Cedamos para crecer... en ganancias empresarias

El coloquio de IDEA n°58 se celebró en Mar del Plata bajo el slogan "Ceder para crecer". Pero quiénes crecieron y quiénes cedieron si solo entre el 2015 y el 2022 los trabajadores pasaron de tener una participación del 51,8% en el PBI a un 41,7%.

21 de octubre, 2022 | 00.05

Bajo la emotiva visión de "Ceder para Crecer", los empresarios nucleados fundamentalmente en AEA, convocaron el 58 coloquio de IDEA en la ciudad que resultaba bastante feliz a mediados de los años '70.

Entre mohines informaba uno de los convocantes: “Ceder es por sobre todas las cosas ser empático. Algunos podrían pensarlo cerca de algo como una entrega o rendirse, pero en esta mirada no son análogos... Ceder es entender que si dejamos algo podemos construir mucho más, que no solo obtendremos más de lo que dejamos, sino que se construirá en otro registro, para muchos más, o mejor dicho para todos… Existen muchas maneras de mirar y mirarnos a nosotros, y a nuestro país. Sobre Argentina sobrevuela una sensación de dolor y pesimismo, casi consensuada desde hace un tiempo. Es como un debate con señalamientos y búsqueda de culpables constante, sin mayor futuro. Pero, por otra parte, podemos mirar a nuestro país desde el potencial que tiene y las oportunidades que el mundo brinda para construir futuro. Lo segundo no implica no sentir dolor, ya que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional y centrarse en él no nos permite seguir adelante…”

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En este clima pletórico de filosofía positiva, algunos (pocos) discursos resultaron conmovedores en particular aquellos que como el que transcribimos fragmentariamente, incluso hicieron hincapié en la necesidad de no descargar los costos del ajuste inevitable sobre la base de la pirámide, o sea sobre los últimos que, como sabemos, luego eso sí de mucho esperar, finalmente “serán los primeros”. 

La pregunta que surge es inevitable ¿y sobre los anteúltimos y los antepenúltimos y sobre los del medio? ¿Sobre esos sí descargar el peso del “inevitable" ajuste? Para contestar estas preguntas, como sostenía el genial Bebe Cooke, “lo que yo opine o no opine, no tiene ninguna importancia “ y entonces nada resulta mejor que observar cómo se distribuye el ingreso en el país y su tendencia reciente. 

El cuadro que ilustra esta columna en lo que nos interesa mostrar acá señala la participación absoluta y relativa en la cuenta general del ingreso de trabajadores y empresarios o “excedente bruto de explotación”, nunca mejor puesto el nombre.

Como se observa la tendencia decreciente en la participación de los trabajadores es ya al menos escandalosa. Tras una breve recuperación en el primer trimestre de este año, el segundo trimestre muestra la peor participación de los trabajadores desde fines de 2015, y en sentido inverso, el excedente bruto de explotación – los convocantes de  IDEA, básicamente - registra su mejor participación desde el año 2019, año en que, recordemos, se retirara ya sin corona de la práctica activa del boxeo contra los trabajadores el ingeniero Mauricio Macri, al que la mayoría de los concurrentes al coloquio de marras, hay que decirlo, añora. Es que el capitán reposera se ha ganado los corazones de esta buena gente, ¡mumurrucho!

En síntesis, “cediendo, cediendo”, es que se pasó del 51,8% de participación de los trabajadores sobre el PIB tras el segundo gobierno de Cristina Kirchner, al 41,7% a mediados de 2022. Esta caída representaba hasta fines del año 2021 según FLACSO el equivalente a 70.000 millones de dólares, los que se transfirieron desde los trabajadores a los empresarios, entre otras cosas con salarios deprimidos e inflación galopante. El equivalente a 1,7 veces el préstamo trucho del FMI.

Adicionalmente las jubilaciones y pensiones mínimas y otras transferencias de ingreso a los hogares (los famosos “choriplaneros”) están bien por debajo de los $52.000 que supone hoy el umbral de indigencia o línea del hambre, para un hogar metropolitano de 4 miembros.

Mientras este tobogán de ingresos nos deleitaba como sociedad, de crecimiento económico poco y nada, tan sólo recuperación de lo perdido en la pandemia y luego, se verá, se verá. 
Entonces, compañeros de IDEA, ¿quiénes deben ceder, acá? 

Ya vimos la película distributiva y la pregunta se responde sola: La convocatoria del coloquio debiera haber sido el del título que engalana esta columna: “Cedamos para crecer”. 
O sea, se necesitaba en este coloquio un cambio de visión sincera, que hubiera acertado y doblemente: 

  • Porque los trabajadores y segmentos populares diversos ya cedieron y hoy rascan el fondo de la olla
  • Porque producto de esta caída sistemática en la participación de los trabajadores en el ingreso, reflejo de salarios promedio miserables, el consumo doméstico se resiente y la actividad económica, se frena.

En efecto, ante este panorama de penuria de ingresos, en la materia “Plastilina 2” ya enseñan que la economía mostrará signos de caída en la actividad y para agregar dramaticidad al frenazo, esta vez lo hace en un contexto de 100% de inflación promedio para el año 2022. 

Al respecto y como señalamos en nuestra anterior nota, la Fundación German Abdala, en su último informe de coyuntura fue contundente: 

En agosto, el Indicador Mensual de Actividad (IMA) registró un crecimiento de 2,9% anual. Con este crecimiento, en los primeros ocho meses del año se observa un incremento anual de 6,6%. En términos mensuales sin estacionalidad, la actividad se contrajo -1,2% y acumula cuatro meses de caída mensuales sin estacionalidad. En fin, todo de manual, mejor de libro UPA, estimados lectores de El destape. 

La música que escuché mientras escribía esta nota sobre sus majestades de IDEA: