Teodoro Aníbal Gauto, buscado por la Justicia argentina e Interpol por delitos de lesa humanidad por fin ha sido ubicado en Israel, donde reside como ciudadano desde el año 2003.
A Gauto se le imputan "homicidio, privación ilegal de la libertad, tormentos y sustracción de menores", delitos que habría cometido durante los años de la sangrienta dictadura que se instaló en el poder en 1976 en la Argentina. La Junta Militar que gobernó entre 1976 y 1983 le declaró la guerra a todo aquel que pudiera ser sospechoso de algún tipo de actividad política que tuviera como objetivo restaurar la democracia.
Una red de establecimientos clandestinos fueron activados a lo largo del país a fin de secuestrar, encarcelar, torturar, violar y asesinar a decenas de miles de ciudadanos. Estas víctimas se hicieron mundialmente conocidas como "los desaparecidos" de Argentina, siendo la fuente de un profundo trauma que aún en estos días la sociedad no ha podido superar.
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En este contexto no sorprende la tremenda conmoción que esta causando, dentro de la colonia de emigrantes argentinos que reside en el Estado de Israel, el conocimiento de que uno de los represores, encargado directamente de esta política de exterminio haga su vida tranquilamente allí, entre ellos, como un simpático vecino más.
El periodista de origen argentino Shlomo Slutzky reveló en un documental transmitido por el Canal 1 de la televisión local testimonios conmovedores de los que fueron vecinos e inclusive íntimos amigos de esta aparente inocente y "simpática" pareja formada por Teodoro Aníbal Gauto y su mujer Silvia. Ellos expresaron su conmoción e indignacióncuando la verdadera identidad de Gauto salió a la luz.
El trabajo del periodista Slutzky fue fundamental para ubicar a Gauto y difundir las implicaciones morales del hecho que un criminal de este tipo, acusado de delitos de lesa humanidad, hubiera encontrado refugio en un país que, justamente justifica su creación por la necesidad de tener un "hogar nacional" para el pueblo judío, victima de persecuciones antisemitas, especialmente después del Holocausto. Siendo así, es de esperar que el gobierno israelí se apure por colaborar con la justicia argentina e internacional a fin de permitir que la justicia se pueda llevar a cabo con las víctimas de personajes siniestros, como es el caso de Teodoro Aníbal Gauto.
Vale la pena resaltar que las autoridades israelíes le otorgaron el derecho de inmigración a Gauto y su familia gracias al origen judío de su esposa Silvia, en momentos en los cuales su verdadera identidad era desconocida. Sin embargo, a pesar de que su identidad fue descubierta el Estado de Israel no muestra señales de colaboración a fin de entregar a Gauto a la justicia argentina para poder procesarlo jurídicamente.
Este hecho está despertando una nueva ola de estupor en Israel, especialmente en el seno de las fuerzas democráticas del país y, en este sentido, cabe resaltar el papel que está jugando la colonia de argentinos. Una campaña de presión pública hacia el Ministerio del Interior israelí se está desarrollando a fin de poner fin a las dilaciones del gobierno ante el pedido de extradición del criminal. Representantes de esta campaña piden el apoyo de todo aquel que pueda presionar al gobierno para que la extradición se lleve a cabo a la brevedad y para poner fin a lo que representa una indignante e insoportable situación.
Por ultimo, vale la pena referirse al temor que existe: que Teodoro Aníbal Gauto vuelva a esfumarse sin dejar huellas.
*Saúl Feldman, activista por los derechos humanos en el Estado de Israel (shaul1776@013.net)