El periodista Horacio Verbitsky explicó en El Destape Radio cómo funcionan las presiones a través de las cuales el gobierno de Mauricio Macri extorsiona a sus funcionarios. Se trata de un entramado de procedimientos de las Fuerzas de Seguridad y una de las víctimas fue Elisa Carrió.
El 13 de marzo de 2019 Carrió se presentó ante el juez Claudio Bonadio para denunciar que al canciller Jorge Faurie le había llegado por una comunicación interna entre embajadas, donde ingresan los datos de argentinos en el exterior, que su hijo Enrique Santos estaba supuestamente detenido desde el 28 de febrero en México por un tema relacionado a un cartel de drogas. Tras recibir esa información, Carrió habló con su hijo, que le respondió que no era cierto y que se encontraba en su casa.
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Luego, la secretaria de Bonadio, María Vanesa Spinosa, ratificó lo dicho por Carrió con Faurie, quien aclaró además que había tomado conocimiento por un oficio de Interpol.
Verbitsky, en su columna en Habrá Consecuencias, mencionó que en el cable interno de Cancillería se solicitaron movimientos migratorios de Santos y que se dejó asentado que no contaba con movimientos migratorios. Desde México también confirmaron que en Jalisco no existía ningún proceso iniciado por drogas ni armas.
"Quien le arma la causa es la Policía Federal", aclaró Verbitsky sobre el entramado. "Esto tiene un enganche político y es una forma maquiavélica de conducción muy propia de la mafia, de tener a los aliados con la rienda corta", especificó el periodista.
Y profundizó: "Carrió extorsiona según Massot y las fuerzas de seguridad que dependen de Macri le hacen saber que no puede joder impunemente con ellos. Salimos del flujo obvio de las noticias".