a lo largo de la historia por iniciativa de los sectores dominantes.
6. ¿Por qué en un país donde hay –por un lado- tantas cosas por hacer, y –al mismo tiempo- hay tantas personas desocupadas, no se transforman esas cuestiones pendientes en puestos de trabajo?
7. Cuando se ejerce la conducción del Estado, ¿existen o no herramientas para modificar esa situación y poner las cosas en su lugar? Es decir, eliminar la pobreza en un país con tanta riqueza, y convertir las asignaturas pendientes en fuentes de trabajo digno.
8. Las riquezas de la Argentina, su pesca, su plataforma marítima, la extraordinaria fertilidad de sus tierras, sus condiciones para la producción ganadera, sus recursos energéticos, su desarrollo científico y tecnológico ¿son privados o públicos? Son públicos, es decir, de propiedad del pueblo.
9. ¿Por qué entonces la renta que arrojan esos recursos es apropiada monopólicamente por los grupos privados más concentrados?
10. Cuando se ejerce la conducción del Estado, ¿es posible recurrir a herramientas que pongan las cosas en su lugar, es decir, que la parte principal de la renta de esos recursos –que es del pueblo- vaya al pueblo? El compromiso de un gobierno popular es echar mano a esas herramientas.