Si ya resultan complicadas las flexiones de brazos por si solas, imagínate con un peso extra en tus espaldas. Puede que ayude a intensificar la fuerza pero te exprime todas las fuerzas.
Por ejemplo, la rutina de ejercicio de este hombre requiere el esfuerzo extra de que su perro quiera ser parte... ¡colgado sobre la espalda! Tal vez, por pensar que se trata solo de un juego. Pero debajo de su peso, el hombre sufre por continuar sus flexiones
No le va muy mal a pesar de la extrema dificultad. Llegó a siete flexiones y después quedó exhausto en el suelo. Sin embargo, todavía le quedaba un resto de energías como para jugar un rato con su mascota.
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