Negocio inmobiliario de Larreta segrega a personas con discapacidad

El slogan de "Ciudad inclusiva" no se plasma en la realidad y las nuevas viviendas porteñas no son aptas para personas con discapacidades.

15 de junio, 2021 | 22.10

“Nada sobre nosotros/as, sin nosotros/as” fue el lema acuñado por el Caucus Internacional de la Discapacidad, la coalición que agrupó al movimiento internacional de personas con discapacidad en el proceso de construcción y debate de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, primera Convención de Derechos Humanos del siglo XXI adoptada por las Naciones Unidas. Este lema está basado en el principio de la participación y es utilizado por las organizaciones como parte del movimiento mundial destinado a alcanzar la plena participación y la igualdad de oportunidades. El mensaje principal que se envía es que las personas con discapacidad tienen que formar parte en todo proceso de toma de decisiones que afecte a sus vidas.

En la Ciudad de Buenos Aires, en el año 2018, el Poder Ejecutivo puso en revisión los códigos urbanístico y de edificación, proceso que en un principio se recibió con mucha expectativa, pero cuyo resultado fue un gran retroceso en materia de derechos, fundamentalmente de aquellos que se habían consagrado a partir de la aprobación de Ley 962 de Accesibilidad Física para Todos. Los cambios introducidos habilitaron construcciones de viviendas cada vez más pequeñas que pasaron de 27 m2 a mínimos monoambientes de 18 m2 y baños reducidos en tamaño, impracticables para usuarios y usuarias de silla de ruedas o scooters entre otras aberraciones. Por supuesto, estas modificaciones generaron una gran movilización del colectivo de personas con discapacidad que, tanto en las instancias de participación ciudadana, como en la justicia, intentaron frenar este atropello del Poder Ejecutivo. A pesar de ello, en soledad, el oficialismo decidió avanzar con la aprobación de este proyecto tan regresivo.

Hoy, 3 años después, Horacio Rodríguez Larreta vuelve a modificar el código de edificación mediante un proyecto que no sólo mantiene sino que profundiza los problemas del código vigente. La historia se repite y otra vez las casi 300 mil personas con discapacidad que viven en la Ciudad son ignoradas por la mirada del PRO. El pasado 23 de abril realizamos una reunión de la Comisión Especial de Personas con Discapacidad con la presencia de los principales expertos y organizaciones que nuclean personas con discapacidad al interior de la Legislatura y redactamos un documento con sus aportes y advertencias, pero lamentamos que no hayan sido tenidos en cuenta. Como si su voz no fuera importante a la hora de definir cuestiones tan trascendentes como las normas urbanísticas y de edificación que son, en definitiva, la formas en que las porteñas y los porteños van a habitar la Ciudad.

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Podemos ver como en sus spots publicitarios el Gobierno porteño utiliza frases como “Ciudad inclusiva” “Ciudad abierta” o “participación ciudadana” mientras que en los hechos lo que sucede es totalmente lo contrario; con sólo ir y revisar las exposiciones en las audiencias públicas tanto del código de edificación, como por ejemplo, del proyecto por el cual se quiere vender parte de la costa del Río de La Plata, esto se hace evidente. Larreta incorpora el lema antes mencionado pero con una vuelta de tuerca, “todo sobre ustedes, sin ustedes”.

La gestión del ejecutivo porteño no es inclusiva, no es transparente, ni tiene en cuenta la participación de los porteños y de las porteñas. El código de edificación que proponen Rodríguez Larreta y su secretario de Desarrollo Urbano el Arquitecto Álvaro García Resta sólo apunta a satisfacer las demandas de las grandes constructoras y no admite que se modifique ni una coma en función de las opiniones que de la sociedad emergen. Por ejemplo, a partir de la modificación impulsada por el oficialismo porteño las desarrolladoras inmobiliarias tienen la posibilidad de construir ambientes de 6,3 m2 absolutamente inhabitables, mucho menos para personas con discapacidad. Otra cuestión fundamental es que el proyecto no obliga a las nuevas construcciones, que no son consideradas viviendas mínimas, la incorporación de un balcón, patio o terraza cuando en tiempos de aislamiento y pandemia todos y todas comprendimos la necesidad de contar con espacios en nuestra vivienda al aire libre.

La Ciudad de Buenos Aires debe ser una ciudad inclusiva y accesible en la que todos y todas, independientemente de los medios económicos, género, discapacidad, edad, identidad sexual, condición migratoria o religión podamos gozar plenamente de nuestros derechos. Y para ello debemos incorporar las perspectivas de género, de discapacidad y ambientales en el diseño de las normas que regirán nuestras vidas en el futuro.