El comediante Gustavo Berger conocido como Un rubio Peronista festejará 500 funciones de shows de stand up en La Trastienda. El Destape lo entrevistó para conocer detalles de por qué eligió el humor político y cómo utiliza el escenario político actual para sus funciones.
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El artista dio su paso al mundo del espectáculo luego del conflicto de la 125, que establecía un sistema móvil para las retenciones impositivas a la soja, el trigo y el maíz, con el fin de contar "un poco lo que escuchaba en el almacén, en el supermercado o en las calles de su barrio", según comentó a ED. Hoy, cuatro años luego de su primer estreno, Berger ya recibió a 60 mil espectadores de todo el país.
Un Rubio Peronista es un espectáculo vertiginoso, incisivo, ácido, que crítica y observa el mundo desde una plataforma ideológica explícita, el peronismo. El show es una puesta en escena de la realidad política y se renueva continuamente. "En este país pasan cosas tan insólitas todos los días que no me permiten seguir al día la agenda política", señaló el standupero a ED.
Sin embargo, en los shows hay una matriz de diferencia muy marcada. Por un lado, los espectáculos de antes del 10 de diciembre de 2015 ponían de protagonismo al kirchnerismo, a los medios y a algunos opositores efervescentes. Hoy, con el cambio de gobierno la temática es absolutamente distinta, solo persisten en su monólogo las historias familiares y el costo de la entrada que es a voluntad, como siempre.
Cuando Mauricio Macri ganó las elecciones, el espectáculo se convirtió en un lugar donde los espectadores hacen catarsis y se ríen de ello. Identificado con el personaje de Berger, un espectador le agradeció la risa: "Gracias por hacerme reír, me echaron del laburo hace un mes y es la primera vez que me río".