La producción agrícola en la zona núcleo es un negocio de alta competitividad global, lo cual lo vuelve apetecible para los especuladores financieros. ¿Qué lo hace tan tentador? ¿Cómo se reparte la torta, más bien la hectárea?
“Es necesario que cuando hablamos de economía discutamos con números”, interpeló Cristina Fernández de Kirchner en el acto de la UOM el 4 de noviembre. En la Argentina la producción de cereales y oleaginosas es una discusión fundamental, ya que la soja y el maíz se han convertido en los principales commodities de la economía argentina. La agricultura extensiva argentina se desarrolla en la región pampeana y en algunas provincias de la región del noroeste argentino (NOA). Pero la zona núcleo es la de mayor competitividad global, alcanzando un radio de 300 km alrededor de Rosario, incluyendo parte del sureste de Córdoba, norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Entre Ríos. Dicha competitividad global se debe a la combinación de tres factores:
- La biosfera y su biodiversidad: las tierras de la zona son de las más fértiles del mundo por su clima, relieve, suelos, precipitaciones, la actividad biológica de sus suelos, etc.
- Ciencia y Tecnología: la articulación público-privada en materia de conocimiento aplicado al agro que viene desarrollándose desde hace décadas. El trabajo del INTA, INTI, CONICET, Universidades, AAPRESID, Bioceres, Don Mario, etc.
- Proximidad a Puertos: la cercanía a la Cuenca del Plata, una salida fluvial al océano Atlántico, hace la diferencia respecto a Brasil y EEUU, en donde sus tierras de mayor productividad se encuentran a más de 1400 km de los puertos.
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Esto es lo que convierte a la producción agrícola de maíz y soja, en un apetecible negocio para inversores. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el 70% de la superficie sembrada en la zona núcleo corresponde a campos alquilados, y apenas el 30% corresponde a productores que siembran en campos propios. Es decir, que predomina un componente inversor en la siembra la zona más rica de la Argentina.
Un hecho demostrativo es la ronda de inversiones que el “Fondo ADBlick Granos Plus” abrió entre el 9 y el 13 de septiembre del corriente año. El período de suscripción contaba con casi 100 órdenes por poco menos de 11 millones de dólares (USD 11.000.000), superando el capital esperado para su primera ronda. Con lo que este fondo de inversión para agricultura proyecta producir en 45.000 hectáreas de siembra.
José Demicheli, fundador y CEO de ADBlick, afirma que "el país necesita invertir más en el agro y la agroindustria para crecer". La seguridad de que su propuesta es buena, está avalada por los tres tramos anteriores de su empresa, en los que la rentabilidad en dólares fue del 13,55%; 22,05% y 17,99%, al tipo de cambio oficial.
¿Cómo se reparte la torta, más bien la hectárea?
Para contestar esta pregunta analizaremos los datos del informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) N°765 del 2 de junio de 2022. Dicho informe se basa en números absolutos y muestra el retorno que obtienen quienes invierten en agricultura extensiva de soja y maíz, en la zona núcleo de la República Argentina.
Compara quienes invierten en campo propio y quienes lo hacen en campos arrendados. Los primeros, se suponen son productores propietarios de la tierra, mientras que los segundos son inversores, que pueden provenir de cualquiera actividad, ya sea un productor que alquila otros campos o un corredor de bolsa que invierte en un fondo como ADBlick Granos PLUS. Para ambos casos, la BCR asume que las labores –siembra, pulverizaciones, cosechas- son un costo que se paga, es decir, que no la realiza el productor ni el inversor, sino un tercero.
Para la Soja de primera, con un rinde de 4,2 Tn cosechadas por hectárea (Ha) y a una cotización de USD 380 por Tn, precio local de Rosario en junio 2022, es decir, ya descontados los Derechos de Exportación y fideicomiso aceitero que impactaron sobre el precio internacional, el informe estima que se obtiene un Ingreso Bruto (IB) de USD 1.598 por Ha.
El que invierte en un campo propio obtiene un Margen Neto de USD 611 por Ha, luego de descontar al IB: USD 375 de insumos; USD 97 de siembra y pulverización; USD 136 cosecha; USD 58 de flete; USD 33 de seguro; USD 60 de comercialización; USD 24 de estructura; y USD 204 de impuestos a campo propio.
Mientras que, quien invierte en soja arrendando el campo -un inversor, grupo inversor o pool de siembra- obtiene un Margen Neto de USD 81 por Ha, esto después de descontar a los conceptos anteriores el arrendamiento –alquiler de campo- calculado en USD 718 por Ha, equivalente al valor de 1,6 Tn de soja y el impuesto a campo alquilado USD 28.
Por otro lado, para el Maíz de primera, con un rinde de 10 Tn por Ha y a una cotización de USD 243 por Tn precio local en Rosario en junio de 2022 –repetimos, descontados los derechos de exportación-, el informe estima un IB de USD 2.430 por Ha.
Si quien invierte tiene campo propio, obtiene un Margen Neto de USD 756 por Ha, luego de descontar al IB: USD 760 de insumos; USD 74 de siembra y pulverización; USD 207 cosecha; USD 139 de flete; USD 55 de seguro; USD 91 de comercialización; USD 24 de estructura; y USD 325 de impuestos a campo propio.
Mientras que, si se trata de un inversor, grupo inversor o pool de siembra que arrienda el campo para cosechar maíz, obtiene un Margen Neto de USD 265 por Ha, esto después de descontar a los conceptos anteriores el arrendamiento –alquiler de campo- calculado en USD 718 por Ha -equivalente al valor de 1,6 Tn de soja, el alquiler de los campos cotiza en quintales de soja independientemente de que se produzca- y el impuesto a campo alquilado USD 109.
¿Cuánto obtienen por cada dólar un inversor?
El informe plantea que para “hacer soja se requiere una inversión de 783 u$s/ha; hacer maíz, 1.349 u$s/ha”, es decir que para Soja de 1° en campo propio, por cada dólar invertido el retorno es de USD 0,78; mientras que para el Maíz de 1° en campo propio por cada dólar invertido se obtiene USD 0,56. Mientras que el retorno para Soja de 1° en campo alquilado es de USD 81 tras invertir USD 783, es decir USD 0,10 por cada dólar invertido. Mientras que para el Maíz de 1° en campo alquilado obtiene USD 256 tras invertir USD 1.349, es decir USD 0,19 por cada dólar invertido, casi el doble respecto a la soja.
¿Qué pasaría si en vez de invertir en soja, decide invertir en un plazo fijo en dólares en algún banco? En Argentina, las tasas de plazo fijo en dólares del Banco Nación son del 1.75% (entrar en la página y simularlo), es decir que por cada dólar invertido obtendría en un año USD 0,0175 en el Nación. Mejores tasas ofrecen los bancos digitales, como por ejemplo en Marcus, el banco digital de Goldman Sachs, que ofrece una tasa de 2,7% (de las más altas del mercado), es decir, que por cada dólar invertido obtendría USD 0,027. Todo muy lejos de los retornos del informe de la BCR: los USD 0,10 por dólar de retorno que se obtienen por invertir en Soja de 1° en campo alquilado; o de los USD 0,19 por cada dólar invertido en Maíz de 1° en campo alquilado. ¡Casi entre 4 y 6 veces más rentable invertir en soja que en un banco!
Por la característica extraordinaria de la agricultura extensiva argentina y su alta competitividad global, algunos especulan con el riesgo de invertir, a pesar de la sequía, las heladas, entre otros. De este modo, sembrar en la pampa húmeda se convirtió en un negocio financiero altamente rentable
El problema no radica en que lo sea. El problema radica en que no aprovechemos las oportunidades con organización, inteligencia y comprensión de las cosas, tal como dijo CFK. El problema es que la economía argentina dependa solo de los commodities agrícolas sin desarrollar una Argentina Productiva y Sustentable, Federal e Inclusiva.
“Tenemos que volver a reconstruir los sueños que nos arrebataron a través de promesas que nunca se cumplieron… Es posible hacerlo porque ya lo hemos hecho”, CFK noviembre 2022.