Desde el 2003, las cooperativas textiles y el Estado nacional mantuvieron una relación estrecha: por una decisión gubernamental, los distintos ministerios tenían como proveedores a ese tipo de organizaciones y a ellos les compraban guardapolvos, chalecos antibalas o remeras para las fuerzas de seguridad, por ejemplo.
Sin embargo, tras la llegada del "cambio" al poder, la Red Textil Cooperativa (que agrupa a empresas asociativas de la Argentina y forma parte de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo), denuncia que el Gobierno no les encargará nada más.
Joaquín Fernandez Sancha, presidente de la entidad, dialogó con El Destape y contó cómo, desde la asunción de PRO, todo cambió. "Nosotros trabajábamos para diferentes ministerios. Al de seguridad, por ejemplo, le vendíamos chalecos antibalas o camisas para la Policía Federal, Gendarmería y Aeronáutica pero desde que asumió Patricia Bullrichnos dijeron que las cooperativas no van a seguir siendo contratadas como proveedoras", precisó.
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"Desde principio de año que nosotros tenemos contacto con la gestión actual pero ahora, al momento de comprarnos las cosas, nos dijeron que vamos a dejar de ser los proveedores porque van a comenzar a importar", aseguró mientras contó que Israel es uno de los lugares que eligió el nuevo gobierno para hacer compras en el exterior.
De hecho, en dicho país el Ministerio de Seguridad decidió comprar los chalecos antibalas pero, según pudieron averiguar los trabajadores, no pasaron las pruebas balísticas de Argentina y, por ello, Bullrich deberá volver a la idea de comprar en industria nacional. Sin embargo, los cooperativistas denuncian que aún si esto sucediera, a ellos no los llamaron para volver a ser los proveedores: "Hay muchas empresas privadas a quienes les pueden comprar", afirman.
Ahora bien, ¿es un caso aislado? ¿Sólo la ministra Bullrich decidió quitarle el trabajo a las cooperativas? Según los trabajadores, la respuesta es no. "Con el Ministerio de Desarrollo Social nos pasó algo similar: solíamos fabricar un millón de guardapolvos por año y ahora no tenemos ni siquiera una orden de compra. En Educación lo mismo: hacíamos los muñecos de Paka Paka y nunca más nos llamaron".
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"Es una decisión del Estado", asegura Fernández Sancha, quien también se muestra indignado por cómo los ilusionó el nuevo gobierno: "Tuvimos relación con ellos desde que asumieron pero el martes, cuando nosotros tuvimos que llamar para averiguar cuándo nos iban a comprar, nos dijeron que no lo van a hacer más. Fue de un día para otro: nos habían ilusionado y generado expectativa y ahora no nos atiende ningún funcionario".
Con esta decisión, el PRO volvió a quitarle el trabajo a más de 300 trabajadores ya que, sólo con el Ministerio de Seguridad, había 15 cooperativas involucradas de, aproximadamente, 20 trabajadores cada una.
Esta resolución del PRO se suma a una persecución del gobierno a los trabajadores nucleados en estas organizaciones ya que, según pudo averiguar este medio, están sufriendo inspecciones abruptas, con hombres que sacan fotos y le buscan, en criollo, "la quinta pata al gato" para cerrar el lugar.