Ni IDEA de ceder algo

El reparto de los ingresos y el rol del Estado fueron los principales ejes en el evento que reúne al círculo rojo de Argentina.

24 de octubre, 2022 | 00.05

El lema de esta 58 edición del Coloquio de IDEA fue “Ceder para Crecer”, para sorpresa de los ingenuos y satisfacción de los creyentes o fervientes admiradores de la gran burguesía, no sólo no se les cayó una “idea” original a sus mentores y a sus disciplinados mandaderos, sino, que eso de “ceder” nos las deben como otras tantas deudas por compromisos electorales que nos quedaron debiendo Macri, Cambiemos y quienes ahora conforman Juntos por el Cambio. Un dato de realidad que encuentra numerosos, y recurrentes, precedentes en nuestro país. Pero que en la Argentina su clase dirigente de distinto pelaje, más o menos abundante, siempre puede superar toda capacidad de asombro.

Coloquios que no exceden de soliloquios

El Instituto para el desarrollo empresarial de la Argentina, IDEA por sus siglas en nuestro idioma mal que les pese (preferirían que fueran en inglés, idioma natal o por adopción y devoción de quienes lo conforman), es un espacio oscuro, pretensioso y distante de todo lo que huela a nacional y popular.

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Se precia de ser un “Think-Tank” en un anglicismo supremacista, un “laboratorio de ideas” en el cual los conejillos de Indias somos todos los mortales comunes, que se propone como un exquisito y exclusivo ámbito del pensamiento y, antes que nada, apátrida, sólo plutárquico. 

Sin embargo, salvo raras excepciones, un Encuentro en el que como dueños de casa no participan los “dueños” (titulares de los grandes grupos económicos) sino sus empleados jerárquicos, los Ceos (en la lengua que sienten suya, aunque sean parte de la gilada de los márgenes del mundo) que se comportan como si lo fueran y se regodean por su condición servil. 

Claro está que, como aquel nazi que alega tener un amigo judío o el machista que invoca darle libertad a “su” mujer no reconocerle una igualdad que le corresponde, necesitan mostrarse amplios y pluralistas, para lo cual invitan a personajes que aparecen como distintos o antagonistas e incluso a altos funcionarios (¿funcionales?) de gobiernos que deploran.

En su portal IDEA se autodefine como: “la organización con mayor prestigio en el ámbito empresarial que promueve el crecimiento y la competitividad de las empresas del país. Es un ámbito no sectorial cuyo objetivo es contribuir con el progreso económico y social, incidiendo directamente a través del debate y la ejecución de propuestas”.

Serrat agregaría … y los pajaritos cantan y las nubes se levantan, “verso” no eufemístico, sino, crudamente realista en este caso, tomado del tema “Toca madera” del cantautor catalán. En su 58 edición (Mar del Plata 12 al 14 de octubre 2022), las autoridades de esa Institución decían SOBRE EL EVENTO (sic) en la convocatoria: 

Todos, pero especialmente los que ocupamos posiciones de liderazgo en los diferentes sectores, debemos estar dispuestos a ceder para que el país alcance un sendero de desarrollo sostenido. Los problemas del país (pobreza, inflación, crisis educativa, inseguridad jurídica, etc.) no se solucionan simplemente sentándonos a una mesa a conversar. Dialogar y consensuar es necesario, pero no suficiente. Administrar las pujas de intereses exige ceder.

Desde IDEA sostenemos que la negociación no puede ser a expensas de los más vulnerables. 

Tenemos que construir soluciones colectivas que nos obligan a negociar, es decir, a ceder. Se suele decir que ‘Argentina es un país en el que, si te vas de viaje 20 días, cuando volvés cambió todo, y si te vas de viaje 20 años, cuando volvés, no cambió nada’. Queremos salir de eso.”

El convite era a precios populares (socios $ 145.000 y no socios $ 245.000), comprendía: el “Acceso a sesiones Plenarias; Coffees de bienvenida, coffee breaks y cenas; Actividad especial de networking”. Toda una paquetería, que aunque no incluyera traslados ni alojamiento daba la oportunidad de sentirse por unos días en el ombligo del mundo empresarial.

Las conclusiones, las esperables, las de siempre, tan lejanas a los “propósitos” enunciados pero fieles a esa interpretación de nuestra Historia en la cual los “problemas del país” no los incluye como “clase” ni sector, más aún, en que se soslaya cuánto les cabe en la responsabilidad por los fenómenos que describen como viejos males de la Argentina.

¿Qué hacer con el descarte?

Una preocupación permanente del empresariado hegemónico es el “descarte”, lo que no sirve, lo que sobra, lo que no es reciclable o aprovechable. En principio, en orden a materiales, efluentes industriales, productos vencidos, mercadería sin posibilidad de comercialización, entre otros muchos ejemplos.

¿Dónde ponerlo? ¿Dónde confinarlo? Que no estorbe, que no genere gastos, que no interfiera en sus planes de negocios, que no moleste, en definitiva. 

Y en ese descarte se concibe también a los pobres, mejor dicho, a los empobrecidos por sus acciones depredadoras y que siempre constituyen un peligro para la “afanosa” vida de aquéllos y de su destino manifiesto de riquezas que han sabido obtener o bien heredar como buenos hijos pródigos. Pobres, sólo destinatarios de su caridad en tanto y en cuanto no se alcen con reivindicaciones de derechos que pongan en cuestión el elitismo que forma parte de la natural división social en estratos superiores e inferiores.

De allí que sea preciso elaborar teorías, en lo posible edulcoradas y en aras del “bien común”, adornadas de libertades y republicanismos fundados en un darwinismo en el que, por fuerza de la “naturaleza”, predominan los mejores, que son “ellos” por virtudes de sangre, de estirpe, de meritocracias autoasignadas. 

Un Diario que se precia de ser tribuna de opinión, La Nación, que desde su origen expresa a la oligarquía -predominantemente cipaya- como se nutre de lectores de capas medias ansiosas por descubrir ese micromundo tan deseado y para mirar su propio acontecer desde ese cristal opaco, publicó unos días atrás una nota que define la cultura que alimenta ese medio de prensa: “La historia de Macoco de Álzaga Unzué, un deportista y aventurero”.

“París, Nueva York, Londres, Venecia, Biarritz, Montecarlo y, por supuesto, Buenos Aires fueron los escenarios de sus aventuras. En las principales ciudades del mundo Martín Máximo Pablo de Álzaga Unzué, conocido como Macoco, se movía como pez en el agua. (…) Simpático, carismático, intrépido, aventurero y ocurrente, era el arquetipo de playboy, palabra hoy en desuso ...”

En los primeros años del siglo XX nada faltaba, el progreso parecía no detenerse y todo estaba por venir. En la Argentina y en el mundo se vivía un clima de opulencia y de disfrute (…) A Macoco le tocó, sobre todo en su infancia, vivir en una época de esplendor, los años dorados de la Belle Époque, que se terminaron en 1914 con la llegada de la Primera Guerra Mundial. (…) Fue la época … de las construcciones llevadas adelante por arquitectos franceses, italianos, alemanes y belgas. Los arquitectos estaban generando un nuevo cambio muy importante en la ciudad, con los palacios y las grandes casonas. Las principales familias contrataban chefs y traían jardineros de Europa. 

(…) Macoco estudió en el prestigioso y exclusivo colegio Eton, en Inglaterra. No debió parecer extraño entonces, ya que las familias pasaban largas temporadas en el viejo continente. Generalmente huían del invierno, pero, a veces, las estadías se extendían dos o tres años. La posibilidad que ofrecía el campo, sobre todo la exportación de carne a partir de los barcos frigoríficos, hizo que los terratenientes argentinos se manejaran con una economía que hacía que en Europa se utilizara la frase ‘vale más que un argentino’, es decir que vale mucho. 

(…) Cuando la Argentina era el granero del mundo y el mundo bailaba al ritmo del viento a favor, todo era abundancia y fiesta. En un momento de altos niveles de consumo, el derroche, producto de la sensación de que los bienes no tendrían fin, era habitual. Y tirar manteca al techo, como expresión de gastar sin límite, no era la excepción sino lo común. (…) Fiestas y cenas elegantes eran algo habitual y por eso las mansiones que se edificaron por esos años cuentan con grandes salones de recepción. (…) Una comida muy importante de esa época tenía doce pasos, entre los que se podía destacar, alrededor del séptimo paso, el famoso helado con champagne, que era una manera de cortar todo lo que se venía comiendo y de limpiar el estómago para después seguir comiendo. 

Para las noches de juerga, Macoco y sus amigos tenían un bufón que era conocido por todos. ‘El Negro Raúl’ era un personaje, un hijo de esclavos o de libertos, de fines del siglo XIX. Se llamaba Raúl Grijera. Se enganchó con la gente de clase alta que lo tenía como un bufón. (…) Eran los tiempos de juventud. Cuando esta gente entró en años se terminó esa vida de locura y Raúl terminó como un mendigo.”

¡Qué Argentina nefasta la que se evoca! ¿Cuál es el “todos” para quienes era todo abundancia y fiesta? ¡Doce pasos de una comida, en una época de hambrunas, miserias y matanzas de obreros cuando protestaban por sus magros jornales! 

También hoy esos mismos poderosos tienen bufones descartables en los medios, en la cultura, en la magistratura, en la política, eso sí, de cualquier color.

IDEAs viejas que se presentan como nuevas

La constancia es un rasgo que cabe reconocerle a los patrocinadores y “conspicuos” miembros de IDEA, no cejan de predicar su mesiánico dogma neoliberal abstrayéndose de sus sucesivos fracasos, para el país y la mayoría de quienes lo habitan, no para ellos que obtienen pingues ganancias.

Los falaces diagnósticos, los pronósticos cargados de -hipócritas- optimismos en tanto se sigan sus recetas, recalan siempre en los mismos lugares comunes y nos llevan inexorablemente a aumentar las riquezas y las miserias como las distancias entre quienes se apoderan de unas y padecen las otras.

Sus demandas para una Argentina que crezca, se inserte en el Mundo, derrame prosperidad por doquier y rija una plena libertad -para hacer negocios- divorciada de toda idea de equidad e igualdad que le den real sentido, no varían edición tras edición de sus coloquiales tertulias. 

Austeridad fiscal a la par que ingentes subvenciones estatales a su favor, recortes del gasto público con destino social, reducción y hasta eliminación de impuestos particularmente los que gravan el patrimonio, libre juego de la oferta y la demanda a sabiendas que comporta un juego taimado con reglas de hierro elaboradas por monopolios u oligopolios, privatizaciones con prevalencia direccionadas a empresas que explotan recursos naturales o resortes básicos de la Economía, apropiación de los Fondos de Jubilaciones y Pensiones para volver a administrarlos en claro perjuicio de sus beneficiarios, reforma laboral con miras a la eliminación de derechos o a la reducción a su mínima expresión precarizante, con la consiguiente erradicación de toda acción colectiva y debilitamiento de las organizaciones sindicales.

El “otro, los otros” para estas señoras y señores con IDEAs tan antiguas como la injusticia, quienes son, en general, simples mandaderos de los “dueños y patrones” a los que representan y obedecen ciega como servilmente, no es la Patria sino sólo los que se le parece a ese grupúsculo que conforman como elites reales o aspiracionales de los que creen pertenecer a ese excelso consorcio sin ser más que empleados “calificados” prescindibles cuando los patrones decidan, por capricho o por sus siempre mezquinos intereses.

¿A qué van ciertos funcionarios y dirigentes del campo popular?

Esa repetición constante y monótona de ideas fijas en las que no permea ninguna alteridad, un verdadero “mantra”, es consabida e identitaria de esa magna Institución en cuyos Coloquios se han manifestado con frecuencia ninguneos, desplantes y destrato del público asistente -con perdón de la palabra, sin querer ofender- hacia dirigentes y funcionarios de gobiernos con anclaje popular. 

Los que abonan su inscripción, más aún los “socios”, concurren para hacer negocios, fortalecer los lobbies que asedian al actual Gobierno ante cualquier medida -prematuramente anunciada- que los inquiete, afirmar sus convicciones militantes y despotricar contra los sindicalistas demandantes, piqueteros y todo otro que no se avenga a la cosmovisión empresaria en la que no cabe el diálogo franco sino sólo la escucha atenta al monólogo hegemónico de los anfitriones y sus acólitos.

Este año los patrocinantes de la 58 edición sumaron 146 empresas, para las cuales se reservó un almuerzo exclusivo en el cual la atención se centraba en los invitados estelares (Javier Milei, Roberto Lavagna, Carlos Melconián, Patricia Bullrich y Facundo Manes), en el que se duplicó la cantidad de comensales previstos y así fue que hubo muchos que no pudieron estar presentes.

En ese contexto no se entiende cuál sería el sentido de hacerle el coro al Coloquio, prestándose a darle una imagen de pluralidad y diversidad que para nada posee, asistiendo como disertantes o integrando Paneles dirigentes gremiales y políticos con representación popular, funcionarios del Gobierno y hasta el mismo Presidente de la Nación.

Si fuera para conocer el pensamiento opositor sobre el rumbo del país, bastaría con la lectura de Clarín, La Nación, Infobae o con sentarse a ver TN, LN+ o América TV; ahora, si lo que se imaginaba era poder llegarles con un mensaje al corazón y al bolsillo -su visera más sensible, al decir de un recordado líder popular-, sería tanto como pedirle peras al olmo.

Aunque no sorprenda por de quien viene, provoca cierta perplejidad que el Secretario de la UOCRA, Gerardo Martínez, en el Primer Panel en que se “debatía” sobre empleo y los empresarios se quejaban por las complicaciones que le generan “las multas laborales y los litigios”, se despachara con que: “Las organizaciones sindicales no apostamos ni queremos la industria del juicio. No queremos situaciones que enrarezcan las relaciones laborales. Tiene que haber buena fe y transparencia”.

Ah bueno, eso sí que es una perla en un Sistema de Relaciones Laborales en el cual hay un casi un 40% de trabajo no registrado y un porcentaje que es todavía mayor si se computa el deficientemente registrado (en antigüedad, carga horaria, entidad y composición de las remuneraciones). Y un diamante en bruto inigualable, cuando una reflexión semejante proviene de un dirigente que hace 33 años está al frente del gremio que cuenta con la regulación legal más flexible (elaborada por la dictadura de Onganía y completada para peor por la dictadura de Videla) que jamás ha impulsado modificarla en clave tutelar y que, para peor, es la actividad en la cual se verifican el más elevado nivel de falta o deficiente registración como de intermediación fraudulenta mediante subcontrataciones o tercerizaciones.

¿Será que la industria de la construcción promueve juicios y que los actores de ese ámbito enrarecen las relaciones laborales? ¿No es curiosa la coincidencia de aquel discurso con las diatribas reaccionarias que reciben los abogados laboralistas por su defensa de los derechos de las y los trabajadores, incluso de ese gremio un tanto abandonados a su suerte?

“La Asociación de Abogadas y Abogados de Buenos Aires rechaza las manifestaciones vertidas por el jefe de gobierno de la CABA y diversos diputados y senadores que descalifican sistemáticamente el rol de la abogacía en defensa del respeto de los derechos del trabajo y de la seguridad social. (…) de inventar litigios, apropiarse de multas e indemnizaciones y de ejercer su profesión causando el incremento del aumento de precios y costos de producción. (…) Rechazamos totalmente la descalificación del valor social del ejercicio de la abogacía … Asimismo denunciamos que las manifestaciones que denuestan la labor profesional tildándola de promotora de la industria del juicio, resulta una afrenta al trabajo profesional, constitucionalmente protegido.” (Declaración del 11 de octubre de 2022).

Alguien tiene que ceder

El lema de esta 58 edición del Coloquio de IDEA encierra un paradigma más que un enigma o una interpelación, porque “Ceder para Crecer” importa presumir que se parte de posiciones simétricas o que se piensa que en lugar del conflicto inherente al sistema Capitalista existe una “comunidad empresaria-obrera” que, naturalmente, debe caminar de la mano animados por las mismas motivaciones y objetivos.

Es que no se advierte cuánto ha cedido el sector laboral, con pérdidas de derechos y conquistas por la mano genocida de la dictadura del ’76 y de la mano de gobiernos de origen democrático que recrearon sus políticas neoliberales; con la pérdida de más de 20 puntos porcentuales del salario real desde 2018 y que no ha recuperado, con paritarias que incluso la de los sindicatos más fuertes van siempre a la zaga de la inflación; con todo lo que ello representa en una impúdica transferencia de ingresos del Trabajo al Capital, de precarización laboral y de debilitamiento sindical.

Entonces, no hubiera sido más apropiado que el lema de ese Coloquio fuera: “Qué y cuánto debe ceder el empresariado para crecer con Justicia Social”. Entiendo que suene fuerte, que parezca inconcebible, que esté reñido con el sentido común predominante; sí, pero otro tanto resulta de que en ese Encuentro y junto con quienes han rehusado permanentemente el diálogo, hayan dado el presente Alberto Fernández y dirigencia que se reivindica perteneciente al campo nacional y popular. 

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Álvaro Ruiz

Abogado laboralista, profesor titular de derecho del Trabajo de Grado y Posgrado (UBA, UNLZ y UMSA). Autor de numerosos libros y publicaciones nacionales e internacionales. Columnista en medios de comunicación nacionales. Apasionado futbolero y destacado mediocampista.